El Diario

Trump en el G-20

- HAMBURGO

Las manifestac­iones contra la cumbre del G20 derivaron ayer en disturbios violentos protagoniz­ados por grupos de la izquierda radical y antisistem­a, en un Hamburgo as ; - testas convocadas ante la cita de los líderes de las países más poderosos del mundo, que se abre formalment­e mañana.

La presencia de un millar de encapuchad­os en el grueso de la marcha bautizada como “Welcome to Hell” -Bienveni < " efectivos antidistur­bios a de ' " - cer uso de cañones de agua "

Los primeros incidentes ocurrieron poco después de arrancar la marcha, en la que participab­an unos 12,000 manifestan­tes que llevaban concentrad­os en una popular plaza del barrio de St Pauli desde primera hora de la tarde, a la espera de iniciar su recorrido e intentar llegar a 300 metros del centro de congresos donde se celebrará la cumbre.

Se produjeron los primeros lanzamient­os de objetos contra los antidistur­bios, que actuaron para deslindar a los grupos de violentos del resto de manifestan­tes, en su ma

= ' " " * "> ! " - frida por su portavoz, Timo Zill, cuando realizaba unas declaracio­nes a un medio, pero poco después comenzaron los incidentes más graves, con ataques a los agentes, barricadas y la rotura de escaparate­s y mobiliario urbano.

? 6@ K " tros cuadrados de casco urbano, entre el centro de congresos y los lugares donde se alojan las 36 delegacion­es asistentes a la cumbre, además de las rutas previstas para sus desplazami­entos, impera el veto a toda mani' " " acceso a los vecinos acreditado­s como tales.

“Tienen secuestrad­os los derechos ciudadanos por un grupo que no representa a nadie, más que al capital”, comentaba poco antes de empezar la marcha Andreas Blechschmi­dt, miembro del colectivo “Rote Flora”, una casa ocupada desde hace una dé " [ - burgo, epicentro de la protesta de los antisistem­a.

Al lugar marcado, a orillas del Elba, habían empezado La canciller alemana, Angela Merkel (en la imagen) intentó acercar posturas con el presidente Donald Trump, ante el inicio de la cumbre de G20, complicada por el distanciam­iento de Washington de acuerdos clásicos como la defensa del libre comercio y la lucha global contra el cambio climático. La canciller garantizó ante los medios que iba a hacer todo lo posible para buscar acuerdos para el éxito de la cumbre, aunque sin ocultar

a llegar los primeros manifestan­tes con pancartas recordando el “Bienvenido­s al # - teralmente a “atacar” el G20.

“Es verdad, no nos contentamo­s con protestar contra el G20: queremos impedir que # " \ - midt, el rostro más mediático > * ; sin tapujos ante los medios ; ] objetivos de su marcha.

Hasta 8,000 manifestan­tes dispuestos a la violencia estimaban los ser vicios de seguridad alemanes que podían desplazars­e a Hamburgo los “disensos” existentes en temas “importante­s”, a los que estaba dispuesta a llamar por su nombre. La primera sesión de la cumbre estará dedicada hoy a la lucha contra el terrorismo internacio­nal, pero en la jornada todas las miradas estarán puestas en la entrevista que Trump tiene previsto mantener con el presidente ruso, Vladímir Putin, la primera de ambos mandatario­s. A pesar de los reiterados llamamient­os de ambos al diá-

con motivo de la cumbre de los poderosos y emergentes, con Angela Merkel como an Donald Trump y el ruso Vladímir Putin entre sus asistentes.

Más de 19,000 agentes forman el dispositiv­o policial desplegado en esta ciudad hanseática alemana con el objetivo de proteger la cumbre, sea de ataques terrorista o de alborotado­res.

La crítica al G20 «es bienvenida» y el derecho a la li ; " ^ ! - rantizado, había advertido reiteradam­ente el ministro del Interior, Thomas de Mai- logo y la cooperació­n, la cita llega precedida de reproches, en un momento especialme­nte tenso de las relaciones bilaterale­s.

zière, respecto a la veintena de actos de protesta de diversa índole convocados contra la cumbre.

? * ' " * autorizado a llegar hasta las puertas del recinto ferial sea ‘Welcome to Hell’ y que en cambio se haya prohibido nuestra acampada”, protestaba Werner Rätz, del movimiento ATTAC, un veterano en acciones de protesta contra las citas de los poderosos.

_ " instancias para que se autorizase la llamada “acampada anticapita­lista” que debía alo- Desde Varsovia, ciudad que visitó antes de llegar a Hamburgo, Trump instó a Moscú a cesar en sus actividade­s desestabil­izadoras en Ucrania y otros países y dejar de apoyar a «regímenes hostiles» como Siria e Irán. Hamburgo será también escenario del esperado primer cara a cara de Trump y el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que canceló una visita a la Casa Blanca a comienzos de año por las tensiones sobre el muro que el mandatario estadounid­ense planea construir en la frontera y hacer que México pague.

jar a las decenas de miles de manifestan­tes que espera su ! " "; sábado, pero las autoridade­s lo vetaron ante el riesgo de * violentos.

El centro de la ciudad, de 1.7 millones de habitantes, aparecía prácticame­nte desierta: quien podía permitírse­lo había optado por irse a pasar un par de días fuera.

En todo el ba r r io de St ` " - vo y rebelde de Hamburgo, por donde iba a discurrir la marcha, solo se veía policía, manifestan­tes o periodista­s.

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