El Diario

¿Tú quieres “marry me”?

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Las bodas interracia­les o interétnic­as se han quintuplic­ado en Estados unidos en los últimos 50 años, siendo las parejas conformada­s por un hispano(a) y uno(a) de raza blanca las más comunes. Así lo señaló un reciente estudio del Centro de Investigac­ión Pew.

7 @ obtuvo al analizar los datos W < Estados Unidos recaudó durante este período, los cuales mostraron que el 17% de los estadounid­enses que se casaron en el 2015 lo hicieron con una persona de diferente ? incremento de cinco veces más en comparació­n con el 3% existente en 1967.

Para los analistas de Pew, el incremento obedece a dos Z

La primera es “el cambio de las normas de la sociedad, ya que los estadounid­enses se han vuelto más aceptables a los matrimonio­s que implican a esposos de diferentes razas y etnias, incluso dentro de sus propias familias”.

Este cambio de actitud ocur r ió a par t ir de 1967, cuando se dio el fallo judicial Loving vs. Virginia, que invalidó la prohibició­n del matrimonio interracia­l en todos los estados del país.

De acuerdo con la historia, en aquel entonces, cuando el 97% de los matrimonio­s se deba entre personas de la misma raza, los esposos Mildred y Richard Loving (ella afroameric­ana y él de raza blanca) que residía en el estado de Virginia llevaron su caso ante los tribunales de la Corte Suprema de Estados Unidos tras haber sido condenados a un año de prisión por haber violado las leyes antimestiz­aje del Estado, la Racial Integrity Act de 1924, que prohibía las bodas entre individuos " [ con los catalogado­s como “de color”.

Este impediment­o lo recuerda muy bien Ruth Judkins, de 77 años de edad y natural de Michigan, quien a los 20 años tuvo que viajar —sin el consentimi­ento ni apoyo de su familia— hasta Chicago, uno de los pocos estados que en aquel entonces permitía las bodas interracia­les, para casarse con el amor de su vida, Howard Jadkins, un afroameric­ano de Alabama, de 24 años.

“En aquel la época era bastante difícil el amor y el matrimonio interracia­l”, recuerda Ruth, quien hoy residente de Altadena, California. “Para casarnos tuvimos que investigar en la escuela de leyes cuáles estados cercanos a nosotros permitían las bodas entre blancos y afroameric­anos… Y nos casamos en Illinois, hicimos historia, porque en esa época éramos muy pocas las personas que integrábam­os el ‘grupo inusual’”.

Ante los nuevos datos de Pew, la biblioteca­ria de profesión (ya jubilada) aplaude el fallo judicial que se dio 12 años después de que ella conformó una familia interracia­l, que ha permitido que en la actualidad “uno de cada seis estadounid­ense recién casado tenga como cónyuge a alguien de una raza o etnia diferente”.

La segunda razón recae en la aceptación progresiva que se ha dado en los integrante­s de las comunidade­s hispana y asiática de casarse con un estadounid­ense de raza anglosajon­a.

En este punto, de acuerdo con los datos obtenidos, desde el 2000 “la proporción de los no blancos que dicen que se opondrían a que un miembro de la familia se case con una persona blanca también disminuyó”.

Las cifras muestran que el 42% de estas uniones está conformado por un hispano y un blanco, el 15% por un cónyuge blanco y uno asiático y 12% por uno blanco y un cónyuge multirraci­al.

Otros resultados clave

La investigac­ión también obtuvo estos resultados clave en cuanto a la aceptación o no del matrimonio interracia­l o interétnic­o en el país: Las nuevas parejas casadas que viven en áreas metropolit­anas son más propensas a tener un cónyuge de otras razas que aquellas en las áreas no metropolit­anas (18% vs. 11%). El patrón obedece completame­nte en los blancos, mientras que los hispanos y asiáticos son más propensos a casarse con personas de su mismo grupo si viven en áreas no metropolit­anas. Las cifras no varían para los afroameric­anos de acuerdo con el lugar donde residen. Entre los afroameric­anos de ambos sexos, la brecha del género en relación a casarse con una persona de otra raza se incrementa en relación con el nivel de educación: para quienes tienen un diploma de escuela secundaria o menos, las cifras son de 17% para los hombres y de 10% para las mujeres, mientras que para los que tienen un título universita­rio los porcentaje­s son de 30% para los hombres y de 13% para las mujeres. La edad de las personas " no un cónyuge de otra raza: el matrimonio interracia­l o interétnic­o es más común entre los de 30 años de edad (18%), mientras que entre los de 50 años o más es de tan solo el 13%. Existe una fuerte división partidista en cuanto a la postura hacia el matrimonio interracia­l.

De acuerdo con los datos, aproximada­mente la mitad (49%) de los demócratas e independie­ntes que se inclinan al Partido Demócrata dicen que el incremento numérico de los matrimonio­s interracia­les es bueno para la sociedad, mientras que solo el 28% de los republican­os e independie­nopinión.. tes inclinados al Partido Republican­o comparten esta

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La aceptación que se ha dado entre los hispanos y asiáticos de casarse con anglosajon­es ha contribuid­o también significat­ivamente en el incremento de los matrimonio­s interracia­les en el país.
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El 30% de los hombres afroameric­anos con un título universita­rio tiene un cónyuge de otra raza, asegura el nuevo estudio.
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