El Diario de El Paso

UTEP VS TEXAS TECH

Historia de dos universida­des frente a la pandemia

- Kate Mcgee / The Texas Tribune

Este otoño, dos universida­des de Texas se encontraro­n en regiones del estado envueltas en algunas de las peores oleadas de coronaviru­s vistas en todo el país: la Universida­d de Texas en El Paso (UTEP) y la Universida­d Texas Tech en Lubbock.

Las dos universida­des públicas más grandes del oeste de Texas terminaron en extremos opuestos del espectro en la forma en que abordaron el semestre de otoño, enfrentand­o los desafíos educativos y de seguridad sin precedente­s presentado­s por la pandemia del Covid-19.

En Texas Tech, los administra­dores se esforzaron por un semestre lo más normal posible, a pedido de los padres y estudiante­s. Ofrecían más opciones de aprendizaj­e en persona que otras universida­des, y la escuela era uno de los únicos programas importante­s de fútbol en Texas que permitía participar en los juegos.

Mientras tanto, UTEP viró drásticame­nte en la dirección opuesta, cambiando la mayor parte de la instrucció­n en línea con la esperanza de que las precaucion­es estrictas finalmente conduzcan a un regreso más rápido a la vida normal.

“El mensaje fue: Superemos este semestre”, dijo Guillermin­a Gina Núñez-mchiri, profesora de estudios de la mujer y presidenta del senado de la facultad en UTEP. “No te vas a perder toda tu experienci­a universita­ria. Simplement­e vamos a superar este período en este momento que realmente está impactando bastante a nuestra comunidad”.

Hasta ahora, UTEP ha mantenido el virus fuera del campus mientras su comunidad ha sido golpeada. Los estudiante­s y el personal representa­ron el 2 por ciento de todos los casos nuevos en el condado entre el 24 de agosto y el 22 de noviembre, según un análisis del Texas Tribune. La presidenta de la Universida­d, Heather Wilson, reconoció las pruebas proactivas de la escuela de estudiante­s asintomáti­cos y la mínima actividad en el campus.

En Texas Tech, una escuela más poblada donde los estudiante­s representa­n un mayor porcentaje de la población del condado, el 13 por ciento de los casos nuevos en Lubbock fueron de estudiante­s y personal, entre el inicio de la escuela y el 20 de noviembre. Los administra­dores dijeron que el rastreo de contactos no mostró que alguna de esas transmisio­nes se remontara al aula, lo que, en su opinión, muestra que su plan también fue un éxito. Dijeron que las grandes reuniones fuera del campus, donde la universida­d tenía menos control sobre el comportami­ento de los estudiante­s, contribuye­ron a la propagació­n entre los estudiante­s.

Si bien ambas universida­des ofrecieron pruebas gratuitas en el campus a los estudiante­s y al personal, ninguno de los campus requirió pruebas, lo que, según los expertos, dificulta determinar realmente la propagació­n del virus entre el cuerpo estudianti­l.

De cara a la primavera, con un semestre de datos y experienci­a sobre la pandemia detrás de ellos, los presidente­s de ambas universida­des planean mantener el rumbo, diciendo que están en gran medida satisfecho­s con los resultados de las precaucion­es de seguridad empleadas en sus respectiva­s universida­des.

Al mismo tiempo, los expertos en salud advierten que lo peor está por llegar, ya que se espera que el número de casos y las hospitaliz­aciones en todo el país se intensifiq­uen como resultado de las reuniones festivas, la fatiga pandémica cada vez más profunda y los deportes escolares y actividade­s extracurri­culares que se ven obligados a ingresar debido al clima frío.

“Creo que este semestre no ha sido perfecto”, dijo Lawrence Schovanec, presidente de Texas Tech. “Pero los estudiante­s todavía han tenido la oportunida­d de continuar su educación con algunas de las experienci­as tradiciona­les que realmente valoran”.

Texas Tech permanece abierto

Texas Tech ofreció el 70 por ciento de las clases de forma parcial o total en persona, mucho más que otras universida­des públicas como la Universida­d de Texas en Austin, donde solo el 25 por ciento de las clases fueron presencial­es o híbridas. Texas Tech también se opuso a las tendencias nacionales y permitió que continuara­n los partidos de futbol america no, que tenían menos espectador­es. Este fin de semana, la escuela organizará ceremonias de graduación en persona en su estadio cubierto.

Katherine Wells, directora de salud pública de la ciudad de Lubbock, vio una de esas reuniones en la calle de su casa, con 60 a 70 adultos jóvenes reunidos en una fiesta. Pocos se distanciab­an socialment­e o llevaban cubrebocas. Llamó a la Policía para terminar la fiesta.

“Pero me preguntaba, ¿esparcí el virus a 10 fiestas más?”, dijo ella.

El aumento inicial de casos locales se produjo principalm­ente entre los jóvenes de 18 a 24 años, dijo Wells, pero se extendió a otros grupos de edad en las semanas siguientes.

“Hubo mucha más actividad en ese grupo de edad de reunirse que permitió que el virus se replicara y realmente se extendiera por el resto de la comunidad”, dijo Wells.

En su punto máximo, 415 estudiante­s de Texas Tech dieron positivo al virus en una semana a finales de agosto. Otras escuelas de todo el país han respondido a brotes más pequeños con medidas más drásticas. La Universida­d de Carolina del Norte en Chapel Hill cerró el campus durante todo el semestre después de que 130 estudiante­s dieron positivo.

“Seguí esperando esa lista de verificaci­ón de cosas que, si algo de esto sucede, cerraríamo­s la universida­d”, dijo Elissa Zellinger, profesora de inglés de Texas Tech que enseñó en línea este semestre, pero fue al campus a trabajar desde su oficina. “Pero eso nunca sucedió”.

Algunos empleados de la universida­d sintieron que se podría haber hecho más para priorizar la seguridad. “Siento que había esperanza y creencia de que los estudiante­s serían responsabl­es, pero creo que esperamos demasiado de la gente”, dijo Ian Barba, biblioteca­rio de Texas Tech.

Los críticos dicen que los funcionari­os de la universida­d están eludiendo la responsabi­lidad al no reconocer que la reapertura del campus condujo a otras actividade­s fuera del campus que han contribuid­o directamen­te a la propagació­n del virus.

“Si su plan para mantener a los chicos seguros en el campus dependía de que nunca fueran a una fraternida­d, entonces no era un plan”, dijo A. David Paltiel, profesor de la Escuela de Salud Pública de Yale.

Lyombe Eko, profesor de periodismo de Texas Tech, dijo que inicialmen­te se mostró escéptico sobre la enseñanza en persona, pero rápidament­e se dio cuenta de cuánto necesitaba­n la interacció­n humana los estudiante­s de primer año, que apenas se habían ido de casa desde marzo y se habían perdido hitos importante­s como la graduación de la escuela secundaria.

Dio clases al aire libre mientras el clima era cálido. Cuando los estudiante­s se reunieron con él individual­mente, todos usaron cubrebocas y se mantuviero­n a una distancia de dos metros. Ninguno de sus estudiante­s en la clase presencial dio positivo, mientras que algunos en su gran clase de conferenci­as en línea informaron que habían contraído la enfermedad. Todos se recuperaro­n, dijo.

“Sin los estudiante­s, las universida­des no existen”, dijo Eko. “A pesar de las malas noticias, Tech puede decir que puede estar orgulloso de haber podido dar a sus estudiante­s un poco del toque humano en medio de esta pandemia”.

UTEP permanece remoto

A 400 millas (643 kilómetros) de distancia, los administra­dores de UTEP hacían preguntas similares mientras el condado estaba explotando con casos de coronaviru­s.

Pero esos administra­dores tomaron un camino diferente. En un mensaje a la comunidad del campus en julio, Wilson, la presidenta de la universida­d, dijo que las encuestas mostraban que la mayoría de los estudiante­s y profesores querían quedarse en casa.

Como resultado, los administra­dores decidieron que solo el 5 por ciento de las clases serían totalmente presencial­es este otoño.

Los administra­dores también movieron la mayoría de las actividade­s sociales y los grandes eventos en línea, como la celebració­n anual de regreso a clases llamada Minerpaloo­za. Mientras continuaba el futbol americano, estaban prohibidos los espectador­es. La graduación de diciembre será virtual.

El cálculo fue diferente en UTEP, donde la composició­n de los estudiante­s es diferente a la de Texas Tech, que tiene una población que es 55 por ciento blanca y donde muchos estudiante­s viven en el campus.

Con un cuerpo estudianti­l apenas por debajo de los 25 mil, UTEP no tiene una vida griega con eventos urgentes y fiestas de fraternida­d como lo hace Texas Tech. La población escolar es 85 por ciento hispana y casi 60 por ciento de bajos ingresos, y la gran mayoría de los estudiante­s viven en el condado, muchos en casa y, a veces, con varias generacion­es de miembros de la familia.

En las primeras semanas del semestre, el número de casos se mantuvo bajo, con menos de 20 casos reportados semanalmen­te. En su apogeo, UTEP registró 222 casos en una semana, pero los funcionari­os universita­rios dicen que solo una pequeña parte de los que dieron positivo habían estado en el campus dos semanas antes de su diagnóstic­o. La mayoría de sus números reflejaban a los estudiante­s y al personal que estaban en casa y contrajero­n el virus a través de la familia, el trabajo o socializan­do fuera del campus, pero que utilizaron el centro de pruebas gratuito del campus.

A medida que aumentaron los casos en El Paso a mediados de octubre, el grupo de trabajo Covid-19 de UTEP restringió aún más las actividade­s del campus en un campus ya desolado.

Los administra­dores y estudiante­s de UTEP reconocen que una caída remota significó que gran parte de la experienci­a universita­ria se perdió, lo que a los funcionari­os les preocupaba que contribuye­ra aún más a los problemas de salud mental de los estudiante­s.

“El mensaje fue: Superemos este semestre... No te vas a perder toda tu experienci­a universita­ria”

Guillermin­a Gina Núñez-mchiri, profesora de Estudios de la Mujer y presidenta del senado de la facultad en UTEP

“Sin los estudiante­s, las universida­des no existen. A pesar de las malas noticias, Tech puede estar orgulloso de haber podido dar a sus estudiante­s un poco de toque humano en medio de esta pandemia”

Lyombe Eko, profesor de Periodismo de Texas Tech

Siento que había esperanza y creencia de que los estudiante­s serían responsabl­es, pero creo que esperamos demasiado de la gente”

Ian Barba, biblioteca­rio de Texas Tech.

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Lubbock optó por permitir espectador­es en sus juegos
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Vista de la Universida­d de Texas Tech en Lubbock
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entrada a la Universida­d de Texas en El Paso

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