Los senadores republicanos fueron los responsables
San Diego— Aún sin el Circo de Trump, el Partido Republicano sigue teniendo abundantes payasos.
En la política, nunca han faltado personas que buscan acaparar la atención y que tienen una tendencia a solucionar problemas serios de una manera poco seria. Legisladores de ambos partidos usualmente confunden ser apasionados acerca de un tema con saber algo acerca del mismo.
Por supuesto, uno puede encontrar a muchas personas como ésas en Washington. La capital de nuestro país produce una gran cantidad de estiércol, y parte de eso fue exportado recientemente a la frontera entre Estados Unidos y México.
Ése fue el escenario para lo que 19 senadores republicanos etiquetaron como una misión para conocer los hechos y lo que el resto de nosotros conoce como un cursi truco publicitario.
Ataviados con pantalones de color caqui y cachuchas de beisbol, esos legisladores no fueron a la frontera para encontrar las respuestas. Ellos se consideran a sí mismos como personas inteligentes en cualquier lugar, y en cada tema, y que conocen todas las respuestas. Todo lo que ellos necesitaron fueron unas cuantas anécdotas de agentes de la Patrulla Fronteriza para impulsar su mensaje: “Esta crisis fronteriza fue provocada por el presidente Biden”.
En las últimas semanas, las delegaciones políticas de Washington y cuadrillas de noticieros nacionales de Nueva York viajaron a ese lugar en el sur de Texas, en la frontera entre Estados Unidos y México. Cuando arribaron, se quedaron impactados al descubrir un fenómeno que ha estado ocurriendo desde el siglo pasado: personas cruzan la frontera sin autorización.
Miles de migrantes, que van desde familias enteras hasta menores no acompañados, vienen de Guatemala, Honduras y El Salvador con la esperanza de poder demostrar el suficiente “temor creíble” para ser declarados refugiados por el Tío Sam.
¿Eso es todo? Temor es lo único que esas personas tienen mucho. Eso fue provocado por pandillas despiadadas que extorsionaron a buenas personas y luego mataron a las que no pueden pagar. Inesperadamente, Estados Unidos, esta tierra de inmigrantes que, en realidad nunca le han agradado los inmigrantes, empezó a ser un buen lugar para ir.
El sueño americano se ha reducido a simplemente permitir que trabajen en Estados Unidos, en donde podrían tener el privilegio de hacer la limpieza para los estadounidenses, cuando no están ocupados criando a nuestros hijos o cocinando nuestra comida o cuidando a nuestros adultos mayores.
Ésa es la verdadera historia, la que le falta a los medios de comunicación y que los políticos ignoran deliberadamente. Eso fue lo que causó la mayoría de los problemas en la frontera: los empleadores estadounidenses. Ellos nunca se han hecho responsables, y son los que le han mostrado a esa gente el camino para salir de la violencia y desesperación en Centroamérica.
Algunos estadounidenses tal vez no están atando cabos entre los inmigrantes de antes y los refugiados de hoy. Aunque eso no es difícil.
¿Ven a ese niño guatemalteco de 12 años que viene en la caravana, caminando solo y cruzando por México para llegar a Estados Unidos? Él tiene un número telefónico en su bolsillo y espera llegar a Michigan para quedarse con su tía. Ella ha vivido allí desde hace 10 años. ¿Ustedes conocen a esa tía? Por supuesto que sí. Ella es su sirvienta. Ella arregla las camas y limpia los pisos de su casa, que les permite tener un estilo de vida de clase alta con un salario de clase media.
Ésa es una historia digna de contarse. Los republicanos han tenido un papel protagónico en eso desde por lo menos 35 años. Cuando el Congreso aprobó el Decreto de Reforma de Inmigración y Control en 1986, que prometió sancionar a los empleadores de inmigrantes ilegales, los legisladores disminuyeron el rango para la aplicación de la ley para aquellos que “conscientemente” contrataran a indocumentados.
Por otra parte, la Cámara de Comercio de Estados Unidos que financia a los candidatos del Partido Republicano cuando se postulan al Congreso no dudaría en echar abajo esa legislación.
Desde entonces, los republicanos del Congreso y especialmente en el Senado consistentemente han impulsado esa política de inmigración permisiva y a favor de los negocios que les proporciona trabajadores a los empleadores que los necesitan y permite que eviten el castigo cuando infringen la ley.
Como todos saben, la frontera entre Estados Unidos y México puede ser un lugar peligroso. La semana pasada no hubo un lugar más peligroso para estar entre una cámara de televisión y uno de esos legisladores del Senado que siempre buscan la fama.
“Una de las lecciones que aprendí es que, si uno no construye un muro, ellos van a venir a este país. Si uno no termina de hacerlo y asegura la frontera, está invitando a esa gente para que venga a este país”, comentó el senador republicano John Thune de Dakota del Sur.
Estás en un error, genio. Nosotros invitamos a esa persona para que vengan a este país cuando les ponemos un letrero que dice: “Solicito empleado”.
Esos senadores republicanos podrían haberse ahorrado un viaje a la frontera. Si quieren saber a quién culpar por el hecho de que los migrantes y refugiados se dirijan al norte, sólo tienen que mirarse al espejo.