Job Corps, una alternativa gratuita a la
Para muchas familias hispanas, mandar a los hijos a la Universidad es un sueño casi imposible, no solo por el dinero sino porque muc has veces i mplica que se muden de ciudad o estado. Pero ¿sabía que e x iste un programa alternativo para la educación técnica que costea hospedaje, alimentación y subsidios?
Job Corps ha estado presente por medio siglo en todo el país, pero aún así la pre- sencia de jóvenes latinos es casi nula.
Auspiciado por el Departamento de Trabajo, el programa atiende anualmente a 60,000 jóvenes entre 16 y 24 años en todo el país. De acuer ' ; " estudiantes reciben adiestramiento especializado en más de 100 carreras ocupacionales, incluyendo áreas de la Salud, Construcción, Negocios y Finanzas y Tecnología Informática. También pueden participar en adiestramientos en trabajo reales, por medio de aprendizaje en el trabajo.
En el salón de clases, los estudiantes tienen la oportunidad de obtener su diploma de high school o credencial equivalente al diploma de high school y aprender cómo encontrar empleo, y cómo vivir independientes.
De la población total, unos 3,000 asisten a los dos centros de NYC, uno ubicado en el sur de El Bronx y otro en Brooklyn –aunque éste es uno de los pocos que no cuenta con hospedaje (ver recuadro).
Por si fuera poco, el seguimiento que le dan a cada estudiante es muy completo, ya que les ayudan a obtener sus diplomas de high school o el GED; además son asesorados para entrevistas de trabajo, preparar resumé/curriculum vitae, mejorar la habilidad en el uso de computadores, cómo conseguir y retener un empleo, preparación para el examen de admisión militar (ASVAB) e ingresar a la universidad.
L o s g r a du a do s de J o b Corps reciben ser vicios de apoyo para encontrar un trabajo, vivienda, cuidado de niños y transporte hasta 21 meses después de salir del programa.
“Mi vida es mucho mejor que antes”
Jashua Hernández, un joven puertorriqueño de 22 años, reconoce que su vida era un caos antes de ingresar al pro- grama de Job Corps: no le iba bien en la escuela y prefería irla pasando con sus amigos. Su hermano mayor se inscribió y una vez terminado le animó a seguir sus pasos.
“Mi vida es mucho mejor que antes”, comenta Jashua. Él se mudó de Rochester al centro Iroquois Job Corps, ubicado a 45 minutos camino a Buffalo. Al principio fue difícil estar lejos de su familia pero asegura que la experiencia le está sir viendo para madurar, enfocarse y, lo mejor de todo, descubrir su pasión en la carpintería.
“Puedes ayudarle a la gente e incluso construir tu propia casa”, cuenta animado.
El año pasado, en octubre, los estudiantes de carpintería elaboraron los marcos para colocar los espantapájaros usados en un colorido festi- val realizado por el Club de Leones de Medina, en las instalaciones del YMCA.
El centro Iroquois de Job Corps tiene la matrícula abierta todo el año; actualmente hay internos 225 jóvenes, la mayoría provenientes de Buffalo, Rochester y NYC. Solo el 15% son latinos.
Barreras culturales a vencer
Isabel Ortiz, directora de Job Corps para Nueva York y Nueva Jersey, indicó que además de los obstáculos económicos hay algunos aspectos de la cultura hispana que los padres deben superar si de verdad quieren apoyar a sus hijos en su camino al éxito profesional. Muchos padres que son primera generación de inmigrantes tienen temor de que sus hijos se vayan a estudiar