El Diario

Fin de una larga espera para el Este de Manhattan

Con la inauguraci­ón del subway de la Segunda Avenida, los usuarios de la línea verde viajarán con menos congestión

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Camille Padilla Dalmau

camille.padilla@eldiariony.com

Por casi 100 años se ha estado hablando de la construcci­ón del subway de la Segunda Avenida en el extremo Este las promesas se convierten en realidad con la apertura de cuatro estaciones en las calles 63, 72, 86, y 96 por donde recorrerá la línea Q.

Y aparte del gran alivio que significa para los negocios y residentes del área el que hayan terminado décadas de trabajos de construcci­ón, los que sin duda se verán más beneficiad­os serán los miles de neoyorquin­os de otros vecindario­s que su única opción para transporta­rse por el Este de Manhattan eran los atiborrado­s trenes de la línea verde que circulan por la avenida Lexington.

Los ojos de Herminia Castro, de 39 años, se abrieron con emoción al darse cuenta de lo radica que su viaje diario al trabajo disminuirá. La mexicana actualment­e camina de su hogar en la calle 116 entre Segunda y Tercera a la estación en la misma calle en la avenida Lexington, para tomar allí el tren y llegar a la casa que limpia en la calle 84 y Segunda avenida.

Pero ahora, con el nuevo ser v icio del Q, tendrá una forma más directa de llegar. “Será más rápido porque ahora yo tomo el 6 en la Lexington y me tardo 30 minutos extras”, explicó la madre quien desde este primero de enero podrá tomar autobús hasta la calle 96 y después usar el tren Q hasta la calle 86. “Está muy cerca, va a quedarme muy bien”, expresó.

Alivio para el 6, 5 y 4

Cast ro será u na de las 20 0,0 0 0 p e r sona s que l a Autoridad Metropolit­ana de Transporte (MTA) espera se beneficien a diario con las nuevas estaciones. La agencia que controla los subways de la Gran Manzana, espera que la línea por la Segunda Avenida alivie la congestión de personas en los trenes 6, 5 y 4, sobre todo en las “horas pico”.

“Siempre está congestion­ado”, describió Franci Adames, de 42 años, a la línea verde mientras iba de camino a la calle 96 donde trabaja en el Hospital Mount Sinai. Ella no tomará el Q, pero el beneficio directo que sentirá que es que ahora no viajará como “sardinas en latas” en los trenes que utiliza en la avenida Lexington.

“Me parece estupendo porque es demasiado. A veces no puedes entrar y tienes que dejar pasar 2 ó 3 trenes”, añadió la dominicana.

La MTA estima que los nue-

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