La rebelión en Cuba
En Cuba gobierna una brutal dictadura y una de las cosas más peligrosas que existen en la isla es protestar contra ella. Desde 1959 muchos de los que se han atrevido a manifestarse en contra del régimen se han enfrentado a tres destinos: la muerte, la cárcel o el exilio. Por eso es importantísimo apoyar a los cientos de jóvenes artistas que en los últimos días han salido a defender la libertad de creación y expresión en Cuba. Lo están arriesgando todo. La más reciente rebelión en Cuba comenzó tras el arresto del rapero Denis Solís. El pasado 6 de noviembre, alrededor de las 6:40 de la tarde, un agente uniformado se metió en la casa de Denis en la Habana. Y el artista, indignado por esta intromisión sin ningún tipo de orden judicial, se defendió de la única manera que tienen los disidentes en Cuba: con su celular. Denis transmitió en vivo durante más de siete minutos, a través de Facebook, su intercambio con el agente. “¿Quién lo mandó a usted a pasar sin pedir permiso?”, le preguntó Denis al agente. “¿Por qué tú me estás molestando a mí? Cuando yo, que yo sepa, no he matado a nadie, ni he roto una puerta, ni he robado a nadie como suele hacer tu maldito verdugo. Fílmame que yo también te filmo”. (Aquí esta la liga del video: https://bit.ly/3a5ujkl).
Efectivamente, el agente también sacó su celular y empezó a filmar a Denis. Pocos días después, Denis fue detenido, juzgado sin abogado defensor y sentenciado a ocho meses de prisión. Todo por la osadía de filmar a un agente que se había metido a su casa. Lo que Denis puso al descubierto con su celular es la maquinaria represiva del régimen cubano. Y el gobierno no estaba preparado para lo que ocurrió después. Arriesgando el arresto, más de 300 artistas, jóvenes y estudiantes se reunieron pacíficamente el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura para exigir la excarcelación de Denis y pedir mayores libertades en Cuba. La BBC describió la protesta de los artistas como “la mayor de su tipo registrada en la isla desde 1959”. Ese desafío sin precedentes -que dio origen al movimiento 27N- obligó al viceministro de cultura, Fernando Rojas, a reunirse con tres decenas de los manifestantes. Ellos llevaron a la reunión un pliego petitorio en contra de la represión y el hostigamiento. “Estamos discutiendo las libertades de expresión en Cuba, no solamente para los artistas sino también para los ciudadanos y el respeto al disenso político en este país”, me dijo en una entrevista desde la Habana la artista y activista Tania Bruguera, quien estuvo en esa reunión. “¿Cómo se piden mayores libertades en una dictadura?”, le pregunté. “Podemos pedirlo porque el pueblo lo está pidiendo... La gente está saliendo a la calle. La gente ya está cansada”. Tras ese primer encuentro, el gobierno cubano suspendió el diálogo, acusando falsamente a los artistas de mercenarios y financiados por Estados Unidos. Esta no es la primera rebelión en Cuba en seis décadas de tiranía. Pero esta es la primera vez que el régimen castrista se enfrenta a una oposición armada digitalmente (con celulares, internet y redes sociales). Todos saben que las dictaduras empiezan a morir cuando pierden el control de las redes sociales. Sin el internet y las redes sociales, Denis sería un anónimo prisionero en uno de los hoyos negros del sistema carcelario cubano. Es imperdonable y vergonzoso que todavía haya gobiernos en América Latina, como el de México, que no se atrevan a criticar los abusos y crímenes de la dictadura cubana. Cuba es el único país del hemisferio que no permite la visita de observadores de derechos humanos ni de Amnistía Internacional. Es de una enorme incongruencia el luchar por la democracia de los mexicanos pero no por la de los cubanos. No debemos dejar solos a estos artistas en la isla. Es ingenuo pensar que esta rebelión de los artistas en Cuba puede terminar con una dictadura de 61 años. Pero sí ha demostrado tres cosas: que el régimen castrista es vulnerable, que las redes sociales están abriendo opciones de rebelión que hasta hace poco eran impensables, y que no hay nada más poderoso que la gente oprimida buscando su libertad. Algún día, quizás de un video como el de Denis, surgirá la primavera cubana.