ESTADOS UNIDOS NO ES UNA EMPRESA H
ay una percepción de ingobernabilidad a poco más de una semana de que Donald Trump tome el poder. Se sabía que su estilo iba a ser diferente, pero era inesperable que en tan poco tiempo creará un caos en el gobierno como ocurrió con su orden para limitar el ingreso de extranjeros de siete países musulmanes.
El problema no es, como se lo quiere mostrar, que se debe a su deseo de cumplir con las promesas de campaña, sino es el proceso de cómo hacerlo. Trump actúa como si Estados Unidos fuera una de sus empresas en donde el jefe ejecutivo omnipotente ordena y todos obedecen. Un gobierno no es así.
La manera en que se ma "= " > - ja la falta de conocimiento y el exceso de arrogancia que prevalece en la Casa Blanca.
Trump, y su círculo, promulgó una orden ejecutiva con largo alcance legal en el área migratoria y en la políti- opciones, a través de un ca el Departamento de Estado. Ellos temen que la orden cause más peligro que seguridad antagonizando hasta naciones aliadas, como Irak al prohibir el ingreso de su gente, esos mismos que combaten junto a los estadounidenses contra ISIS. La Casa Blanca rompió la norma de 40 años al decirles que si no les gusta que se vayan.
A todo esto el Congreso republicano está ausente. Trump gobierna por órdenes ejecutivas, sin consultar / " > - cia de extremistas en la Casa Blanca. De allí salen órdenes irrelevantes como el de Obamacare, y otras caóticas, ya que fueron simples promesas de campañas vacías de detalle para implementarlas.
En el gobierno no hay ley de bancarrota, como las que salvaron a Trump de sus malas decisiones empresariales. Gobernar es un proceso deliberativo en el que sobra el capricho.•