Solicita al Congreso que investigue presunto “pinchazo” telefónico
EFE
El presidente Donald Trump solicitó al Congreso de ese país que investigue las presuntas escuchas a sus conversaciones antes de las elecciones de 2016 y determine si el Ejecutivo de su antecesor, Barack Obama, abusó de sus poderes, informó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.
“El presidente Donald J. Tr ump está pidiendo que, como parte de su investigación de la actividad rusa, los comités de inteligencia del Congreso apliquen su autor idad de super v isión para deter minar si los poderes de investigación del brazo ejecutivo fueron abusados en 2016”, señaló Spicer en un comunicado.
Este sábado, el mandatario acusó al expresidente Obama, sin ofrecer evidencias, de haber ordenado la grabación de sus conversaciones en la Torre Trump de Nueva York antes de las elecciones de noviembre pasado, algo que el exmandatario rechazó categóricamente.
Spicer remarcó que “las informaciones sobre investigaciones potencialmente políticamente motivadas justo antes de las elecciones de 2016 son muy preocupantes”, sin aportar detalles del origen de estas.
Asimismo, subrayó que “ni la Casa Blanca ni el presidente ofrecerán más declaraciones hasta que esa supervisión haya sido llevada a cabo”.
Trump señaló directamente el sábado desde su cuenta de Twitter a Obama como responsable de las grabaciones de sus conversaciones en el 8 # 9 ; lleva el nombre del magnate, sede su equipo de campaña electoral.
“¡Terrible! Acabo de enterarme de que Obama tenía mis líneas pinchadas en la Torre Trump antes de la victoria. No se encontró nada. Esto es ¡McCarthyismo!”, dijo Trump en su cuenta de Twitter.
Trump, que regresaba ayer = / de semana en su residencia de Mar-a-Lago en Florida, equiparó las supuestas escuchas al escándalo del Watergate que acabó con la Presidencia de Richard Nixon en 1974.
“Alegaciones falsas o engañosas”
En sus primeros 45 días desde que llegó a la Casa Blanca el 20 de enero, Trump ha hecho “194 alegaciones falsas o engañosas”, según un cómputo del diario “The Washington Post”.
Día a día, el magnate da un nuevo giro al drama de su Presidencia y busca un nuevo blanco contra el que descargar su munición a través de la red social Twitter, ya sea Obama o el fornido Arnold Schwarzenegger, a quien atacó también el sábado por sus bajos niveles de audiencia en “The Apprentice”, el programa de televisión que convirtió al multimillonario en una estrella televisiva.
Expertos coinciden en que Trump sigue inmerso en su propia batalla, ya no electoral, sino por la opinión pública, y hará todo lo posible para imponer su perspectiva del mundo, sin importar si esa visión es falsa o roza la extravagancia.
“Trump busca ganar y no piensa dejar que los hechos se interpongan en su camino. Si los hechos están de su lado, los usará. Si no, se los inven- tará”, dijo Mark Carl Rom, el vicedecano de asuntos académicos de la escuela McCourt de Política de la Universidad de Georgetown.
Todos los políticos intentan colocar la verdad a su favor, pero “nunca antes” hubo en EEUU un presidente que dijera mentiras tan evidentes, según dijo Michael Kazin, profesor de Historia en la Universidad de Georgetown.
“No sorprende que los políticos traten de poner la verdad de su lado, siempre lo hacen. Pero los líderes políticos con eso. Lo que sorprende de Donald Trump es que dice co- sas que pueden ser probadas fácilmente como falsas”, subrayó Kazin.
Por ejemplo, Trump dijo que millones de indocumentados votaron en las elecciones de noviembre, sin embargo, las autoridades locales de su propio partido encargadas de supervisar los comicios han negado ese extremo.
¿De dónde saca el nuevo presidente esas ideas? Los expertos coinciden en que @ la extrema derecha, racista y misógina de EEUU, a la que dan voz medios conservadores como Breitbart, una web que estuvo dirigida por el actual estratega jefe de la Casa Blanca, Steve Bannon.
Los obser vadores creen que Trump pudo recurrir a una noticia de Breitbart para extraer la idea de que Obama había pinchado sus teléfonos con el objetivo de perpetrar un “golpe silencioso” para impedir que el magnate se hiciera con la Casa Blanca.
Ese portal se hizo eco de las alegaciones del locutor de radio conservador Mark Levin, quien alegó que Obama usó tácticas de “policía estatal” para socavar a Trump en los últimos meses de su campaña presidencial.
Según el profesor de Políti-
El exdirector de Inteligencia niega presuntas escuchas
El que fue Director de Inteligencia Nacional (DNI), James Clapper, bajo el mandato del expresidente Barack Obama, negó ayer que se grabaran las conversaciones Trump durante la campaña electoral. “Diré que desde el aparato de seguridad nacional que coordinaba como DNI, no hubo esa actividad de escuchas al presidente electo en ese momento, como candidato, o contra su campaña”, dijo Clapper en el programa “Meet the Press” de NBC. Clapper remarcó que de haberse producido estas grabaciones “ciertamente” lo habría sabido y aseguró que podía “negar” la existencia de una orden judicial bajo la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera que permitiera al FBI intervenir las comunicaciones en la Torre Trump en Nueva York.
ca del Colby College de Maine, Anthony Corrado, difundir mentiras sirve a Trump para distraer al público y evitar, por ejemplo, que el debate gire en torno a las reuniones # / Jeff Sessions, con el embajador ruso en Washington, un sonado escándalo desvelado la semana pasada.
“Crea mucho ruido, capta la atención de la prensa y sirve de distracción”, opinó Corrado.
Según este experto, los líderes republicanos del Legislativo, Paul Ryan y Mitch McConnell, son los que están a / X del partido y están “dispuestos” a aceptar las mentiras de Trump porque distraen la atención y les da tiempo para, por ejemplo, elaborar la ley que sustituirá a la reforma de salud de Obama.
El peligro es, sin embargo, que las teorías conspiratorias de Trump podrían acabar por parecer verdades debido a la repetición incansable de falsedades.