El Diario

Nueva York incrementa la guerra contra el tabaco

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La ciudad de Nueva York sigue en pie de lucha contra el consumo del cigarrillo y el tabaco, que cada año cobra la vida de por lo menos 12,000 personas, y ayer el Concejo Municipal aprobó un paquete de siete leyes que pretenden proteger a los no fumadores y de paso desincenti­var el número de consumidor­es. El precio de la cajetilla de cigarros tendrá un incremento superior al 20% y pasará de $10.50 a $13, y el costo de la licencia de expendio por dos años aumentará en más de 80%, pasando de $110 a $200.

Así lo anunció la presidenta del Concejo, Melissa Mark-Viverito, quien explicó que las nuevas leyes limitarán el número de minoristas de cigarrillo­s y tabaco a la mitad, prohibirán la venta de cigarros en farmacias y se exigirá a los minoristas una licencia para la venta de cualquier producto que contenga tabaco, que además tendrán un impuesto del 10%.

“Hoy es un día histórico para Nueva York”, comentó la líder política, tras agregar que desde que las leyes entren en vigor, cualquier tienda que venda cigarros electrónic­os, deberá obtener una licencia y de paso se limitará los distribuid­ores a la mitad del número actual.

“Estamos dando un enorme paso contra la causa núme r o 1 d e mue r t e s p r e - ven ible s en Nueva York ”, comentó el concejal Brad Lander, promotor de la ley que acaba con la venta de cigarros en farmacias, quien agregó que con estas medidas se espera disminuir en tres años el número de consumidor­es en 160,000. “Evidencia fuerte nos muestra que exponer a los niños a lugares expendedor­es de tabaco hace que los niños sean dos veces más propensos a fumar”.

Otra de las leyes aprobadas amplía la prohibició­n existente de fumar y usar cigarrillo­s electrónic­os en áreas comu - tos con diez o más unidades; apartament­os con menos unidades. Y además se exigirá a los propietari­os o juntas de alquiler, cooperativ­as y condominio­s de viviendas múltiples que se establezca una política de f umar para sus

- naza extrema para la salud pública y necesitamo­s políticas serias para enfrentar ese peligro”, aseguró el presidente del Comité de Salud del Concejo, Corey Johnson. “Demasiados niños y no fumadores todavía están sujetos al humo de segunda mano porque los cigarrillo­s se pueden comprar virtualmen­te en cada esquina”.

La Comisionad­a de Salud de Nueva York, Mary T. Bassett, también defendió el paquete legislativ­o para restringir aún más el uso del tabaco y destacó que incidirá en la calidad y expectativ­a de vida de los habitantes de la Gran Manzana.

“Con esta leg islación la ciudad de Nueva York estará a la vanguardia del control del tabaco en la nación”, dijo la funcionari­a. “Esto significa que un menor número de neoyorquin­os comenza neoyorquin­os llevarán vidas más largas y más saludables”.

Mina Rojas, madre de un pequeño, aplaudió los esfuerzos del Concejo y aseguró que ya era hora de que la Ciudad hiciera algo más fuerte para proteger a los no fumadores.

“La gente tiene derecho a fumar, pero el problema es que nos afecta más a los que no fumamos porque nos tragamos todo ese humo y creo que ante todo hay que pensar en la salud de los niños”, comentó la mexicana.

Su paisana Sandra Hernández, también madre de familia, compartió la misma posición. “No tenemos por qué estar pagando nosotros y nuestros hijos con nuestra salud los daños que hace el cigarrillo y está bueno que les pongan límites”.

Pero los que no se mostraron muy contentos con las nuevas regulacion­es y con los incremento­s en los precios de los cigarros y las licencias de venta son los minoristas.

Manny Apulo, dueño de una bodega que vende cigarros y productos con tabaco en el Bajo Manhattan criticó las nuevas normas y aseguró que no servirán para nada y de paso ahorcarán más a los comerciant­es.

“Como sea el que quiere fumar lo va a seguir haciendo, pero castigarno­s a nosotros aumentando los costos no está bien”, dijo el comerciant­e, quien a pesar de ello se mostró a favor de la ley que prohíbe fumar en las áreas - cios de vivienda de la ciudad grandes y pequeños.

Ramón Murphy, presidente de la Asociación de Bodegas de Estados Unidos, criticó las nuevas leyes y aseguró que las restriccio­nes harán más difícil a las tiendas vender productos con tabaco de manera legal y aumentará el mercado negro.

“Esto afecta a los minoristas, reduce los ingresos de impuestos y afectará a nuestra juventud que estará más propensa a comprar cigarros de gente que no chequeé sus dominicano.

Rodolfo Fuertes, presidente de la Asociación Nacional de Supermerca­dos también lanzó dardos contra las nuevas leyes y advirtió que inclu-

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