OTRA FANTASÍA H
ay un acuerdo general que la infraestructura de nuestro país se cae a pedazos. El reparar puentes, carreteras, sistemas de aguas y diques a lo largo de Estados Unidos es una propuesta tan necesaria como costosa. Esto requiere un buen planeamiento y voluntad política.
La inversión en infraestructura es una de las ideas más atractivas del presidente Donald Trump. Es una inversión que genera puestos de trabajo y mueve la economía ya sea a través del empleo y mejorando, por ejemplo, una carretera o vía ferrovia # comercio.
El problema es que la propuesta de infraestructura de Trump no es más que un deseo expresado en una orden presidencial, una hoja con siete puntos -en ella también hay tres criticando a Obamay la semana pasada que fue dedicada a este tema, aunque haya sido copada por el testimonio de James Comey.
$ Casa Blanca como en otros temas dedica más tiempo a la promoción que al proyecto. Quizás esto ayude a cer a los privados para que provean esos fondos. La cuestión es cómo hacer que tengan un retorno tan atractivo para que llegue la inversión.
Hay proyectos rentables que tendrán dinero, otros son muy necesarios pero que no prometen grandes ganancias. En esta propuesta quedarían relegados porque el mercado no se interesa y los gobiernos locales no lo pueden pagar.
La sociedad entre el Estado y el sector privado ha probado ser una fórmula exitosa. La experiencia dice que requiere % & ' chos acuerdos para proteger los intereses de ambas partes. Hay Estados que tienen estas leyes, aunque varían entre ellos, y otros que no.
Es una prioridad poner al día la infraestructura. Está bien reducir el proceso burocrático como lo propone Trump. Pero esto no debe ser una dádiva para el sector privado. Es necesario proteger al contribuyente que paga al proyecto y al usuario que lo aprovechará.
Esto requiere un equilibrio balanceado que hoy no existe, porque no hay nada más que relaciones públicas que vende un proyecto que todavía no se creó.•