Un Ecuador diferente luego de diez años de Correa
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, deja después de diez años de Gobierno un país que considera más democrático, más justo y en la senda de la recuperación económica, un panorama que no ven tan claro sus opositores, que opinan, que su legado es una sociedad dividida.
La llegada de Correa al po una década de inestabilidad política, en la que hubo hasta siete presidentes y problemas económicos que afectaron, principalmente, a los sectores más vulnerables.
Aunque críticos y oposito- res le reclaman lo que considera n concent rac ión de poderes y la injerencia del Ejecutivo en otras instancias en el país prima la independencia de poderes.
Renegoció, por ejemplo, los contratos con las petroleras extranjeras para que - tracción de crudo se quede en Ecuador, entre otras acciones que estremecieron a grupos políticos y económicos tradicionales, que él encuadra en lo que llama “la partidocracia”.
Ello tampoco agradó a ciertos sectores externos, algo que no quitó el sueño al Correa, cuyo Gobierno termi- nará este miércoles -para el comienzo del mandato de Lenín Moreno, ganador en las elecciones de abril pasado- con la denuncia de varios Tratados Bilaterales de Inversión y advertencias a los embajadores extranjeros por “criticar las decisiones soberanas” de la nación.
De pr incipio a f in de su mandato, y con la preocupación latente de ciertos sectores pr ivados poco acostumbrados a r upturas tan taja ntes hacia el exter ior, Correa no ha cesado de repetir a la población un fuerte mensaje sobre el rescate de la soberanía.
También ha sido constante en su confrontación con lo que llama “prensa corrupta”, en rechazar la concentración de capitales en los que tilda de “pelucones” (adinerados).
La planif icación, el alto precio del petróleo a inicios de su Gobierno y una mayor recaudación tributaria le permitieron apalancar sus programas sociales y sacar a dos millones de personas de la pobreza, según los cálculos - mido la gestión en dos palabras: “Década ganada”.
Sus críticos, no obstante, la llaman la “década gastada” y le reprochan no haber ahorrado en épocas de bo- nanza y haberse endeudado en el exterior para afrontar el golpe que sufrió la economía por la bajada del precio del petróleo y de las exportaciones, por la apreciación del dólar, y por los efectos de un terremoto de 2016.
Pero Correa asegura que el ahorro no solo se manifiesta en depósitos sino en inversiones en infraestructura y en ello tiene un amplio catálogo para exhibir: carreteras, hidroeléctricas y puentes.
No dejó sector sin intervenir y su temperamento y fuerte presencia mediática ha puesto a la política en primera plana pero Correa, al que la oposición tilda de autoritario, niega que el país esté dividido y afirma dejar un país estable y democrático; pero para la oposición está dividido y en crisis.•