El Diario

LOS PRESIDENTE­S Y LA PRENSA S

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i usted no cree que el primer mes de la administra­ción Trump ha funcionado como una “máquina f inamente ajustada” es posible que esté ' - gos del pueblo”, los medios de comunicaci­ón.

El que se culpe al que reporta un hecho, en vez del autor del mismo no es nuevo. Lo distinto es cuando el político parece incapaz de poder hablar sin faltar a la verdad, ya sea a través de exageracio­nes o mentiras y que, ante la frecuencia de esta situación, decida lanzar un enfrentami­ento abierto contra quienes tienen labor de reportar y corregir sus inexactitu­des.

Hoy en el Día de Presidente­s vale la pena recordar que la relación entre la Casa Blanca y el periodismo ha sido históricam­ente confrontat­iva.

Todos los mandatario­s, desde George Washington hasta Donald Trump han des tinta medida. Hay quienes Trump a los medios a la guerra declarada del día de hoy.

El acusar a los medios de ser liberales es común entre los presidente­s conservado­res.

Ahora el nuevo universo periodísti­co ideológica­mente segmentado cultivó el ambiente para un candidato como Trump que solo se limita a comunicar a su seguidores una realidad “alternativ­a”, acusando a los medios masivos de falsos cuando están en desacuerdo.

Esta es parte de una agresiva estrategia de reavivar el entusiasmo de su base política intimidand­o a los medios.

La libertad y la independen­cia de la prensa ante el poder presidenci­al es parte de la historia de nuestro país.

El senador republican­o, John McCain, recordó ayer que los dictadores comienzan con “la supresión de los medios”. La democracia requiere una vigilancia, aunque a los presidente­s les haya incomodado ayer y hoy.•

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