Latinos mayores con VIH sufren más necesidades
Pedro F. Frisneda
pedro.frisneda@eldiariony.com
Los latinos de 50 años o mayores no son sólo uno de los grupos más afectados por la epidemia del V IH/Sida en EEUU, sino que también son uno de los segmentos más ignorados y vulnerables y que sufren de mayores obstáculos a la hora de acceder a los servicios y tratamientos que necesitan para manejar su enfermedad de forma adecuada.
Así lo reveló ayer un reporte nacional titulado: “Iluminando las Necesidades de Salud de los ‘Olvidados’: Un Diagnóstico Nacional sobre Hispanos/Latinos mayores viviendo con VIH”, que preparó la Comisión Latina sobre el Sida en conjunto con la Red Hispana de Salud.
Según los hallazgos de la investigación –primera en su tipo–, las personas mayores representan una proporción considerable de los pacientes que viven con VIH en EEUU y muchas de ellas viven aisladas, ignoradas y con temor y miedo por estar infectadas con el virus. Otras reportan problemas con consumo de substancias y de salud mental como depresión. Y, aunque un gran número indicó ser activo sexualmente, no hablan sobre su salud sexual con sus doctores.
Entre las cinco preocupaciones principales de las personas envejecientes que viven con VIH se encuentran pro - ros, de salud física y mental y nutrición.
Seg ún est i maciones de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), en el 2013 alre- dedor del 42% de las personas con diagnóstico positivo al VIH en el país tenían 50 años o más.
Además, los CDC aseguran que los Latinos mayores tienen un mayor riesgo de infección en comparación con sus homólogos blancos no latinos. En el 2015, las personas latinas de 50 a 54 años de edad tenían una tasa de infección diagnosticada de VIH dos veces más alta que la de blancos no latinos en el mismo grupo de edad.
Vulnerables
El reporte encontró que las personas mayores muestran los mismos factores de riesgo sexual que las personas más jóvenes, pero son menos conscientes de su vulnerabilidad al VIH. También es menos probable que discutan sus experiencias sexuales con sus doctores o proveedores de servicios sociales, lo que resultando en menos oportunidades para la detección del VIH y la educación sobre temas relevantes a las prácticas sexuales.
Al mismo tiempo –indica el informe– las personas mayores de 50 años enfrentan más retos para obtener el tratamiento médico adecuado debido al hecho de que son más propensos a ser diagnosticados tarde con el VIH.