El equipo perfecto
Ricardo López Juárez
Cuatro de julio de 2016. Día de la Independencia. La noticia alrededor del mundo es que el agente libre Kevin $ * Warriors, que apenas unas semanas antes habían cedido el trono de la NBA al despilfarrar una ventaja de 3-1 en las Finales contra Cleveland.
Siete de junio de 2017. La promesa de supremacía en el mejor básquetbol del mun - pia cancha de los Cavaliers, derrotados por Golden State por tercer juego seguido en la serie por el campeonato, preparando una posible barrida y, más importante, una * * $ $ en el Área de la Bahía.
El triunfo de 118-113 conseguido gracias a un triple de Durant –de lejos el hombre $ $ $ $ al agotamiento de LeBron James y Kyrie Irving en la recta $ $ un equipo claramente más completo y balanceado, dejó la mesa puesta para la segunda coronación en tres años de estos asombrosos Warriors, ganadores de sus 15 partidos de la postemporada previo al juego 4.
“Es probablemente la mayor potencia que haya enfrentado en mi carrera”, opinó un James todavía de pie, pero casi resignado. “He jugado contra grandes equipos, pero no creo que ninguno haya tenido este tipo de poderío”.
Los números son un buen testamento de ello: 22 puntos de diferencia en el primer juego de la serie, 19 en el segundo, y luego el miércoles un épico triunfo de visitantes a pesar de una noche bestial de James (39 puntos) e Irving (38), los dos mejores hombres de los Cavs.
“Ellos son una aplanadora”, comentó Irving, el hombre que un año atrás hizo la canasta decisiva en Oakland, una que dejó una herida en los Warriors que ha sanado en base a triunfos (30 en los pasados 31 partidos antes del juego 4), récords para colec- cionar y un estilo de juego que revoluciona el deporte.
La primera trilogía de Finales de la NBA en años consecutivos entregó en sus primeras tres batallas la irrefutable conclusión de que no hay nadie capaz de detener a Golden State, que además recuperó desde el segundo partido a su entrenador Steve Kerr en el banquillo.
El éxito es de los jugadores, todos ellos contribuyendo a partes iguales y en proporción a su rol y capacidad; en este sentido, mientras Durant (34 puntos por juego en las Finales) y Stephen Curry (29) se hicieron cargo de la mayor cuota anotadora mientras 5" $ reencontraba su disparo en el tercer juego (30 puntos), Andre Iguodala se desquitaba del recordado tapón de James de hace un año con una gran jugada defensiva el miércoles para provocar un balón perdido que fue el último clavo en el ataúd de los Cavaliers.
Los Warriors ya eran un equipo de campeonato antes de que Durant decidiera que quería jugar para ellos. Con ! " to de su primer título de la NBA, ellos simplemente son los más poderosos, los mejores. Y Durant es la principal razón para tal superioridad.
“Él se hizo cargo del juego”, dijo su entrenador Kerr tras la victoria en el juego 3. “Puedes darte cuenta que él sabe que este es su momento. Ha sido un jugador increíble en esta liga por mucho tiempo. Él entiende que este es su tiempo, su momento, su equipo”.
Y así, los Warriors de Gol $ $ un equipo de antología, perfecto, de época. La dinastía está en proceso.
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