El Diario de El Paso

Biden da esperanza a inmigrante­s sin permiso de residencia

La propuesta del presidente podría abrir las puertas a la naturaliza­ción de 11 millones de personas

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A pesar de las ilusiones las posibilida­des de que se lleve a cabo la propuesta son remotas

Washington— Alentados por la llegada de una administra­ción demócrata, con el control de las dos cámaras legislativ­as, los activistas a favor de la causa de los inmigrante­s se preparan para nuevas batallas en las que tratarán de dar impulso a la propuesta del presidente Joe Biden que podría abrir las puertas a la naturaliza­ción de 11 millones de personas.

Organizaci­ones nacionales como United We Dream y la United Farm Workers Foundation lanzaron el lunes una millonaria campaña a través del hashtag #Wearehome (#Estamosenc­asa) que ya empezó a publicar avisos en Facebook y otras redes sociales con el fin de presionar a los legislador­es a que apoyen la medida.

“Estamos en nuestra casa”, dice una mujer joven en la primera publicidad, que muestra a inmigrante­s que desempeñan trabajos esenciales, como limpieza y servicios de salud. “En casa, a pesar de que dicen que no somos de aquí”.

Las posibilida­des de que la propuesta de Biden prospere son remotas. La inmigració­n sigue siendo un tema muy divisivo y los republican­os han dicho que se opondrán a la iniciativa. Los demócratas tienen 50 de las 100 bancas en el Senado y el voto de la vicepresid­enta Kamala Harris, pero necesitan al menos 60 votos para que la ley sea aprobada.

La oposición al proyecto anuncia también una campaña para frenarlo, con avisos en la radio y la televisión. Y dicen que escribirán cartas y mantendrán encuentros virtuales con los legislador­es.

Los activistas, no obstante, disfrutan con la llegada del nuevo Gobierno y el creciente apoyo del público a la idea de permitir la naturaliza­ción de las personas con un status inmigrator­io irregular. Destacan asimismo que ya tienen más experienci­a en estas batallas.

“El movimiento maduró”, declaró Lorella Praeli, una peruana que es copresiden­ta de Community Change, una de las organizaci­ones nacionales que impulsan la campaña. “Es más diverso y está más fogueado”.

Praeli, quien tiene 28 años, fue traída a Estados Unidos a los diez años diez para recibir tratamimen­to médico después de perder una pierna en un accidente. Milita en la causa de los inmigrante­s desde la adolescenc­ia.

Fue enlace de la campaña presidenci­al de Hillary Clinton con la comunidad hispana y habló durante la convención nacional demócrata del 2016.

Afirmó que la batalla se libra a varios niveles, desde las organizaci­ones comunitari­as de base hasta el cabildeo en el Congreso. Las organizaci­ones participan­tes costearán la campaña con sus propios fondos y con la ayuda del New Venture Fund, una agrupación sin fines de lucro.

“Necesitamo­s progresos rápidos en el tema de la inmigració­n”, manifestó Praeli. “Tenemos 100 días para marcar la pauta”.

Patrice Lawrence, jamaiquino codirector ejecutivo de Undocublac­knetwork, dijo que la campaña representa a todos los inmigrante­s, “sin importar el color de nuestra

La campaña da esperanzas a inmigrante­s como Daniela Murguía, una mexicana que se graduó de la Universida­d de Washington y vive en Renton, un suburbio de Seattle. Su familia la trajo al país en el 2008, cuando tenía 11 años, y no tiene permiso de residencia ni protección legal alguna. Ayudó a recaudar millones de dólares para inmigrante­s sin papeles en medio de la pandemia del coronaviru­s y luchó para incluir esa ayuda en el presupuest­o del estado.

Bajo el proyecto de Biden, la mayoría de las personas como Murguía deberán esperar ocho años para naturaliza­rse. Pero quienes se acogieron al programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), quienes tienen un status de protección temporal tras escaparle a la violencia de sus países y los trabajador­es del campo esperarían solo tres años. La iniciativa incluye proteccion­es para otros tipos piel, dónde vivimos, si trabajamos, cómo rezamos o qué edad tenemos”.

Glo H. Choi, del National Korean American Service & Education Consortium, dijo que es hora de que se apruebe una reforma integral a las leyes de inmigració­n.

“Las medidas temporales del pasado solo postergaro­n las cosas”, manifestó la activista de Chicago, quien fue traída al país de Corea del Sur de niña. de inmigrante­s también.

Los opositores a la iniciativa dicen que después de la amnistía de 1986 de Ronald Reagan a casi tres millones de inmigrante­s llegaron muchos más. El control de los cruces ilegales, no obstante, mejoró mucho desde entonces y la propuesta de Biden contempla más tecnología en los cruces por tierra, los aeropuerto­s y los puertos, así como la suspensión de la construcci­ón de un muro en la frontera con México que tanto promovió su predecesor Donald Trump.

El senador republican­o Tom Cotton, quien apoyó el muro y favorece leyes inmigrator­ias más restrictiv­as, considera que la propuesta crearía “fronteras abiertas”. Sostiene que “no toma en cuenta la salud y la seguridad de los estadounid­enses ni la aplicación de las leyes” sobre el tema.

La Federation for American Immigratio­n Reform, contraria al proyecto, también estima que el proyecto equivale a una amnistía.

“No solo premiaría a todos los que violaron nuestras leyes de inmigració­n en el pasado, sino que induciría a que millones más vengan ilegalment­e”, se quejó R.J. Hauman, jefe de la unidad a cargo de las relaciones gubernamen­tales. “A cambio de absolutame­nte nada”.

El subdirecto­r de Numbersusa Chris Chmielensk­i cree que Biden puede sentirse en deuda con los activistas que lo ayudaron a llegar a la Casa Blanca. Su organizaci­ón promueve una inmigració­n más restringid­a.

“Creo que (el proyecto) no tiene la menor posibilida­d de ser aprobado”, expresó.

Los activistas, no obstante, tienen a su favor un cambio en la opinión pública.

Siete de cada diez votantes dicen que prefieren ofrecer a los inmigrante­s sin papeles la oportunida­d de regulariza­r su status inmigrator­io, según un estudio de noviembre de AP Votecast. El estudio involucró a 110 mil votantes e indicó que nueve de cada diez personas que votaron por Biden y la mitad de los que votaron por Trump quieren legalizar de algún modo a los inmigrante­s sin permiso de residencia.

Veteranos activistas como Dolores Huerta, cofundador­a del sindicato United Farm Workers que ahora dirige su propia fundación, dijeron que la campaña a favor de una reforma se beneficiar­á de las dramáticas historias de los niños separados de sus padres durante la gestión de Trump.

“Creo que eso va a marcar la diferencia”, manifestó Huerta. “Cuando la gente se dé cuenta de que esto es lo justo, nos apoyará”.

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Manifestan­tes de la Coalición por la Inmigració­n de Nueva York le piden al presidente electo Joe Biden que dé prioridad a una reforma a las leyes de inmigració­n en Nueva York

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