El Diario

Dispositiv­os que salvan vidas en EEUU se fabrican en México

- TIJUANA, MÉXICO

El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ha transforma­do a esta energética ciudad fronteriza de un lugar árido en algo totalmente diferente: una capital mundial de dispositiv­os médicos.

Los camiones obstruyen los bulevares alineados con las fábricas, muchas con nombres de compañías estadounid­enses: Medtronic, Hill-Rom, DJO Global y Greatbatch Medical. En el interior, trabajador­es mexicanos producen millones de dispositiv­os médicos cada día para el mercado global: desde bolsas para vías intravenos­as hasta res

Casi todos los estadounid­enses con marcapasos –y personas en todo el mundo– caminan portando partes fabricadas aquí.

Cuando el presidente Donald Tr ump amenaza con re-hacer ac uerdos comerciale­s y golpear fuertement­e a los impuestos sobre las importacio­nes, se centra en gran medida en las automotric­es y los fabricante­s de aire acondicion­ados. Pero el negocio de dispositiv­os médicos puede ser un “estudio de caso” particular­mente reve de “desenredar” el comercio mundial.

Estados Unidos importa alrededor del 30% de sus dispositiv­os médicos y suministro­s. El problema es que hay barreras para importar los puestos de trabajo vinculados a esta producción. Para garantizar la seguridad de los productos que a menudo terminan dentro del cuerpo humano, los dispositiv­os médicos están estrictame­nte regulados y requieren extensas aprobacion­es por parte de la Administra­ción de Alimentos y Medicament­os (FDA) y de otros inspectore­s.

Como r e s u lt ado, c ua l - quier ajuste de tarifas por parte de la administra­ción Trump podría sacudir no sólo la industria de dispositiv­os en los próximos años, sino también la atención de salud en todo el país.

Aquí, en Tijuana, las fábricas están obligadas a permanecer por años. Los ejecutivos de salud dicen que, durante ese tiempo, un impuesto fronterizo podría fracturar la - nistro global de la industria y obligar a los hospitales estadounid­enses a pagar más por necesidade­s vitales... o algo peor.

“El verdadero peligro es que los suministro­s no estén disponible­s en absoluto”, dijo el doctor John Jay Shannon, director ejecutivo del Sistema de Salud y Hospitales del condado de Cook, en Chicago.

Los hospitales estadounid­enses dependen de montones de vendajes y guantes quirúrgico­s de China, agujas para suturar y articulaci­o ` Œ México. En total, las importacio­nes anuales de dispositiv­os médicos se triplicaro­n,y más,de 2001 a 2016, llegando a $43,900 millones, según <\` / del Fitch Group.

México es el principal pro ` - da, Alemania y China. Y pocos lugares ilustran este paisaje cambiante, o ayudan a explicar la complejida­d de la industria, tan bien como Tijuana, 20 millas al sur de San Diego.

La ciudad alberga la mayor concentrac­ión de empresas de dispositiv­os médicos de México, 70% de las cuales son de propiedad estadounid­ense, según el grupo de desarrollo local. Compañías como Medtronic, CareFusion, DJO Global y Hill-Rom-Welch … • centrales en San Diego– han invertido mucho en Tijuana, construyen­do fábricas con diseños extraños que acompañan las formas montañosas del terreno. Las banderas gigantes que cuelgan de las plantas de fabricació­n instan a que los trabajador­es se unan a ellos.

Las operacione­s de alta tecnología surgieron después que el TLCAN ayudó a transforma­r las fábricas fronteriza­s mexicanas, conocidas como maquilador­as, en poderosos complejos industrial­es. Ahora, en lugar de ser talleres de confección, muchas maquilador­as en Tijuana emplean a una nueva generación de ingenieros y técnicos cali- ? K - bricar dispositiv­os ortopédico­s, equipos quirúrgico­s y catéteres.

Las fábricas han ayudado a rehacer la reputación de la ciudad, que pasó de ser un área peligrosa y poco agradable a un lugar de sofisticad­a fabricació­n industrial. Las cabañas al borde de carreteras hechas de metal corrugado y plástico se enfrentan a nuevos complejos de apartament­os pintados de fucsia y verde lima; se ven muchos SUV último modelo. Los trabajador­es pasan a través de imponentes puertas de seguridad para comenzar turnos operando maquinaria avanzada o cosiendo con delicadeza tejido de cerdo en stents para válvulas cardía en la frontera para seguir su camino rumbo a California.

Sin embargo, la posibilida­d de nuevas políticas comerciale­s proteccion­istas ya está amenazando esta actividad. La pregunta para muchas personas aquí es si se van a revertir los incentivos económicos que motivaron a las empresas estadounid­enses a invertir en la ciudad en primer lugar.

Trump ha argumentad­o que un impuesto de frontera es necesario para mantener puestos de trabajo bien pagados en los EEUU y disuadir a trabajador­es mexicanos que ganan una pequeña fracción de los salarios estadounid­enses. Los técnicos de las fábricas de dispositiv­os médicos en Tijuana ganan alrededor de $14 la hora, en comparació­n con unos $25 por hora para los técnicos en fábricas en los EEUU.

Los c r ít icos del sistema de maquilador­as de México sostienen que los salarios se mantienen injustamen­te bajos y que esto ha impedido que los trabajador­es se organicen. Sin embargo, para las empresas, los ahorros son claros –hasta 45% para los productos que requieren de intensa mano de obra– y han ayudado a alimentar la ola de desarrollo local.

Ahora, incluso los inquebrant­ables empresario­s de la ciudad permanecen inquietos por el cambio en las conversaci­ones comerciale­s.

Las empresas estadounid­enses elaboran planes para construir plantas –o ampliar las ya existentes– con años de antelación, explicó Miguel Félix Díaz, vicepresid­ente de Baja California Medical Device Cluster, una organizaci­ón que representa a 63 plantas de fabricació­n de dispositiv­os médicos que emplean a 60,000 trabajador­es mexicanos. “Por esa razón ahora usted no sabe como podrá verse afectada una operación que comience mañana”.

Si los EEUU aprueban un impuesto a la frontera, agre XŒ ? ! ' + es el que va a pagar”.

^ - rían los clientes estadounid­enses –hospitales, clínicas, hogares de ancianos y consultori­os médicos– no está clara. Trump y legislador­es republican­os no han publicado todavía un plan detallado sobre aranceles comerciale­s o reforma al impuesto corporativ­o.

Los ejecutivos de algunos de los hospitales más grandes de los Estados Unidos han observado nerviosos la creciente tormenta legislativ­a, económica y geopolític­a. Di

matemática.. cen que esta preocupaci­ón sobre el comercio se basa en simple

Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialm­ente independie­nte de la Kaiser Family Foundation. La versión completa en inglés puede leerla en california­healthline.org.

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