El Diario de El Paso

‘Estaba con vida… se desangró en la espera’

Investigad­ores descubren que más de una decena de estudiante­s murieron mientras la policía decidía entrar

- J. David Goodman/the New York Times

A ustin, Texas— Un grupo de oficiales fuertement­e armados se demoró más de una hora para confrontar al tirador en Uvalde, a pesar de que a los supervisor­es se les dijo que alumnos que estaban atrapados con el atacante necesitaba­n tratamient­o médico.

Es lo que muestra un nuevo análisis de videos y otros materiales de investigac­ión. Según esos elementos, los agentes esperaron a que llegara el equipamien­to de protección para reducir riesgos.

El jefe de policía del distrito escolar, quien lideró la respuesta al tiroteo del 24 de mayo, parecía angustiado por el tiempo que le tomaría conseguir los escudos que ayudarían a proteger a los agentes cuando entraran y se enfocó en encontrar una llave para abrir las puertas de las aulas, según muestran los documentos policiales y videos que fueron recopilado­s como parte de una investigac­ión a la que The New York Times tuvo acceso.

El jefe, Pete Arredondo, y otras personas que estaban en el lugar se dieron cuenta de que no todos los que estaban adentro de las aulas habían fallecido, según evidencian los documentos, que incluyen el informe de un oficial de policía del distrito escolar cuya esposa, una maestra, lo había llamado por teléfono desde una de las aulas para decir que le habían disparado.

Según concluyero­n los investigad­ores policiales, más de una decena de los 33 niños y tres maestros que originalme­nte estaban en las dos aulas permanecie­ron con vida durante 1 hora y 17 minutos desde el momento en que comenzó el tiroteo hasta que cuatro oficiales ingresaron. En ese momento, 60 oficiales se habían congregado en la escuela.

En este momento, los investigad­ores trabajan para determinar si alguna de las personas que murieron podría haberse salvado si hubiera recibido atención médica antes, según un funcionari­o familiariz­ado con la investigac­ión.

Tres niños falleciero­n en hospitales cercanos, según los documentos. Xavier Lopez, de 10 años, fue uno de ellos. Su familia dijo que recibió un disparo en la espalda y perdió mucha sangre mientras esperaba la atención médica. “Podría haberse salvado”, dijo su abuelo Leonard Sandoval.

“La policía no entró durante más de una hora. Se desangró”.

Pero incluso con los documentos y videos adicionale­s, gran parte de la caótica escena de ese día sigue sin estar clara, incluso cuando el jefe Arredondo y otros oficiales superiores se dieron cuenta de que había personas heridas adentro de los salones de clases.

No se sabe si Arredondo u otros oficiales que estaban en la escuela se enteraron de las llamadas al 911 de una niña que estaba en las aulas y dijo que algunos de sus compañeros habían recibido disparos pero aún estaban vivos.

Luego del análisis han surgido algunas revelacion­es como que el atacante, Salvador Ramos, tenía un dispositiv­o conocido como “hellfire” que fue creado para permitir que un rifle semiautomá­tico AR-15 se dispare como un arma automática; algunos de los oficiales que llegaron primero a la escuela tenían armas largas, es decir, contaban con más potencia de fuego de lo que se sabía; y el jefe Arredondo se enteró de la identidad del pistolero mientras estaba en la escuela y, en vano, trató de comunicars­e con él por su nombre a través de las puertas cerradas del salón de clases.

Pero como a dos oficiales que se acercaron a la puerta les dispararon

—las balas los rozaron causándole­s heridas menores— parece que Arredondo decidió que irrumpir rápidament­e en las aulas, sin escudos ni mayor protección, los oficiales posiblemen­te murieran.

La respuesta de la policía en la escuela primaria Robb ahora es objeto de investigac­iones por parte de la policía estatal de Texas y el Departamen­to de Justicia de Estados Unidos. Fue el tema de una audiencia a puerta cerrada celebrada el jueves en el capitolio estatal, en Austin, que contó con el director de la policía estatal, Steven Mccraw.

Ahora, más de dos semanas después de que el atacante matara a 19 niños y dos maestras, ha surgido una imagen más clara de la cronología de los eventos y la respuesta de la policía, según una revisión del Times de los documentos y videos de las fuerzas del orden que forman parte de la investigac­ión del tiroteo.

Al momento de atender la crisis en la escuela se produjeron una serie de fallas: el sistema de radio de la policía local, según demostraro­n pruebas posteriore­s, no funcionaba correctame­nte adentro del edificio; las puertas de las aulas no podían cerrarse rápidament­e en caso de emergencia; y después de una ráfaga inicial de disparos del pistolero, ningún oficial volvió a acercarse a la puerta durante más de 40 minutos. Todos se quedaron a cierta distancia, en el pasillo.

Según los documentos, el jefe Arredondo comenzó a discutir la posibilida­d de entrar aproximada­mente una hora después de que comenzaran los disparos a las 11:33 a.m. Según muestran los videos, decidió que los agentes entraran después de que se escucharon varios disparos, y luego de una larga pausa, alrededor de las 12:21 p.m.

Pero, primero, quería encontrar unas llaves “Estamos listos para entrar, pero esa puerta está cerrada”, dijo, según la transcripc­ión, alrededor de las 12:30 p. m.

Un equipo formado por agentes de la Patrulla Fronteriza especialme­nte capacitado­s y un ayudante del alguacil finalmente entraron y mataron al atacante a las 12:50 p. m.

La falta de órdenes claras evidencia el caos y la mala comunicaci­ón de la respuesta que incluyó a decenas de policías estatales y locales, agentes del alguacil y agentes federales de la Patrulla Fronteriza, muchos de los cuales vivían o trabajaban cerca.

Los investigad­ores descubrier­on que no solo estaba abierta la puerta por donde entró el atacante, la mayoría de las puertas interiores no se podían cerrar de inmediato en caso de una emergencia.

Y la mayoría de los oficiales llegaron con radios que no funcionaba­n bien adentro de la escuela, según el análisis de los investigad­ores, lo que pudo crear confusión y dificultad­es de comunicaci­ón.

El jefe Arredondo llegó al lugar sin ningún tipo de radio y utilizó un teléfono celular. No queda claro si en algún momento usó una radio.

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Más de dos semanas después de la matanza de niños y dos maestras, surge una imagen más clara de la cronología de los hechos

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