Para una corrosiva desigualdad, mire hacia la clase media alta
Nueva York— Al parecer, Estados Unidos finalmente decidió que la desigualdad es un problema. Es la confirmación de que una oleada puede levantar a todos los botes después de una serie de recesiones que ha dejado a muchos atascados en el lodo. Los economistas se están dando cuenta que permitir una mayor desigualdad usualmente no impulsa el crecimiento. Y el caso moral de la desigualdad, la idea de que los ricos son compensados más justamente por generar enormes cantidades de valor económico, también parece que se ha colapsado mayormente. Aun cuando algunos republicanos están hablando actualmente acerca del problema.
Sin embargo, las difíciles e interrelacionadas preguntas sobre la razón por la que la desigualdad se ha incrementado y qué se debe hacer acerca de eso, siguen mayormente sin respuesta. Las voces más audibles sobre el tema tienden a enfatizar la parte más alta de la distribución, las vastas fortunas de Jeff Bezos, Mark Zuckerberg o Elon Musk. Aun antes de la reciente oleada de valuaciones bursátiles, un pequeño grupo de estadounidenses es el que está controlando una porción notablemente más grande de la riqueza del país.
Usualmente, las cruzadas más prominentes en contra de la desigualdad hicieron un llamado para que hubiera más impuestos como una manera de aterrizar a los mega ricos.
Pero aunque la riqueza de los más acaudalados se ha incrementado mucho, existe otro tipo más sutil de desigualdad que acapara mucho menos atención. En los años 1980, la clase media se bifurcó, y la media alta se alejó de la media más baja.
Uno puede ver esto si busca en el Índice Gini de Estados Unidos. El Gini es una medida tradicional de desigualdad que no es muy sensitiva a lo que sucede al final de la distribución. Esto hace que sea una medida razonablemente buena de desigualdad entre la clase media alta y la media baja. También mide el ingreso, que es más relevante para los hábitos diarios de consumo de la mayoría de la gente y los estándares de vida que de la riqueza. El Índice Gini se incrementó mucho en los años 1980, pero para mediados de los años 1990 se había estabilizado en un nuevo nivel más alto.
El hecho de que se esté ampliando la desigualdad en la clase media sucedió en décadas pasadas, y se completó mayormente para mediados de los años 1990, probablemente eso ayuda a explicar la razón por la que no es discutido mucho en la actualidad. Sin embargo, es un cambio que nunca se revirtió por sí mismo, se ha convertido en una característica permanente de nuestra economía, algo que ahora tomamos como algo garantizado. Y esto podría tener un efecto corrosivo a largo plazo para la sociedad y la política estadounidense.
Richard Reeves, en su libro publicado en el 2017 “Hordas de Soñadores” sugiere que la clase media alta ha acaparado las mejores oportunidades de educación, ocupación y residencia que la clase media baja, creando resentimiento entre este último grupo. Si las personas que ganan 50 mil dólares al año siente que no hay manera que ellos vivan en los mismos vecindarios o asistan a las mismas escuelas que el grupo que gana 100 mil dólares al año, podrían convertirse en personas descontentas y resentidas. De hecho, esta separación podría eventualmente proporcionarle un golpe mortal a la percepción que tiene Estados Unidos de sí mismo como una sociedad de clase media, algo parecido a la distinción que hace Karl Marx entre el proletariado y la pequeña burguesía que podría surgir en Estados Unidos, fomentando un problema social parecido a lo que Marx predijo exitosamente en Europa.
La gran duda, por supuesto, es por qué la desigualdad de la clase media volvió a incrementarse en los años 1980. Una posibilidad es la educación. El Proyecto Hamilton, que forma parte de la Institución Brookings, calcula que el salario de una licenciatura universitaria y de un grado avanzado se incrementó enormemente entre 1979 y 1994, de menos del 40 por ciento a alrededor del 200 por ciento y luego se aplanó después de eso, imitando exactamente el comportamiento del Índice Gini. Así que, es posible que el incremento de las computadoras y la información tecnológica hayan beneficiado a la gente educada mucho más que los que no cuentan con una licenciatura.
Una segunda explicación relacionada con esto es el cambio industrial. La investigación económica muestra que los puestos rutinarios medio calificados han desaparecido de las grandes ciudades, lo cual significa que actualmente es muy difícil mudarse a Nueva York o Los Ángeles y obtener buenos empleos como oficinista o trabajador en una fábrica. Eso podría deberse al aumento del conocimiento, al grupo industrial que ha empujado a las industrias de la vieja guardia fuera de las ciudades. También podría estar relacionado con un descenso general de la manufactura relacionada con los servicios como el principal motor del país para el crecimiento del empleo y el procesar en el extranjero el trabajo rutinario.
Una tercera posible razón es el descenso de sindicatos del sector privado, que realmente se aceleraron en los años 1980.
Los débiles o no existentes sindicatos también podrían exacerbar los cambios de los turnos industriales y cambiar la tecnología impidiendo que los trabajadores de restaurantes, tiendas y otros servicios locales fuercen a las empresas a asegurarse que sus trabajos son tan buenos como los empleos de las fábricas que han reemplazado.
Así que, mientras Estados Unidos se enfoca en las fortunas de Bezos y Musk, le haría bien no olvidarse de otro tipo de desigualdad. Los años 1980 dejaron a Estados Unidos un legado incómodo con el que nunca hemos lidiado. Si queremos restaurar el ideal de un país de clase media, eventualmente vamos a necesitar hacer algo acerca de eso.