Richard Trumka
El Congreso debe poner freno al plan presupuestario de la administración del presidente Donald Trump y sus millonarios recortes si quiere evitar una “Edad Dorada” como la que en el siglo 19 sumió a millones de personas en la absoluta miseria y des % ayer varios expertos.
Es que la “Edad Dorada”, en plena reconstrucción tras la Guerra Civil, estuvo marcada por la rápida industrialización de EEUU, que concentró la riqueza en un puñado de magnates que pasaron a la Historia por su ingenio y espíritu emprendedor.
Sin embargo, lejos del glamour de las mansiones y el ostentoso consumo de los ricos, la “Edad Dorada”, que abarcó aproximadamente medio siglo, traicionó las aspiraciones de millones de trabajadores que sufrieron en carne propia una profunda pobreza, abismal desigualdad social y débiles protecciones laborales, todo ello alentado por políticas que favorecían principalmente a los ricos y grandes corporaciones.
La “Edad Dorada” encuentra paralelos ahora ya que, tal como ocurrió a principios de la década de 1900, los estadounidenses atraviesan una creciente polarización entre el lujo y la miseria, cerca del 20% de todo el ingreso en EEUU está en manos del uno por ciento de los ricos, los trabajadores tienen menos protecciones y los pobres apenas subsisten aún si trabajan a tiempo completo.
Analistas consultados coincidieron en que el Congreso debe rechazar la receta de recortes de Trump, porque da la espalda a las promesas que hizo en la contienda para calmar la ansiedad de las clases media y trabajadora.
Los legisladores, aseguraron economistas, deben aprobar en cambio medidas que empoderen a la mayoría de las familias, aquejadas durante décadas de estancamiento salarial.
“Ahora vemos a Trump entrar en escena, y aunque en la contienda habló con la verdad cuando dijo que la economía estaba amañada contra el ciudadano de a pie, ahora una y otra vez le da la espalda a los trabajadores o actúe directamente contra sus intereses”, dijo Heidi Shierholz, analista del Instituto de Política Económica (EPI).
“De por sí los beneficios para la gente pobre no son tan generosos en EEUU, no es que se den la gran vida con esta ayuda. Un problema fun- damental es que ha habido una erosión de los sindicatos y las normas laborales y no hay una base que apoye empleos bien remunerados”, dijo.
En ese sentido, Debbie Weinstein, directora ejecutiva de la “Coalición para Necesidades Humanas”, vaticinó que el plan de Trump generará “más desempleo, más pobreza, más hambre y menos salud entre los más vulnerables”.
+) % - cos se harán más ricos y los pobres más pobres y nuestra propia Era Dorada lo será más pero solo para unos cuantos”, subrayó Weinstein.
I saac Shapi ro, a na l i st a del Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP) aconsejó que el Congreso adopte medidas que apoyen a las familias trabajadoras, incluyendo un aumento en el salario mínimo, más asistencia para el cuidado infantil, más capacitación laboral y vocacional y más
Líder sindical AFL- CIO inversiones en la educación.
“No deberíamos desperdiciar recursos en recortes tributarios para los millonarios, porque no los necesitan, les ha ido muy bien a través de los años”, dijo.
El plan propone recortes por $1.85 billones a “Medicaid” y “Obamacare”, por $59,000 millones a “Medicare”, por $10,600 millones para la educación pública, por $193,000 millones para cupones de alimentos, y por hasta $64,000 millones para el Seguro Social.
Además recorta en un 6% los salarios de empleados públicos y elimina fondos para capacitación en seguridad.
~ Gestión y Presupuesto (OMB), Mick Mulvaney ha sugerido que los recortes alentarán a los pobres a “buscar trabajo” y no depender de subsidios públicos.
Mulvaney “ignora la realidad de decenas de millones de personas que trabajan a tiempo completo, pero no ga ' realidad no son para la clase media“, observó Shapiro.
Además de recortes por $2,5 billones en subsidios en diez años, el plan otorga también reducción de impuestos, para quienes ganan más de un millón de dólares anuales.