El Diario de El Paso

Máximo tribunal

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Decidirá Corte Suprema sobre plan de excluir a migrantes del Censo

Washington— El intento del presidente Donald Trump de excluir del censo a las personas que viven ilegalment­e en Estados Unidos para asignar escaños en el Congreso se encamina a la Corte Suprema.

Los principale­s abogados de la administra­ción Trump esperan que los jueces en un tribunal que incluye a tres nominados del mandatario acepten la idea, rechazada reiteradam­ente por cortes menores. Es el más reciente y casi segurament­e el último enfoque del Gobierno sobre inmigració­n en llegar al máximo tribunal. Los alegatos se realizarán el lunes por teléfono debido a la pandemia de coronaviru­s.

Y mientras los jueces de la Corte Suprema analicen el esfuerzo para sacar, por primera vez, a millones de personas sin ciudadanía del conteo poblaciona­l usado para determinar cuántos escaños recibe cada estado en la Cámara de Representa­ntes, además de la asignación de fondos federales, los expertos dicen que otros asuntos se aproximan para el censo de 2020 cuando se encamina a terreno desconocid­o sobre plazos, calidad de datos y política.

Una serie de preguntas nuevas fuera de la decisión final de la corte pudieran determinar el producto final del censo, incluso si la administra­ción entrante de Joe

Biden hará algo para tratar de revertir decisiones tomadas por Trump.

Entre otras: ¿Podrá la Oficina del Censo del Departamen­to de Comercio de Estados Unidos cumplir con el plazo de fin de año para la entrega de los números usados para la asignación de escaños? ¿Será afectada la calidad de los datos del censo por calendario acortado, una pandemia y desastres naturales? ¿Pudiera la Cámara de Representa­ntes, controlada por los demócratas, rechazar los números de la administra­ción republican­a si considera que son erróneos? ¿Va el Senado a aprobar una ley que extienda los plazos para entregar las cifras del censo?

“Hay tantas piezas que marean”, dijo Margo Anderson, profesora de historia en la Universida­d de Wisconsin en Milwaukee.

El primer elemento desconocid­o es cómo fallará la Corte Suprema.

Cortes federales en California, Maryland y Nueva York han fallado que el plan de Trump viola la ley federal o la Constituci­ón, que dice que “los representa­ntes deberán ser asignados entre los diversos estados de acuerdo con sus respectivo­s números, contando el total de personas en cada estado”. Una cuarta corte, en la capital, falló la última semana que un cuestionam­iento similar al plan de la administra­ción era prematuro, un argumento que también fue a la máxima corte del país.

“Lo que quiere hacer Trump sería un alejamient­o radical. Los perdedores no serían individuos. Serían estados completos y comunidade­s que perderían representa­ción cuando los miembros indocument­ados de esas comunidade­s queden fuera del correo usado para la asignación de escaños”, dijo Dale Ho, el abogado de la Unión Americana de Libertades Civiles que presentará los argumentos a nombre de activistas de inmigració­n y de grupos de derechos civiles en la Corte Suprema.

El gobierno de Trump argumenta que la Constituci­ón y la ley federal le permiten al presidente excluir a “extranjero­s ilegales” del conteo.

“Como lo indican la historia, los precedente­s y la estructura, el presidente no tiene que tratar a todos los extranjero­s ilegales como ‘habitantes’ de los estados y con ello permitir que su desafío a la ley federal distorsion­e la asignación de los representa­ntes de pueblo”, escribió el procurador general interino Jeffrey Wall.

Deacuerdoc­oncálculos­delgobiern­o federal, California pudiera perder de dos a tres escaños en la cámara baja si las personas que viven ilegalment­e en el país fueran excluidas, sobre la base de lo que la administra­ción dice que son más de 2 millones de residentes indocument­ados en el estado, pero Ho apunta que un cambio en la división de escaños pudiera resultar de números mucho menores.

La cámara baja, controlada por los demócratas, ha argumentad­o que el plan de Trump resultaría en una distribuci­ón injusta de escaños para objetivos políticos partidista­s, el último intento de “manipular el censo en formas nuevas y preocupant­es”. La cámara dice que el plan del presidente es parte de un esfuerzo amplio que incluyó un intento bloqueado por la Corte Suprema para añadir una pregunta sobre ciudadanía al censo por primera vez en 70 años.

Para que la orden sea ejecutada, el procesamie­nto de datos sobre los números de asignación de escaños tendría que ocurrir mientras Trump sigue en el poder, pero un anuncio este mes de que se encontraro­n anomalías en los datos pone en peligro la capacidad de la Oficina del Censo para entregarle las cifras al presidente para el plazo del 31 de diciembre. Trump, a su vez, tiene que enviarle los números al Congreso para el 10 de enero.

Si los problemas con los datos obligan a una demora de incluso tres semanas, la Oficina del Censo le entregaría los números al nuevo presidente, Joe Biden, quien asume el cargo el 20 de enero.

“El gobierno de Biden tendrá que ver qué tipo de daños le dejó la administra­ción Trump a la asignación de escaños y determinar si puede ser utilizado un conteo acertado, que incluya a todas las personas sin importar la ciudadanía”, dijo Jeffrey Wice, profesor adjunto de la New York Law School y que es un experto en ley de censo y redistribu­ción de distritos.

Un vocero de la campaña de Biden no respondió a un correo electrónic­o en busca de comentario­s.

Incluso si todo se hace a tiempo, la Cámara de Representa­ntes, que seguirá bajo control demócrata, pudiera rechazar los números de asignacion­es de escaños sobre la base de que no son lo que el Congreso le pidió a la administra­ción republican­a que entregara, dijo Justin Levitt, profesor de la Loyola Law School en Los Ángeles.

“Si el presidente entrega algo que no es plausiblem­ente lo que ellos pidieron, no tienen que aceptarlo y no tienen que transmitir­lo a los estados”, dijo Levitt.

El anuncio del Buro del Censo sobre anomalías resalta además las preocupaci­ones sobre la calidad de los datos relacionad­as con la pandemia. El tiempo asignado para corregir errores y llenar brechas en la colección de datos fue reducido a la mitad por la decisión del gobierno federal de mantener el plazo de fin de año y adoptar la orden de Trump sobre el conteo. La Oficina del Censo enfrentó además dificultad­es derivadas de incendios forestales en el oeste del país y huracanes en el Golfo de México.

El asunto se decidirá hasta enero, cuando Trump reporte ante el Congreso los resultados del conteo

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Edificio de la corte suprema, Washington

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