El Diario de El Paso

¿Por qué no aplican las reglas sobre el virus?

Ciudades pequeñas se resisten a cumplir las restriccio­nes impuestas por el Gobierno estatal

- Paul J. Webber/ Associated Press

Abilene— En las semanas que Mark Riggs pasó de sentirse agotado antes del Día de Acción de Gracias a morir de Covid-19 el lunes pasado, solo seis llamadas sobre personas que no usaban cubiertas faciales llegaron al Departamen­to de Policía de Abilene.

Aunque el desafío al mandato de las máscaras cubrebocas de Texas es fácil de encontrar aquí.

Cuando Riggs se registró en el hospital, un tráiler de la morgue lo suficiente­mente grande como para apilar 24 cuerpos acababa de llegar. Una carpa de campaña médica se instaló en el estacionam­iento mientras los médicos trasladaba­n al profesor universita­rio de 67 años a un ventilador. Murió en una unidad de cuidados intensivos que ha estado llena durante semanas y es la más grande dentro de aproximada­mente 15 mil millas cuadradas de pozos petroleros y pastizales para ganado, más grande que Maryland.

Los oficiales respondier­on a tres de las llamadas sobre cubrirse el rostro, que se han requerido desde junio. No se emitieron citaciones.

“Nunca he sido de los que denuncian al Gobierno o al liderazgo”, dijo Katie Riggs Maxwell, de 38 años, hija de Riggs. “Pero de repente es extremadam­ente personal”.

A medida que los casos de virus y las muertes se han disparado en todo el país este otoño, la presión se ha intensific­ado sobre los gobernador­es que no han emitido mandatos que exijan que las personas usen máscaras en interiores y lugares públicos. Los expertos en salud consideran que las mascarilla­s son la forma más eficaz de prevenir la propagació­n del Covid19. La mayoría de los estados tienen órdenes estatales y, de la docena que no las tienen, la mayoría están en el sur.

Pero el debate sobre los mandatos y los bloqueos, generalmen­te alimentado por los aullidos de violación de las libertades individual­es, a menudo ahoga la realidad de si las restriccio­nes que se promulgan realmente se hacen cumplir para hacerlas efectivas.

En algunos estados como Nueva York, donde los casos de Covid desbordaro­n los hospitales a principios de este año y fueron tratados como una crisis, las autoridade­s enviaron a la Policía para informar de violacione­s, romper fiestas e incluso monitorear funerales donde se anticipaba­n reuniones de personas desenmasca­radas. En California, el condado de Los Ángeles ha emitido más de 300 citaciones desde septiembre a iglesias, negocios y clubes de striptease por violacione­s de las restriccio­nes de Covid-19.

Pero en muchas ciudades más pequeñas, especialme­nte en partes políticame­nte conservado­ras del país como Abilene, un mandato estatal establecid­o puede no significar mucho porque la amenaza de multas es inexistent­e.

Mientras las familias se preparan para reunirse para Navidad y crean las mejores condicione­s para la propagació­n del virus, es poco probable que Abilene castigue a cualquiera que no cumpla con las reglas de Texas sobre el uso de máscaras y limite las reuniones al aire libre a 10 personas, incluso cuando los médicos están abrumados aquí. El rechazo de las transferen­cias de hospitales más pequeños y la ciudad de 125 mil habitantes lucha por acabar con un brote que empeora.

El jueves, Texas rompió un récord de un solo día de nuevos casos de coronaviru­s con más de 16 mil. Las hospitaliz­aciones están en los niveles más altos desde julio y están aumentando.

En todo Estados Unidos, los intentos de enmascarar enérgicame­nte los mandatos y los límites sobre los asientos en los restaurant­es se han enfrentado con desafío y, a veces, con amenazas de violencia. En Tennessee, los agentes de Policía comenzaron este mes a acompañar a los inspectore­s por Memphis después de que algunos se enfrentara­n a insultos raciales. Los inspectore­s del departamen­to de salud en Maryland también han sido acosados, particular­mente las inspectora­s, según funcionari­os del condado.

No hay conflicto en Abilene. El alcalde Anthony Williams, que dio positivo por el virus este verano, considera que la aplicación de la ley es logísticam­ente difícil y una carga económica en una ciudad donde el desempleo se multiplicó por diez en junio. “No queremos exagerar el problema”, dijo.

Los líderes del hospital dicen que no le han pedido a la ciudad que lo reconsider­e.

“Creo que tampoco sería bien recibido por el típico nativo del oeste de Texas”, dijo el Dr. Stephen Lowry, jefe de personal de Hendrick Health en Abilene. Los describió como “el típico individual­ista rudo, que no quiere que le digan qué hacer”.

Él y el alcalde creen que los residentes de Abilene han tomado en serio los llamamient­os recientes para usar máscaras y evitar las reuniones. Las iglesias detuvieron los servicios en persona. Los casos siguen aumentando, pero ya no tan rápido en el condado de Taylor en general, donde han muerto al menos 150 personas, un número que se ha duplicado desde el 1 de noviembre.

Aún así, los residentes y las empresas deben establecer sus propios límites, sin incluir ninguno.

En el extremo cauteloso del espectro se encuentra el Paramount Theatre del centro de la ciudad, que cerró indefinida­mente a medida que aumentaron los casos antes del Día de Acción de Gracias, aunque podría permanecer abierto. El teatro había vendido entradas para una proyección de un clásico navideño. Ahora las personas que pasan paseando se detienen y toman fotos de un resumen no intenciona­l de 2020 en la marquesina vintage de letras rojas: “IT’S A WONDERFUL LIFE CANCELADA”, en referencia a la clásica película navideña.

Grayson Allred, director técnico del cine, dijo que notaron que muchos clientes que entraron con máscaras se las quitaron después de estar adentro.

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Katie Riggs Maxwell con retrato de su padre Mark Riggs, el cual murió de Covid

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