Se anticipa batalla por el noveno juez del Supremo
Existe preocupación porque nombrar un juez conservador inclinaría la balanza en temas cruciales
María Peña
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El Tribunal Supremo ha estado “cojo”, con sólo ocho magistrados, desde la muerte en febrero pasado del juez conservador Antonin Scalia, y la ; - zo será una de las principales batallas en el Senado en 2017.
Los republicanos, que controlan el Senado, se negaron siquiera a tener audiencias ; ! de la Corte de Apelaciones, Merrick Garland, nombrado al cargo vitalicio por el presidente Barack Obama en marzo pasado.
Aunque varios demócratas y grupos progresistas aún guardan esperanzas de que Obama oblig ue a un voto ; ventana antes de que inicie la próxima sesión legislativa en enero, lo más probable es que Garland regrese a su cargo en el tribunal federal.
De hecho, Garland ya está en el calendario para una serie de casos pendientes en el tribunal de apelaciones a partir del próximo 18 de enero.
El Tribunal Supremo, al interpretar si las leyes cumplen con la Constitución, tiene la última palabra sobre un amplio abanico de temas apremiantes en la vida nacional, y la meta de los conservadores, aún sin saber quién ganaría la presidencia, era bloquear de forma inédita a Garland.
En un empate técnico de 4-4 en junio pasado, la máxi- ma corte decidió enviar el caso de los alivios migratorios de Obama de vuelta a las cortes de menor instancia, dejando en pie su bloqueo mientras se resuelve el litigio.
Durante la contienda, el ahora presidente electo, Donald Trump, prometió que designaría a jueces conservadores en contra del aborto y de los matrimonios gay y que, en cambio, defendiesen el derecho a la tenencia de armas, consagrado en la Seg unda E n mienda de la Constitución.
La lista
Trump incluso divulgó en su momento una lista con una veintena de jueces conservadores que, a su juicio, podrían seguir la trayectoria del fallecido Scalia, incluyendo a William H. Pryor, un juez de Atlanta (Georgia) que se opone al derecho constitucional de las mujeres al aborto.
Trump también mencionó a una jueza de Wisconsin, ^ nos controvertida pero que genera menos entusiasmo que Pryor por sus posturas relativamente moderadas.
Pr yor, de 54 años, es, al igual que lo f ue Scalia, un férreo defensor de una interpretación estricta de la Constitución, dando poco o nulo margen a causas progresistas.
^ ; de que fuese el seleccionado, generaría una batalla histórica entre conservadores y progresistas, según observadores.
E n e s e s e nt ido, e l g r upo “Alianza por la Justicia” (“Alliance for Justice”) es uno de varios que han prometido montar una lucha campal en ; #
La minoría demócrata del Senado, que a partir de enero estará liderada por el senador de Nueva York, Charles Schumer, afronta presiones por bloquear la nominación de un juez conservador.
Los republicanos seguirán controlando el Senado, pero solo con 52 de los 100 esca ños en ese órgano legislat ivo. Necesitaría n un total de 60 votos para f renar cualquier posible blo - queo de los demócratas y sus aliados independientes.
La otra opción es que los reglas parlamentarias, de tal - mar al juez vitalicio con mayoría simple de 51 votos.