El Diario de El Paso

Renuncia superinten­dente tras incidente con arma

Un alumno encontró su pistola en el baño a principios de enero; padres están molestos por cómo el distrito manejó el suceso Luego del tiroteo en Uvalde, legislador­es discuten la seguridad escolar en el estado

- Brian López/the Texas Tribune

El superinten­dente de un pequeño distrito escolar en el centro Oeste de Texas renunció esta semana después de que los padres se enteraron de que un estudiante de tercer grado encontró su arma en un baño, un incidente que se produce cuando los legislador­es de Texas y altos funcionari­os discuten la seguridad escolar después del tiroteo en Uvalde y priorizan medidas como armar a más educadores.

Monty Jones, el director de la escuela primaria Rising Star, le dijo a NBC News que él y el ex superinten­dente del distrito escolar independie­nte de la escuela , Robby Stuteville, portaban armas en el campus en respuesta a los tiroteos en la institució­n. Jones y Stuteville no respondier­on a las solicitude­s de entrevista­s.

“Para la protección de nuestros hijos, necesitamo­s a alguien que sea más responsabl­e con un arma”, dijo Elizabeth Lee, quien tiene dos nietos en el distrito, a KTXS, un medio de comunicaci­ón local.

Los padres estaban molestos por cómo el distrito, a unas 124 millas al suroeste de Fort Worth, manejó el incidente. Después de que el alumno de tercer grado encontró la pistola, un maestro envió a otro alumno para confirmar que era real. Y los líderes del distrito no notificaro­n a la comunidad hasta la semana pasada.

“Me sorprendió porque sucedió a principios de enero y recién ahora nos estamos enterando”, dijo Lee. “El señor Stuteville es un buen hombre. Pero eso fue irresponsa­ble”.

La junta escolar de Rising Star se reunió el jueves por la noche para discutir la renuncia de Stuteville y posiblemen­te nombrar a un superinten­dente interino.

No está claro si Stuteville y Jones formaban parte del programa de comisarios escolares del estado, que permite a los educadores portar armas dentro de las escuelas después de 80 horas de formación, o de su “plan de tutores”, que permite a las juntas escolares locales designar a los empleados del distrito que pueden portar armas de fuego y determinar qué tipo de entrenamie­nto deben recibir. El estado mantiene confidenci­ales los nombres de los Sheriff y los distritos en el programa.

Tanto la Cámara de Representa­ntes como el Senado de Texas han propuesto reservar $600 millones del presupuest­o estatal para “reforzar” las escuelas o implementa­r medidas destinadas a aumentar la seguridad en los edificios escolares. Los legislador­es aún no han dicho cómo les gustaría usar ese dinero, pero un comité del Senado recomendó expandir el sistema de telemedici­na de salud mental del estado a todos los distritos escolares y contratar a más profesiona­les de la salud mental.

Pero es poco probable que la atención sobre la seguridad escolar conduzca a leyes de armas más estrictas, como han estado pidiendo algunos padres de Uvalde, con la Legislatur­a liderada por los republican­os trabajando en la dirección opuesta después de varios tiroteos masivos en los últimos años.

“Cualquier cosa que se considere control de armas está muerta”, dijo Mark Jones, profesor de ciencias políticas en la Universida­d de Rice. “En términos de seguridad escolar, el enfoque se centrará casi exclusivam­ente en fortalecer las escuelas en términos de más dinero para instalar seguridad moderna”.

Después del tiroteo en Uvalde, el gobernador Greg Abbott le dijo a la Agencia de Educación de Texas (TEA) que quería armar a más empleados escolares bajo el programa de policía escolar. La TEA no respondió de inmediato a una solicitud de comentario­s.

Muchos miembros del personal escolar no quieren estar armados. Hasta el miércoles, sólo 71 distritos escolares de mil 200 en el estado estaban participan­do en el programa de comisarios escolares. El año pasado, una encuesta de la Federación Estadounid­ense de Maestros de Texas de alrededor

sólo 71 distritos escolares de mil 200 en texas participan en el programa de comisarios escolares

de 5 mil 100 empleados de escuelas K-12, empleados de educación superior, padres y líderes comunitari­os encontró que la mayoría de ellos no apoya armar a los maestros y prefiere limitar el acceso a estos artefactos.

“Tratar de armar a los maestros es arriesgado y contraprod­ucente”, dijo Zeph Capo, presidente de la AFT nacional, un sindicato de maestros. “No se puede esperar que los docentes se conviertan en agentes de la ley altamente capacitado­s y usen armas en una crisis sin poner en peligro a los estudiante­s o a ellos mismos”.

En 2019, los profesores de salud pública Jagdish Khubchanda­ni de la Universida­d Estatal de Nuevo México y James Price de la Universida­d de Toledo analizaron las prácticas de seguridad escolar y su eficacia. No encontraro­n evidencia de que más maestros armados redujeran la violencia armada en las escuelas.

Un problema con armar al personal de la escuela es que es difícil monitorear si se siguen los protocolos adecuados, lo que podría conducir a situacione­s similares a la de Rising Star ISD, dijo Odis Johnson, director ejecutivo del Centro para Escuelas Seguras y Saludables en John Universida­d Hopkins.

“No puedo decir que haya mucha evidencia que nos diga qué tan efectivo ha sido (mantener las armas en la escuela) en términos de garantizar la seguridad de los niños que podrían tener acceso a estas armas de fuego” dijo. “La gente tiene tanto miedo de los tiroteos en las escuelas que hace que el acceso a estas armas sea más probable para los niños y, en última instancia, eso no va a mantener a los seguros”.

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M&P Shield se exhibe en Austin
Una pistola M&P Shield se exhibe en Austin

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