El Diario de El Paso

Van vs policías y ex militares por toma del Capitolio

Aunque no se ha informado cuántas personas están siendo investigad­as, videos y fotos de la sublevació­n muestran gente con equipo estilo militar mezclada con la muchedumbr­e

- M. Biesecker / J. Bleiberg / J. Laporta / Associated Press

Washington— Cuando partidario­s de Donald Trump se congregaba­n frente al Capitolio la semana pasada y cantaban el himno nacional, se formó una columna de individuos con cascos verde oliva y equipo protector que subió decididame­nte la escalera de mármol en una sola hilera. Cada hombre asido al cuello de la chaqueta del que iba adelante suyo.

Es una formación típica de los militares cuando se aprestan a tomar por asalto un edificio, que cualquiera que sirvió en Irak o Afganistán reconoce de inmediato. Fue un indicio estremeced­or de que muchos integrante­s de la vanguardia de esa turba que ocupó la casa de la democracia había recibido entrenamie­nto militar.

La Associated Press revisó documentos públicos, publicacio­nes en las redes sociales y videos que indican que al menos 21 miembros de las fuerzas armadas o la policía, activos o retirados, participar­on o estuvieron muy cerca de la toma del Capitolio. Y hay decenas más que están siendo investigad­os y que por ahora no han sido identifica­dos. Quienes ingresaron al edificio parecían emplear tácticas, equipo protector y tecnología muy parecidos a los que usa la policía que trató de contenerlo­s.

Expertos en extremismo interno llevan años diciendo que organizaci­ones de extrema derecha y de supremacis­tas blancos tratan de radicaliza­r y reclutar a personas con preparació­n militar. Y afirman que la insurrecci­ón del 6 de enero en la que murieron cinco personas revela que esos esfuerzos parecen estar rindiendo dividendos.

“ISIS (la organizaci­ón Estado Islámico) y al-qaida bien querrían tener gente con el entrenamie­nto y experienci­a de un militar estadounid­ense”, afirmó Michael German, ex agente del FBI que hoy es fellow de Brennan Center for Justice de la Universida­d de Nueva York. “Esta gente tiene aptitudes que rebasan por mucho lo que puede hacer un grupo terrorista extranjero. Los grupos terrorista­s extranjero­s no tienen miembros con insignias” militares.

La figura más prominente detectada hasta ahora es un teniente coronel de la Fuerza Aérea retirado de Texas, con condecorac­iones, que fue detenido después de ser fotografia­do con un casco y equipo protector en la sala del Senado, sosteniend­o un par esposas de cuerdas.

Otra veterana de la Fuerza Aérea de San Diego murió al recibir un tiro de la Policía cuando trataba de saltar una barricada cerca de la Cámara de Representa­ntes. Un ex miembro de la unidad SEAL de la Armada, un grupo de combate de elite conocido como Navy SEAL, publicó un video en Facebook con su viaje desde Ohio hasta Washington para participar en la protesta, en el que parecía aprobar la toma de “nuestro edificio, nuestra casa”.

Dos policías de una pequeña localidad de Virginia, ambos ex miembros de la infantería, fueron detenidos por el FBI después de publicar selfies adentro del Capitolio.

También está siendo investigad­o una capitana en actividad especializ­ada en guerra psicológic­a de Carolina del Norte que organizó el traslado de tres autobuses llenos de gente a Washington para apoyar las denuncias infundadas de Trump de que le robaron las elecciones.

Si bien el Pentágono desistió de estimar cuántos soldados y policías activos están siendo investigad­os, la cúpula militar está lo suficiente­mente alarmada como para hacer una advertenci­a a todos sus miembros de que el derecho a la libre expresión no da el derecho a cometer actos de violencia.

El jefe de la Policía del Capitolio tuvo que renunciar ante la ineptitud de las fuerzas de seguridad para contener a los sublevados y varios otros oficiales fueron suspendido­s a la espera del resultado de una investigac­ión de su conducta, incluidos uno que posó para un selfie con un insurrecto y otro que fue visto con gorras de “MAGA” (Make America Great Again, o Hagamos que Estados Unidos Vuelva a Ser Grande).

La AP revisó cientos de videos y fotos de la sublevació­n, que muestran una cantidad de gente mezclada con la muchedumbr­e que lucía equipo estilo militar, incluidos cascos, equipo protector, mochilas y radios. Decenas llevaban consigo sprays, bates de béisbol, palos de hóckey y banderas de Trump atadas a palos que luego usaron para golpear a la Policía.

Muchos de los manifestan­tes lucían insignias alusivas a agrupacion­es ultraderec­histas como Proud Boys, Three Percenters, Oath Keepers y otras organizaci­ones.

Los Oath Keepers, que dicen tener en sus filas a miles de militares activos o retirados, se hacen presentes con frecuencia en manifestac­iones en todo el país, a menudo fuertement­e armados con fusiles semiautomá­ticos y revólveres tácticos.

Stewart Rhodes, veterano del Ejército que fundó los Oath Keeperes en el 2009 en respuesta a la elección del presidente Barack Obama, viene diciendo desde hace semanas que su organizaci­ón estaba preparada para una guerra civil y que estaba “armada y preparada para actuar si el presidente lo pide”.

Adam Newbold, miembro del Navy SEAL retirado de Lisbon, Ohio, quien sirvió más de dos décadas y recibió numerosas condecorac­iones por su valor en el combate, dijo en un video publicado el 5 de enero en Facebook: “Somos patriotas muy preparados, muy capaces y con muchas aptitudes, listos para un combate”.

Posteriorm­ente publicó un video (que fue retirado tras la toma del Capitolio) en el que decía que se sentía “orgulloso” de la ocupación.

Newbold, de 45 años, no respondió a numerosos mensajes de la AP, pero en una entrevista con el portal Task & Purpose negó haber ingresado al Capitolio.

El teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea Rendall Brock Jr., de Texas, quedó bajo arresto domiciliar­io luego de que un fiscal dijese que este ex piloto de combate ingresó a la sala del Senado con cuerdas para usar como esposas porque planeaba tomar rehenes.

“Se proponía secuestrar, capturar, tal vez ejecutar a miembros del gobierno”, afirmó el fiscal Jay Weimer. “Su experienci­a previa y su entrenamie­nto lo hace más peligroso todavía”.

Comandante­s de Fort Bragg, en Carolina del Norte, investigan la posible participac­ión la capitana Emily Rainey, una veterana de Afganistán especializ­ada en guerra psicológic­a que le dijo a la AP que había viajado con otras 100 personas a Washington para oponerse “al fraude electoral”. Ella aseguró que no violó norma alguna y que nadie de su grupo ingresó al Capitolio ni violó las leyes.

“No hay excusas para una actividad delictiva”, dijo el jefe de la policía de Houston Art Acevedo, quien dio licencia y contempla una audiencia disciplina­ria de una agente que estuvo en la protesta del Capitolio.

Su experienci­a previa y su entrenamie­nto lo hace más peligroso todavía”

Jay Weimer, fiscal sobre un teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea que participó y está bajo arresto domiciliar­io “

(Oath Keeperes está) armada y preparada para actuar si el presidente lo pide”

Stewart Rhodes, veterano del Ejército que fundó los Oath Keeperes, en mensajes publicados semanas atrás

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Individuos con equipo militar y en una formación militar avanzan entre la multitud por la escalinata del Congreso durante los disturbios del 6 de enero del 2021 en Washington

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