Centroamérica: región de crisis en la sombra
No ocupan las portadas de los medios de comunicación como lo hizo en 2015 la imagen del niño sirio de tres años Aylan Kurdi muerto en la costa turca, pero en Centroamérica hay una crisis de protección de refugiados “única” y olvidada dónde la niñez está en una situación “muy, muy preocupante”.
“Es di f íc i l v i si bi l i za r la crisis de protección que se está dando, pero ya estamos avanzando en positivo hacia la búsqueda de soluciones”, aseguró en una entrevista el representante del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Guatemala, Enrique Valles, quien pone especial atención en la situación de los más pequeños.
Y e s que son n i ños que viajan solos, que huyen de la violencia, de la persecución y del reclutamiento de los grupos criminales. Que no pueden pensar siquiera en volver a sus casas porque sino los matarían, volverían a “una muerte segura”.
“Es una situación de muchísima preocupación”, dijó.
Entre 2012 y 2016, Guatemala, que se ha convertido en un país de refugio para los niños y los adultos en tránsito con necesidades de protección internacional, recibió 694 solicitudes de asilo, de las cuáles el 21 % eran de menores, la mayor parte de ellos, un 70 %, salvadoreños, pues los hondureños buscan llegar a EEUU o México.
A finales de 2016, había un total de 164,000 refugiados y solicitantes de asilo en el Triángulo Norte de Centroamérica, una cifra casi 10 veces mayor a la de los últimos 5 años.
“Hay una crisis de protección en el Triángulo Norte con un incremento importan-
A finales de 2016, había un total de 164,000 refugiados y solicitantes de asilo en el Triángulo Norte.
te”, enfatizó, y añadió que se puede agravar, aunque por el momento todos son conjeturas, si Estados Unidos realiza deportaciones masivas y las tasas de homicidio, sobre todo en el Salvador y Honduras -más altas que en algunas crisis armadas-, continúan en aumento.
Guatemala, explica, tiene otra complejidad. Es un país de origen, pero en menor me- dida, y entre los factores de desplazamiento forzado no está tanto la violencia, sino megaproyectos, hidroeléctricas, narcoganaderías o monocultivos. Aunque forma junto con El Salvador y Honduras el llamado Triángulo Norte de Centroamérica las realidades son “muy diferentes”.
Se estima que el año pasado 500,000 personas pasaron por Guatemala y es con esta
cifra con la que se demuestra que los retos de “protección y de derechos son enormes”, especialmente en las mujeres y las niñas.
Suena a tópico, continúa, pero antes de iniciar su ruta forzada, toman medidas anticonceptivas. Saben que van a ser violadas y forzadas en el trayecto migratorio.
Conscientes de esta “crisis única”, los Gobiernos de la región empezaron a trabajar el año pasado una estrategia con un “enfoque regional” para discutir los problemas y los retos, y los países han asumido “compromisos” para la búsqueda de “soluciones responsables”.
“Estamos ante una crisis de refugiados sin preceden da Guerra Mundial”.
Valles, un hombre que inició su andadura en Guatemala en el año 1995, admite así que el mundo es actualmente testigo del mayor nivel de desplazamientos forzosos que se haya visto nunca.