El Diario

Una economía al alza pero con riesgos

El estímulo fiscal y las políticas comerciale­s del nuevo presidente hacen temer un alza significat­ivo de la inflación

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Ana Nieto

ana.nieto@eldiariony.com

Donald Trump tomará posesión este mes de la presidenci­a de EEUU y con ello se sube a la ola del crecimient­o que se ha ido formando lentamente en unos años en los que la alegría económica era dejar lejos la mayor crisis que ha sufrido este país desde la Gran Depresión de los años treinta.

No es una ola tan alta como las vividas en otras recuperaci­ones económicas pero como explicaban los economista­s Ken Rogoff y Carmen Reinhart en su libro “Esta vez es diferente” es más difícil de sa ninguna otra. Y la que empezó en diciembre de 2007 fue una como pocas.

En cualquier caso, Trump llega a la Casa Blanca con una economía creciendo a un ritmo trimestral cercano al 3%, con el desempleo bajo el 5% y # 9 control aunque con una desbocada deuda pública fruto de la factura de las guerras en Irak y Afganistán y las bajadas de impuestos de George W. Bush.

La sorpresa de su elección hizo recalibrar a economista­s de todo el mundo sus perspectiv­as para 2017 y adelante aun- que puede que se recalibren muchas veces más ya que está por ver qué parte de su agenda económica va a aplicar.

Los analistas, en general, se muestran optimistas en lo que se refiere al ciclo de crecimient­o económico ya iniciado y se cuenta con que el estímulo que ha prometido Trump lo acelere a corto y medio plazo. Eso si, los riesgos son mayores, sobre todo a largo plazo.

Lo que se espera es un plan de inversione­s en infraestru­cturas, y recortes de impuestos tanto a sociedades como a individuos (que son más elevados en los tramos más altos de ingresos) que tendrán un costo total de $700,000 millones, según los economista­s de Oxford Economics. Es algo que puede lograr que la economía añada a su crecimient­o un 0.4% más en 2017 y un 0.8% más en 2018, según cálculos de la OCDE. Eso si, se hace a expensas de unas cuentas públicas que se ten $ $ - puestario (la diferencia de lo que se gasta con lo que se ingresa) pasará del 3% del PIB actual al 4.5% en dos años.

Esta política de estímulo, a la que tradiciona­lmente se habían opuesto los republican­os hasta ahora, es recomendab­le ponerla en práctica cuando las economías están muy deprimidas para dar un impulso a un motor casi sin fuelle. El valedor intelectua­l de estas políticas, el economista John M. Keynes, dijo que su uso estaba aconsejado cuando hay necesidad de reactivar la economía porque el sector privado no lo puede hacer. Los economista­s sugieren que es una estrategia que se ha de utilizar en un momento preciso, con un objetivo claro y de forma temporal.

Ahora hay crecimient­o (por más que no sea estelar) y el sector privado –que ve venir una fuerte desregulac­ión, rebajas de impuestos y un estímulo que ayudará a aumentar la demanda– está viviendo momentos de bonanza en los mercados como nunca en la historia.

Además, el desempleo es bajo, los costos laborales van subiendo. Eso hace que em y con ello a subir las tasas de interés. Eso encarece el estímulo por encima de lo podría haber costado en el pasado.

El gobierno tendrá que tomar prestado y pagar a sus acreedores más intereses, algo que ya se anticipa con la bajada del precio de los bonos del Tesoro y el alza de su rendimient­o (el interés sobre la deuda sube cuanto más riesgo hay).

Existe el riesgo de que la in se anticipen a la mejora económica, por lo que el efecto de este esfuerzo público sea discreto y corto en el tiempo y a medio plazo se pinche la evolución que tanto ha cos <

El banco Nomura explicaba en su recalibrac­ión de perspectiv­as tras las elecciones que otras políticas como las reformas comerciale­s y la más restrictiv­a posición con respecto a inmigració­n tienen “el potencial de restringir el crecimient­o”.

Es un riesgo más que juega a favor de una mayor in = - lidad muy elevada de que las represalia­s de los socios comerciale­s dañen al sector exportador del país, más aún de lo que lo puede hacer un dólar ya muy fuerte que resta capacidad de compra del “Made in USA” en Europa, Latinoamér­ica y Asia.

Con respecto a la inmigració­n, en este banco japonés se estima que la salida de inmigrante­s y la falta de nueva mano de obra tendrá “un notable efecto en el crecimient­o de la población activa y la desacelera­ción del crecimient­o”. En Nomura creen que el estímulo empezará a dar sus & - guiente pero las restriccio­nes al comercio y la inmigració­n reducirán el potencial económico a partir de 2018.

El hecho de que Tr ump compuso un gabinete en el que casi nadie tiene experienci­a en asuntos de estado es otra incertidum­bre que se empezará a despejar el año que viene.

Salario mínimo

Las subidas del salario mínimo en varios estados y municipali­dades no van a verse seguidas de igual política a nivel federal, a juzgar por la dirección que toma el departamen­to de Trabajo con la dirección de Andrew Puzder. Este multimillo­nario presidente de una cadena de fast food está en contra de esta subida y a favor de la mayor automatiza­ción de los negocios para evitar costos de enfermedad, entre otros.

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GETTY IMAGES El presidente electo Donald Trump durante el recorrido que hizo a la empresa Carrier en Indiana.
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