El Diario

Ayuda para personas con discapacid­ades

La organizaci­ón INCLUYEnyc ofrece informació­n en español e inglés para que las familias encuentren oportunida­des para superarse

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Iveliz martel Nueva York

Cuando el acceso a informació­n es escaso, las oportunida­des para prosperar y salir adelante se reducen considerab­lemente para aquellos que tienen alguna discapacid­ad. En Nueva York, son alrededor de 800,000 personas quienes enfrentan los obstáculos que les impone este problema y una de cada tres de ellas vive en situación de pobreza.

Por ello, hay grupos que buscan acortar esa brecha de acceso a informació­n que tienen estos neoyorquin­os, como es el caso de la organizaci­ón INCLU YEnyc que trabaja en orientar a las personas con discapacid­ad y a sus familias, con datos que les permitan abrirse paso en la sociedad.

“Recibimos muchas lla- madas acerca de los procesos del sistema educativo, los derechos que se tienen, cómo ubicar a los niños en las escuelas o cómo pasarlos de una escuela elemental a la intermedia”, contó Barbara Glassman, directora ejecutiva de esa organizaci­ón.

El año pasado, INCLUYEnyc ofreció servicios a casi 9,000 personas. Entre sus be quien es madre de tres niños a los que adoptó cuando tenían un mes de vida. Desde entonces se ha hecho cargo de Wilfre de 8 años, Johnny de 6 y Jacqueline de 5. A todos los ha cuidado con dedicación.

Desde que eran bebés, esta madre notó que Wilfre y Johnny se desplazaba­n de manera distinta al resto de los niños de su edad. “Eran más lentos al moverse o al estirar- se, se caían mucho, les gustaba darle golpes a las paredes y a las sillas”, contó la madre a El Diario. “Fui notando que al llegar a los dos años y medio necesitaba­n ayuda rápido porque vi que lo que tenían no era algo normal”. Wilfre tiene autismo y Johnny, comportami­ento hiperactiv­o.

Siempre con la idea de sa- - ta comenzó un largo camino en busca de escuelas y programas adecuados para ellos. “Yo estaba pidiendo ayuda y leyendo todos los catálogos que podía, informándo­me a qué escuelas podían ir, a dónde dirigirme, qué podía hacer y las escuelas que eran mejores para ellos”, relató la madre oriunda de Colombia.

Fue en ese camino que se enteró de los ser vicios que ofrece INCLU YEnyc y cont ac tó a e sa orga ni zac ión. “Cuando llamé, una chica me atendió muy bien y me dio una cita para llamarme a mi casa e informarme de todo con una intérprete”, re de las escuelas, de lo que yo podía hacer por mis hijos, a dónde ir y qué servicios podían darme”.

Gracias a la orientació­n que recibió de los expertos que sus hijos recibieran el tipo de educación que más se acomoda a su ritmo de aprendizaj­e. “Los niños con disca-

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