El Diario

RESISTENCI­A CIVIL EN LAS CALLES E

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l segundo día de la administra­ción Trump ya ganó un espacio en la historia. No fue por una acción especial del " # - tagonista fue la gente que se manifestó en cientos de ciudades de los 50 estados de la Unión Americana. Fue un clamor en favor de una democracia participat­iva, inclusiva, que respete la diversidad y la libertad del individuo que resonó de un extremo al otro de la nación.

La Marcha de la Mujeres, que se comenzó a gestar hace varios meses, fue una respuesta adecuada al tono establecid­o en la ceremonia de lo toma de posesión del viernes pasado.

Ese día fue la pompa del cambio de poder caracterís­tico y respetuoso de una democracia como la nuestra. El presidente entrante no siempre llega de la mano del voto popular. Precisamen­te por eso, en este caso, era muy importante que Donald Trump mantuviera la dad que tiene la oposición a Trump. Esta es una fuerte señal para mantener la esperanza de que todavía no hay nada perdido y hay mucho por luchar.

Los inmigrante­s deben saber que no están solos. En la marcha estuvieron acompañado­s por los ambientali­stas, por los defensores de los derechos humanos, por los luchadores por la justicia social, por los activistas de la educación pública, por los sindicalis­tas que combaten la explotació­n laboral, por los religiosos que se rebelan y los hombres y mujeres que quieren una sociedad sin racismo.

Ellos tampoco estarán solos. Los inmigrante­s seguirán marchando junto a ellos en este camino del cual falta mucho por recorrer.

El gran desafío es cómo canalizar esa pasión y energía en una fuerza que tenga un impacto hoy para frenar una agenda antipopula­r y crear los cimientos del futuro. El primer paso se dio el sábado.•

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