Severa devastación en la isla
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El poderoso huracán María dejó ayer daños “severos” en las infraestructuras y viviendas de Puerto Rico durante las seis horas en las que su ojo azotó la isla caribeña.
Tal es el destrozo que provocaron los vientos de 55 millas por hora (250 kilómetros por hora) que trajo María, de categoría 4, que el gobernador boricua, Ricardo Rosselló, pidió al presidente Donald Trump, que declare la isla zona de desastre.
En una entrevista con El Nuevo Día, Rosselló trazó un panorama de lo que María ha causado, desde desbordamiento de ríos e inundaciones hasta una marejada ciclónica que ha llegado a 5,7 pies (1,7 metros) y olas superiores a 20 pies (6 metros).
Sin electricidad
Una de las primeras consecuencias del paso del hura & ' * eléctrico en casi toda la isla, que acompañó a la caída de las telecomunicaciones, según el director de la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres de Puerto Rico, Abner Gómez. “Definitivamente -cuando podamos salir- vamos a encontrar a nuestra isla destruida”, dijo.
Ríos desbordados
Una de los azotes fue la crecida de varios ríos y las riadas y deslizamientos de tierra por las intensas lluvias.
Entre otros, el río Grande de Loíza y el río La Plata, en el norte de Puerto Rico, se salieron de su cauce debido a las fuertes precipitaciones y el aumento del nivel del mar que provocó el huracán.