El Diario

El reto de superar la polarizaci­ón y la apatía política

La concentrac­ión de colombiano­s en Queens cambia paulatinam­ente debido a los alquileres altos, la necesidad de más espacio y tranquilid­ad, por lo que muchos se están mudando a Elizabeth, Nueva Jersey

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Carmen Molina Tamacas

B@ cmtamacas

Zoraida Bejarano lleva 15 años viviendo en Brooklyn, y cuando se embarazó de su primer hijo los antojos de la comida casera colombiana eran tremendos. Pero en la zona donde vive no hay restaurant­es de su país –acaso alguna panadería– al punto que Antonio Luna, su esposo, tenía que ir hasta Queens a buscar el tradiciona­l Sancocho y otras veces caldo de res.

Luna tenía que hacer un viaje de casi 2 horas desde el sur de Brooklyn hasta un Brisas del Valle en el corazón de Jack son Heights (9014 37th Ave); el plato de comida costaba $7 y gastaba un ta nto más en el pasaje de tren. “Era pura comida casera, muy buena sazón, todo era por el antojo”, recordó.

¿Por qué no vivir en una ‘pequeña Colombia’? Zoraida responde: “Me gusta la diversidad de Brooklyn. Aquí llegué y me amañé, además mi esposo es mexicano así que entre mis planes no está imponerles a nuestros hijos una sola cultura”.

Hasta hace pocos años, Jackson Heights era una zona emblemátic­a con la más alta concentrac­ión de inmigrante­s de or igen colombiano, ecuatorian­o y venezolano; sin embargo, la subida en los precios de los alquileres, los cambios generacion­es y la -

Eduardo Sáenz Rov ner, Ph.D., profesor titular de la facultad de Ciencias Económicas en la Universida­d Nacional de Colombia ha prof undizado en los or ígenes del desarrollo de este asentamien­to en los años 70, donde hasta entonces vivían en su mayoría personas de origen italiano, irlandés y judío y fueron reemplazad­as por una creciente población hispanoame­ricana.

“El sector donde se concentrab­an los colombiano­s era conocido como ‘Chapinerit­o’. La mayoría de los inmigrante­s latinoamer­icanos eran trabajador­es, como reconocían sus vecinos. De todas formas, con el transcurri­r de la década aumentaron los asesinatos relacionad­os con la cocaína y los negocios - lombianos, fenómeno que no ay udaba a su tranquila aceptación”, indicó Sáenz.

En ese entonces se calculaba que había 180,000 residentes indocument­ados en Elmhurst, Jackson Heights y Corona, provenient­es de Colombia, Ecuador y Venezuela.

De acuerdo con el Pew Research Center, las concentrac­iones más altas de colombiano­s en el Noreste de Estados Unidos se mantienen en Nueva York (14%) y Nueva Jersey (11%). Pero todo apunta a que se están mudando de Nueva York a un ritmo acelerado.

En 2010 se calculó que al menos 1.25 millones de colombiano­s vivían dispersos en Nueva York, expresó el periodista Mauricio Hernández Contreras, autor de un estudio académico sobre los colombiano­s que residen en el exterior. “Hoy no residen más de 500,000 en esta misma área. Se han ido a Elizabeth, New Jersey, las Carolinas, Atlanta y Orlando”, precisó Hernández.

“Después de los atentados a las Torres Gemelas co- menzó una migración interna de colombiano­s de Jackson Heights a Elizabeth, Nueva Jersey. La Calle Morristown está llena de negocios colombiano­s y se celebra allí un festival muy grande. Otros tantos se fueron a Carolina del Norte, Atlanta, Orlando y a otros estados. También se fueron muchos a Astoria y, en general, se dispersaro­n. Todavía son una comunidad numerosa en Jackson Heights, con muchos ciudadanos, pero profundame­nte div ididos y polar izados en torno a la política de su país”, añadió el periodista.

El también editor del per iódico on l i ne “Colombia New York ” indicó que tras el “esplendor” de la violencia por las drogas de los años 90, muchos buscaron otro lugar donde vivir. Elizabeth representa opciones de educación, cercanía y vivienda más barata. “Y como siempre sucede, llegaron las primeras familias saliendo de Jackson Heights, se instalaron, y detrás salieron otros muchos. Los colombiano­s tuv ieron una secretaria de Educación en Elizabeth.

La barranquil­lera Ana María Amin fue elegida presidenta de la Junta de Educación en 2015 por voto. “Los colombiano­s han puesto a su gente en estos cargos. Tal vez los une el interés por la educación de sus hijos. Esto en Elizabeth, New Jersey ”, apuntó.

Los cambios paulatinos que ha experiment­ado la comunidad han sido tan evidentes que f ueron el tema central del documental “In Jackson Heights” (2015), de Frederick Wiseman.

Divisionis­mo ideológico

“Los colombiano­s se están dispersand­o por más estados. La división entre ellos la ves en los (post) de Facebook cuando hablan de política. La paz acrecentó la división”, indicó Hernández.

De igual manera opina Jesús Ríos, veterano periodista fundador del periódico Long Island Al Día. Sus primeras publicacio­nes datan de marzo de 2011 y nacieron con la

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