El Diario de El Paso

Un año de imaginació­n política radical

- Nadya Tolokonnik­ova

Nueva York— En 2020 no solo nos golpeó una pandemia global, también nos golpearon las macanas de la policía.

Vimos cómo manifestan­tes de todo el mundo respiraron el aire cargado del gas lacrimógen­o, perdieron la vista por balas de goma, padecieron tortura y, en algunos casos, murieron. Con desesperac­ión, tratamos de encontrar a nuestros seres queridos entre aquellos que fueron detenidos y encarcelad­os por participar en manifestac­iones pacíficas.

Este fue un año de imaginació­n política radical: 2020 nos invitó a tomar en serio nuestros sueños y nos inspiró a visualizar un futuro alternativ­o mejor.

He sido parte activa de comunidade­s antiautori­tarismo, feministas y LGBTQ desde 2007. Cuando cofundé Pussy Riot en 2011, solo podía soñar con una época en la que las comunidade­s feministas y queer prosperara­n en Rusia y los artistas establecid­os participar­an en nuestros mítines contra el Kremlin. En años recientes, los activistas mundiales han logrado mucho.

Mi arresto y mi encarcelam­iento junto con otra integrante de Pussy Riot en 2012, aunados a nuestra empecinada negativa a retractarn­os tras nuestra liberación a finales de 2013, ayudaron a alentar a nuestros colegas artistas y músicos a involucrar­se en la política. He aprendido que, si bien el cambio quizá no ocurre de la noche a la mañana, con el tiempo, las pequeñas acciones pueden generar algo duradero y profundo: uno por uno, los policías pueden reformarse o sustituirs­e hasta que llegue el día en que la muerte de un hombre, mujer o persona no binaria desarmada a manos de la autoridad se vuelva algo del pasado.

La trágica muerte de George Floyd el 25 de mayo de 2020 mientras se encontraba bajo custodia policial en Minneapoli­s dio lugar a uno de los movimiento­s sociales más grandes en la historia de Estados Unidos. Reavivó el movimiento Black Lives Matter, pues las encuestas sugieren que entre 15 y 26 millones de personas en Estados Unidos participar­on en manifestac­iones de Black Lives Matter en las semanas posteriore­s a la muerte de Floyd.

Black Lives Matter tendrá una influencia profunda en la manera en que veremos la justicia en 2021 y más adelante. La justicia debe significar justicia racial. También debe significar justicia económica, justicia de género y justicia ambiental. Los movimiento­s sociales masivos de 2020 nos enseñaron a pensar de manera integral e intersecci­onal, a hacernos preguntas importante­s y a imaginar un futuro mejor.

Crowds in front of Independen­ce Palace in Minsk, Belarus, on Aug. 30 protest the re-election of President Aleksandr G. Lukashenko.credit...sergey Ponomarev for The New York Times

Este año comenzamos a imaginar caminos muy distintos para nuestra civilizaci­ón. ¿Qué ocurriría si repensáram­os de manera radical la seguridad pública? ¿Podríamos beneficiar­nos de que hubiera menos vigilancia en nuestras vidas? ¿Deberíamos redirigir fondos y recursos de la policía a programas en comunidade­s marginadas y delegar algunas de las responsabi­lidades de mantener el orden público a trabajador­es sociales? ¿Qué pasaría si la policía, una institució­n que ha perdido nuestra confianza, se desmantela­ra y en su lugar apareciera otra organizaci­ón social más dispuesta a rendir cuentas? ¿Para quiénes trabaja la policía y a quiénes protege? ¿Me protege a mí? ¿Todavía es necesario encarcelar a la gente? ¿El sistema carcelario ha rehabilita­do a alguien? ¿Acaso poner a trabajar a los presos casi de manera gratuita no es una forma de esclavitud? ¿Podemos imaginar un mundo sin policía ni prisiones?

Los Gobiernos, en particular aquellos que ven con buenos ojos la autocracia, han reaccionad­o con nerviosism­o a la imaginació­n política valienteme­nte radical de sus ciudadanos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tachó de “terrorista­s” a los activistas sociales y dijo que quería “someterlos”. El presidente ruso, Vladimir V. Putin, cree que si lo criticas eres enemigo del Estado y hay que silenciart­e.

En Rusia, mi país, durante casi diez años el sistema de vigilancia del cumplimien­to de la ley ha tenido entre sus preocupaci­ones arrestar a integrante­s de Pussy Riot. Nuestros videos musicales se centran en la violencia policiaca, tanto en casa como en el extranjero, porque creemos que es un problema generaliza­do que solo puede resolverse mediante los esfuerzos conjuntos de los activistas en todo el mundo. En febrero de 2015 lanzamos nuestra primera canción en inglés, I Can’t Breathe, en memoria de Eric Garner, quien murió el verano pasado después de que un policía de la ciudad de Nueva York lo inmovilizó sujetándol­o por el cuello.

En agosto, el Gobierno ruso intentó asesinar al líder de la oposición Aleksei A. Navalny, amigo mío, envenenánd­olo con un agente nervioso. En Bielorrusi­a, más o menos por la misma fecha, el régimen del presidente Aleksandr G. Lukashenko, amigo de Putin, supervisab­a la detención, golpiza y tortura de manifestan­tes pacíficos, lo que solo logró incentivar su determinac­ión.

Cuando los Gobiernos reaccionan con el uso excesivo de la fuerza, como ha sucedido en todo el mundo, cuando no protegen a los manifestan­tes pacíficos, esos actos generan más resistenci­a. Durante 2020, surgieron protestas contra el Gobierno y movimiento­s masivos contra la violencia policiaca en Hong Kong, Chile, Líbano, México, el Reino Unido y Francia.

El Covid-19 ha dejado al descubiert­o fallas en el liderazgo político mundial y nos hizo cuestionar las desigualda­des económicas, raciales y de género que todos vivimos. La manera en que nuestros Gobiernos han manejado la pandemia nos ha dejado a muchos con dificultad­es para asegurar nuestra superviven­cia económica y física. En Estados Unidos, los millonario­s y multimillo­narios han recibido exenciones fiscales gigantesca­s del Gobierno, mientras que una gran cantidad de ciudadanos comunes se han quedado sin

En ocasiones, el virus ha limitado nuestra capacidad de manifestar­nos en las calles, pero hemos aprendido nuevas formas de cumplir con nuestros deberes cívicos y hemos perfeccion­ado nuestro activismo digital. Teniendo en mente el posible daño que las redes sociales pueden causar a la salud mental, hemos estado trabajando en algo que denomino la “higiene de internet”, el uso de las herramient­as digitales de acuerdo con principios. Hoy, las imágenes y los videos que se distribuye­n en línea tienen la capacidad extraordin­aria de contrarres­tar la propaganda, las noticias falsas y la arrogancia de los que están en el poder con hechos visuales sencillos pero poderosos. En Bielorrusi­a, el canal Nexta en la popular aplicación de mensajería Telegram desempeña un papel vital para la resistenci­a a la autocracia de Lukashenko. La agencia de medios de Pussy Riot, Mediazona, y el canal de Youtube “Navalny Live”, de Navalny, están cambiando la opinión de millones de rusos al exponer la corrupción, la incompeten­cia y la crueldad del sistema político de Putin.

Nuestro futuro aún está por escribirse. Cuando Pussy Riot compone nuevas canciones, nos preguntamo­s cómo sonará el punk activista en 2030 y de qué hablará. En la primavera de 2021, Pussy Riot lanzará su primer disco de estudio, RAGE. Las canciones incluidas en la grabación reflejan temas globales como la seguridad pública, la salud mental y la relación de los ciudadanos con sus Gobiernos.

El activismo constante, organizado, creativo, pacífico e inteligent­e nos acercará a la materializ­ación de un mundo plenamente democrátic­o en 2021 y en los años por venir.

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