Las elecciones han terminado; los ataques de Trump no
Washington— Las elecciones presidenciales de 2020 han terminado. Pero los infundados esfuerzos del presidente Donald Trump para socavarlas, y las consecuencias de esas acciones antidemocráticas, perdurarán en Estados Unidos mucho más tiempo.
Cada vez está más claro que no hay hecho, evidencia ni fallo judicial que disuada a Trump de intentar engañar al país sobre la victoria del presidente electo, Joe Biden. Y Trump no ha estado solo en este esfuerzo: numerosos republicanos se han puesto de su lado o guardan silencio, incluyendo los 126 republicanos de la Cámara de representantes que respaldaron una iniciativa para que la Corte Suprema invalidase el triunfo del candidato demócrata en cuatro estados clave.
El alto tribunal rechazó de forma enfática el caso el viernes en la noche.
Trump respondió en Twitter más tarde diciendo que “la Corte Suprema realmente nos decepciona” y prometió “¡seguir luchando!”. Las acciones de
Trump y sus aliados han expuesto una sorprendente realidad: muchos legisladores de uno de los dos principales partidos nacionales están dispuestos a respaldar los intentos de anular unas elecciones libres y justas o no tienen intención de criticar la campaña.
Esto establece un precedente para que los políticos cuestionen la integridad de cualquier votación si el resultado no favorece a su partido o candidato, una noción peligrosa que es probable que erosione aún más la confianza de los estadounidenses en el Gobierno y ponga a prueba la durabilidad de las instituciones democráticas de la nación.
Con el presidente en funciones encabezando esos esfuerzos y los medios de comunicación amigos haciendo de alta voz para sus reclamos, el resultado es que millones de estadounidenses probablemente seguirán convencidos de que la victoria de Biden fue ilegítima y que los comicios fueron fraudulentos. Según una encuesta de la Universidad de Quinnipiac realizada esta semana, el 77% de los republicanos cree que en la votación de noviembre hubo fraude generalizado y alrededor del 60% afirman que consideran que la victoria de Biden es ilegítima.
“Desde la noche electoral, mucha gente ha estado confundiendo a los votantes con teorías de la conspiración tipo Kenyan Birther: ‘Chávez amañó la elección desde la tumba’”, dijo el senador de Nebraska Ben Sasse, uno de los pocos republicanos que reaccionó al fallo de la Corte Suprema el viernes. “Pero todos los estadounidenses que se preocupan por el Estado de Derecho deben estar tranquilos con que la Corte Suprema - incluyendo los tres nominados por el presidente Trump-, cierre la puerta a este sinsentido”.
El presidente insiste en tratar de engañar a los estadounidenses para hacerlos creer que su oponente es un ganador ilegítimo