Trump y Peña
Ambos tienen algo más en común que solo el copete.
un estado donde ganó por 15 puntos de diferencia, y le organizaron una reunión con los trabajadores. Allí el Presidente pudo ser otra vez el candidato Trump, olvidarse de la aburrida agenda de la gobernabilidad o la política exterior, que no entiende ni le interesa, y solazarse en la docena de frases e invectivas que le funcionó tan bien en su campaña “Make America great again”. En un mitin preparado por la Casa Blanca durante días, centenares de obreros vitorearon las trilladas consignas de traer de regreso los empleos a EEUU.
Lo cual me recuerda las * " $ nos regala cada semana de un sonriente y energético Peña Nieto, captado en medio de cientos de personas enfebrecidas que buscan estrechar su mano.
Desde hace un par de años los colaboradores del Presidente mexicano, como ahora comienzan a hacerlo también los del estadounidense, hacen milagros logísticos para llevar al mandatario ante púK a darse un baño de pueblo.
Otro rasgo que tienen en común ambos mandatarios es asumir que el mensajero tiene la culpa del mensaje. No es que lo estén haciendo mal; es que la prensa solo informa de lo que no funciona. La Casa Blanca y Los Pinos creen que la “mala vibra” en contra de ellos es resultado de la difamación y la distorsión propalada por los medios.
Lo dicho: impresentable, sobre todo a los visitantes de otra galaxia.•