Más de 100,000 madres con hijos esperan en cortes de inmigración
Pilar Marrero
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Cuando la crisis en Centroamérica comenzó a tocar la puerta de la frontera sur de Estados Unidos en forma de miles y miles de familias y menores no acompañados que cruzaban pidiendo asilo, las autoridades de este país reaccionaron reorganizando las prioridades de los jueces de inmigración y poniendo estos casos por delante de todos los demás que ya estaban en el archivo.
Según el análisis de los datos y el testimonio de jueces y personal cercano a este proceso, esta es la razón principal por la cual las cortes migratorias –tribunales civiles que escuchan los casos de personas en proceso de deportación– tienen un retraso histórico, que acaba de aumentar de nuevo a márgenes históricamente altos.
Las cifras no mienten. Alrededor de 300 jueces en 60 cortes de todo el país tienen un pendiente de 533,909 casos en total, y solo en los últimos cuatro meses, los casos prioritarios para familias (madres con hijos menores que cruzan la frontera, casi todas de Centroamérica), aumentaron en un 21.9% para superar los 100,000 en cartera.
Es la primera vez que los casos de estas “unidades familiares” que es como les llama la ley estadounidense, superan los 100,000 (102,342, un proceso legal de su situación individual en este país, incluyendo muchos casos de solicitud de asilo y posible deportación.
Otro rubro que también continúa aumentando es el de los menores no acompañados que cruzan sin sus familiares o adultos con ca- sos pendientes en las cortes: 75,582 acumulados para diciembre del 2016.
Al combinar ambos tipos de migrantes –provenientes en su inmensa mayoría de Honduras, El Salvador y Guatemala– se alcanza casi la tercera parte de los casos pendientes.
Pero el retraso no se debe únicamente a que los casos de estos países que llegan por la frontera están aumentando en número –en 2016 hubo más que en 2015- sino la forma en que el gobierno ha ordenado disponer de ellos, según explicó en una entrevista el juez retirado Paul Wickham Schmidt, quien fue magistrado migratorio desde 2003 hasta junio del año pasado.
“Los casos se acumulan lista y el medio es un desastre. La situación de las cortes migratorias no puede estar peor, nada está funcionando como debiera”, dijo Schmidt. “Esto es lo que pasa cuando los burócratas y políticos de turno manipulan lo que tendría que ser una función puramente judicial”.
Lo que ocurre, explica el ex magistrado, es que cuando empezó la crisis en 20132 014, l a ad mi n i s t r ac i ón Obama tomó la decisión de acelerar estos casos, pero la mayoría son casos de asilo, que son complicados y requieren no solo tener un abogado sino documentación y preparación. Entretanto, otros casos que ya estaban listos para ser juzgados fueron retrasados.
Bajo el gobierno de Obama, las prioridades han sido el procesamiento de criminales, inmigrantes recién arrestados cruzando la frontera y las “unidades familiares” y menores no acompañados.
Ot ra f uente cerca na a l proceso, pero que pidió no - lerar casos que no están lis más tiempo.