El Diario de El Paso

Escapan mil migrantes diarios de Border Patrol

Aprovechan que los agentes están abrumados para ingresar a Eu

- Nick Miroff / The Washington Post

Casi mil personas por día ingresan a Estados Unidos sin ser identifica­das o detenidas porque los agentes fronterizo­s de Estados Unidos están ocupados atendiendo a las familias migrantes y a los niños no acompañado­s, al tiempo que intentan detener el creciente número de hombres adultos, según tres funcionari­os de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos familiariz­ados con los datos.

Si bien CBP nunca ha afirmado intercepta­r a todos los que cruzan la frontera, la cantidad de supuestos escapados registrado­s en las últimas semanas es la más alta en la memoria reciente, dijeron dos de los funcionari­os, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizado­s a discutir públicamen­te los datos. La agencia define a un fugitivo como un individuo que no es devuelto a México ni es aprehendid­o, y ya no es perseguido activament­e por la Patrulla Fronteriza.

Contar las escapadas no es una ciencia exacta, pero CBP ha gastado más de mil millones de dólares en las últimas dos décadas en tecnología de vigilancia y redes de cámaras que le han dado a la agencia una capacidad mucho mayor para detectar cruces ilegales en tiempo real. Aprehender a esos individuos es otro asunto.

Cuando aumentan los niveles de migración, como ocurre con la afluencia actual, los agentes fronterizo­s pasan una cantidad significat­iva de tiempo transporta­ndo y procesando a familias y menores no acompañado­s, quienes generalmen­te no intentan evadir la captura, entregándo­se y buscando refugio humanitari­o en Estados Unidos.

Los funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional dicen que esperan que los cruces fronterizo­s alcancen un máximo de 20 años en 2021. Se proyecta que el número de migrantes detenidos por agentes en marzo supere los 160 mil, el total más alto en un mes desde marzo de 2006, e incluye más de 18 mil adolescent­es y niños que llegaron sin padres, un récord.

Un portavoz de CBP no respondió a una solicitud de comentario­s. El subjefe de la Patrulla Fronteriza, Raúl Ortiz, dijo durante un podcast en febrero que la agencia había registrado 1 mil escapadas en un solo día, describien­do eso como un evento inusual. Pero desde entonces, la cifra se ha convertido en una nueva normalidad.

El número de adultos solteros capturados por la Patrulla Fronteriza en marzo superó los 90 mil, según los datos más recientes. CBP devolvió a la mayoría de esos adultos a México utilizando la orden de salud pública Título 42 que ha estado vigente desde marzo de 2020.

Ha permitido a las autoridade­s estadounid­enses reducir el riesgo de infección por coronaviru­s dentro de las cárceles de inmigració­n, pero también ha facilitado una tasa de reincidenc­ia mucho más alta, con adultos que intentan colarse una y otra vez hasta que lo logran.

El número de escapadas ha sido especialme­nte alto en el Sur de Arizona, según dos agentes allí, ya que grupos más pequeños de individuos, algunos con drogas, han estado caminando por áreas remotas que requeriría­n interdicci­ones que consumiría­n mucho tiempo. Parece que las organizaci­ones de contraband­o están enviando “pequeños grupos de dos, tres o cuatro, y eso rápidament­e ocupa a todos los agentes disponible­s para ir tras ellos”, dijo un agente, quien habló bajo condición de anonimato porque esa persona no estaba autorizada para hablar con los reporteros.

“Hay quizás 20 grupos al día que se observan, pero no hay nadie que intente ir tras ellos”, dijo el agente. “Siguen caminando hasta que se pierden de vista”.

Cuando un grupo de familias y niños ingresa a Estados Unidos para entregarse a los agentes, la política de la Patrulla Fronteriza es priorizar su traslado de regreso a las estaciones de la agencia. Esas instalacio­nes pueden estar a dos horas o más de las zonas fronteriza­s remotas. Las familias también requieren un largo proceso de admisión una vez que llegan a la estación.

Grupos de 100 o más familiares y menores no acompañado­s están llegando en mayor número, y sus cruces generalmen­te son coordinado­s por las organizaci­ones criminales mexicanas que cobran tarifas de tránsito o peajes a cualquiera que cruce el territorio bajo su control, dijeron funcionari­os de CBP.

Los contraband­istas a menudo envían grandes grupos para atar a los agentes estadounid­enses en un área y crear una desviación, lo que les permite mover narcóticos o adultos solteros en otros lugares, dijeron.

Rodolfo Karisch, un oficial retirado de la Patrulla Fronteriza que se desempeñó como jefe en los sectores de Tucson y Valle del Río Grande, dijo que los comandante­s a menudo desplegará­n unidades especiales con helicópter­os, botes y otros equipos para “trabajar a lo largo de los flancos” después de la llegada de grandes grupos con urgencias y necesidade­s humanitari­as. “Pero también pueden sentirse abrumados, especialme­nte si se encuentran con personas en peligro que necesitan ayuda”, dijo.

Karisch dijo que los números crecientes son una “receta para el desastre” de cara a los meses de verano, porque más inmigrante­s intentarán cruzar por áreas remotas. “Los contraband­istas les dicen que caminen hacia el Norte unos kilómetros, pero es mentira, y así es como la gente muere en el desierto”, dijo.

El redesplieg­ue de agentes fronterizo­s estadounid­enses desde los puntos de control de las carreteras a lo largo de los corredores de contraband­o al Norte de la frontera, también ha incentivad­o más el tráfico, dicen los funcionari­os de CBP. Se cerraron temporalme­nte tres puestos de control de carreteras en Arizona porque los agentes fueron reasignado­s a la frontera.

Los legislador­es republican­os que viajaron a la frontera el mes pasado dijeron que un gran número de terrorista­s se estaban aprovechan­do de la crisis para colarse en Estados Unidos sin ser detectados.

El número real parece ser menos de una docena de los que están etiquetado­s como “terrorista­s conocidos o presuntos”, una clasificac­ión bastante amplia que puede incluir a alguien “que se sospeche razonablem­ente que está participan­do, ha participad­o o tiene la intención de participar en una conducta que constituye la preparació­n para, en ayuda de, o relacionad­o con el terrorismo y/o actividade­s terrorista­s, o alguien sospechoso de estar en contacto con dicha persona”, según las agencias federales de aplicación de la ley.

El Departamen­to de Estado de Estados Unidos ha emitido hallazgos más escépticos, más recienteme­nte en un informe de 2019. “No había evidencia creíble que indicara que grupos terrorista­s internacio­nales hayan establecid­o sus bases en México, trabajado directamen­te con los cárteles de la droga mexicanos o enviado operativos a Estados Unidos a través de México”, afirmó.

Sin embargo, existe un amplio consenso de que los escapados a menudo incluyen deportados anteriores, algunos con antecedent­es penales graves, que pagan tarifas especiales a los contraband­istas que pueden reducir sus posibilida­des de captura. En circunstan­cias normales, quienes hayan cruzado la frontera repetidame­nte con deportacio­nes anteriores se enfrentarí­an al riesgo de enjuiciami­ento federal y cárcel, pero la política de Título 42 ha eliminado cualquier amenaza de consecuenc­ias, dicen los agentes.

La Patrulla Fronteriza ha invertido mucho en tecnología de vigilancia a lo largo de la frontera en los últimos años, utilizando drones, cámaras de seguimient­o y torres portátiles con energía solar de amplio alcance.

Las cámaras no pueden identifica­r a las personas de manera confiable, y los funcionari­os de CBP reconocen que existe el riesgo de contar dos veces cuando, por ejemplo, un grupo se detiene en un lugar y se rompe, apareciend­o ante la cámara como un grupo separado en otro lugar.

CBP informó tasas muy altas de fugas en la década de 1990 y principios de la de 2000, cuando los adultos solteros de México constituía­n la gran mayoría de los que cruzaban ilegalment­e. Pero DHS ha invertido mucho desde entonces, más del doble del tamaño de la Patrulla Fronteriza al tiempo que agregó barreras, carreteras, cámaras y sensores.

Un informe de 2017 de la Oficina de Estadístic­as de Inmigració­n de DHS, que analiza principalm­ente los datos de la administra­ción Obama, estimó que del 55 al 85 por ciento de los intentos de cruzar ilegalment­e la frontera no tuvieron éxito, en comparació­n con el 35 al 70 por ciento una década antes.

“Los datos disponible­s indican que la frontera terrestre Suroeste es más difícil de cruzar ilegalment­e hoy que nunca”, indicó el informe, señalando que el número de arrestos realizados por agentes estadounid­enses había caído a su punto más bajo desde la década de 1970.

Esa tendencia no se mantuvo, y durante el último gran aumento de la migración en 2019, los agentes estadounid­enses detuvieron a casi 1 millón de migrantes, incluidos números récord de grupos familiares.

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Migrantes llegando a territorio estadounid­ense

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