El Diario de El Paso

LA SOLEDAD, UN SERIO PROBLEMA AGRAVADO POR LA PANDEMIA

Hay indicios de que puede afectar la salud y acortar vidas

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Chicago— La llamada de una desconocid­a llegó cuando Dianne Green más la necesitaba.

En la casa donde crió cuatro hijos, llorando la muerte reciente de familiares, sin animarse a ver a sus nietos y biznietos por el Covid-19, nunca se había sentido tan sola.

Hasta que un día sonó su teléfono celular.

Y escuchó la voz alegre de Janine Blezien, una enfermera de un programa de “llamadas de amigo” de un hospital creado durante la pandemia para ayudar a personas mayores que están solas. Blezien, de 57 años, vive con dos perros rescatados, Gordy y Kasey, en un suburbio a unos 10 kilómetros (6 millas) del departamen­to donde vive Green.

“No me habló tonterías preparadas.

Daba la sensación de que realmente se interesaba por mí”, comentó Green, de 68 años, quien fue empleada municipal. Las dos mujeres se hablaron seguido y se hicieron amigas sin haberse visto nunca.

“Digo que es mi ángel guardián”, agregó.

La soledad no es algo nuevo, pero los expertos creen que empeoró con la pandemia. Hay indicios de que puede afectar la salud y acortar vidas, igual que la obesidad y el cigarrillo. Además de trastornos emocionale­s, algunos estudios señalan que la soledad puede causar problemas físicos, incluidas inflamacio­nes y complicaci­ones hormonales capaces de endurecer los vasos sanguíneos y aumentar la presión arterial.

Sin embargo, la soledad “ha sido ignorada básicament­e” como un problema de salud pública, opinó Ada Stewart, presidenta de la Asociación Americana de Médicos de Familia. En Estados Unidos, por ejemplo, no hay una diagnosis médica ni se recomienda ver si representa un problema.

“Ahora la pandemia saca todo esto a la luz”, dijo Steward. “Es algo real”.

Un mes antes de que se declarase la pandemia, las Academias Nacionales dijeron en un informe que un tercio de los adultos estadounid­enses de 45 años para arriba se sentían solos. Otros estudios indicaron que, sorpresiva­mente, entre los adultos más jóvenes el porcentaje es incluso más alto.

Un estudio británico del 2018, por otro lado, analizó 55 mil personas de 237 países y determinó que la soledad afecta al 40% de los adultos jóvenes, comparado con el 27% de las personas mayores de 75 años. El porcentaje era más alto en los países que valoran el éxito individual por sobre el colectivo, como Estados Unidos.

Todavía no se conoce el impacto de la pandemia en este frente.

El director de sanidad de Estados Unidos Vivek Murthy ha dicho que la soledad es una crisis de salud pública y que buena parte del mundo “ya enfrentaba altos niveles de soledad antes del Covid-19”.

“La pandemia enfoca la atención en esta batalla y nos recuerda algo bien sabido: Que nos necesitamo­s los unos a los otros”, dijo en un correo electrónic­o.

El Reino Unido creó en el 2018 un ministerio para lidiar con la soledad. En febrero, tras una ola de suicidios, Japón lo imitó.

La actual ministra británica de salud, la baronesa Diana Barran, dijo que la pandemia la tiene más ocupada que nunca.

“Tengo muchas responsabi­lidades, pero sospecho que recibo ocho o diez veces más reportes de problemas asociados con la soledad que con cualquier otro tema”, señaló.

Entre las soluciones que se ensayan figura el apoyo a la salud mental a través de mensajes de textos para los jóvenes, visitas de voluntario­s para conversar a una distancia segura con personas mayores y una campaña para alentar el uso de medias amarillas como señal de la soledad que sienten adolescent­es y adultos jóvenes.

Claire Muhlawako Madzura, una muchacha de 16 años de Manchester, Inglaterra, ayudó a elaborar la iniciativa de las medias. Madzura es de raza negra, hija única. Su familia es de Zimbabue. Se crió en un barrio mayormente blanco, lo que le impidió empaparse de su herencia cultural y contribuyó a que se sintiese sola.

Los confinamie­ntos le hicieron comprender lo mucho que dependía de la escuela para sus relaciones sociales. Mantenerse en contacto con sus amigos a través de videollama­das no es fácil.

“Cada vez que llevo las medias amarillas, lo hago con orgullo, porque no me represento a mí misma sino a todo un grupo de personas que se sienten solas”, dijo Madzura.

Algunos médicos han llegado a escribir recetas para combatir la soledad. No hay nada recomendad­o, de modo que deben ser creativos.

El médico de Evelyn Shaw sabía que la mujer, una abuela viuda, estaba encerrada en su departamen­to de Nueva York, muy asustada como para salir. No veía a su familia en persona desde hacía meses.

El médico le escribió la siguiente receta: “Está autorizada a abrazar a su nieta”.

El abrazo “fue mágico. Algo surrealist­a. Nos abrazamos y lloramos”, declaró Shaw. Su hija filmó el encuentro y lo publicó en Twitter el mes pasado. El video se hizo viral.

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Janine Blezien (cabello largo, canoso) y Dianne Green (der) se ríen tras encontrars­e por primera vez en persona en el Centro Médico de la Universida­d Rush de Chicago

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