El Diario

Abuelos que no perdonó el sismo

Miles de adultos mayores que sobrevivie­ron están en el desamparo

- MÉXICO

Gardenia Mendoza

gardeniame­ndozaaguil­ar@gmail.com Una tercera parte de los 98 muertos por el sismo eran ancianos. Hombres y mujeres que no alcanzaron a salir de sus casas y los temblores de 8.2 grados Richter los dejaron bajo los escombros, según datos difundidos por los gobiernos estatal, municipal y federal.

A lg unos de ellos alcanzaron a sobrevivir, todavía con fuerza para sacar adelante sus familias y comunidade­s aunque se las han visto negras en los últimos días pues los daños colaterale­s apenas empiezan a ser visibles a pesar de las miles de toneladas de ayuda huma- nitaria: sólo las Cruz Roja reportó 236,000 toneladas que env iará a las diversas regiones afectadas, principalm­ente a Oaxaca.

En Juchitán, el municipio más afectado, Victoria Salinas, de 63 años, bien sabe de esas secuelas, según reportó a la prensa local. Ella tiene fracturada la columna y la mano izquierda, pero lo que más le duele es que se quedó sin trabajo: el mercado en el que hacía sus vendimias se vino abajo.

“No tengo dinero ni para comer y como sea nos van da ndo a lgo de comida en lata, pero el principal problema mío ahora es que necesito 1,800 pesos (alrededor de 900 dólares) para llevar a mi hija a quimiotera­pia por- que tengo cáncer”, detalló bajo el techo roto de su casa.

Cerca de nueve mil casas y 800,000 itsmeños –la región del Itsmo en Oaxaca- fueron afectados directamen­te por el sismo del pasado jueves 7 de septiembre.

De acuerdo con el dirigente de la coordinado­ra Mixe Zapoteca, Gaspar Reyes, entre todos los afectados, mucha gente de la tercera edad cuyos familiares emigraron se quedó en el desamparo con el cobijo único de la solidarida­d de sus comunidade­s, algunas de las cuales, ni siquiera ha podido recibir la ayuda exterior como en Guevea de Humboldt, Santa María Guienagati, Ixcuintepe­c, Nativitas Coatlán, San Lucas Camotlán, Quetzaltep­ec y otras.

“Quienes peor la pasan son los adultos mayores”, detalló.

En Ixtaltepec, una comunidad zapoteca dedicada al campo y la panadería, el campesinó Luis Jiménez Guzmán lloró ante las cámaras foto / manera en que falleció de su madre Teresa Guzmán. “No le dio tiempo de salir y murió aplastada bajo ladrillos, tejas y tierra”.

Mejor suerte tuvieron en esa misma comunidad Alfonso Toledo, de 90 años, y Juana Mijangos Díaz, de 86, a quien su hijo Esteban Toledo de 68 estuvo a tiempo para sacarlos de la casa que se derrumbó a los pocos minutos. “Como pude los saqué al patio”, recordó mientras buscaba entre el cascajo algo con que cubrirse de la lluvia y la intemperie.

Algunos de los de los adultos mayores más jóvenes (la expectativ­a de vida en las comunidade­s indígenas oaxaqueñas es de 68), han podido involucrar­se en la limpia de escombros y comienzo de la reconstruc­ción como es el caso de Ángel Sánchez Santiago, de 57 años, a quien se le ha visto recoger adobes, láminas y hasta la bandera.

Sánchez se volvió famoso después del ter remoto, cuando sacó la bandera de México para improv isarle un asta como símbolo del renacer.

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