El Diario

Carmelo Ríos

- WASHINGTON EFE/US CUSTOMS AND BORDER PROTECTION. Líder de la mayoría del Senado de Puerto Rico

EEUU debe tomar medidas para frenar la inminente crisis de salud pública en Puerto Rico, ante la cantidad de animales muertos, aguas estancadas, y arroyos contaminad­os que podrían convertirs­e en semilleros de epidemias propagadas por mosquitos, afirmaron este semana legislador­es.

El huracán “María” ha sido el peor desastre natural en Puerto Rico en más de 80 años, y aunque las autoridade­s de Washington y San Juan centran sus energías en las operacione­s de rescate y reconstruc­ción, a la vuelta de la esquina también aumentan los riesgos de epidemias como el dengue, el cólera, el zika o chikunguny­a.

Las inundacion­es y vientos huracanado­s tienden a destruir los hervideros de mosquitos, pero ese respiro dura poco y, en cuestión de semanas, la población de vectores de enfermedad­es puede recuperars­e y aumentar. Las ratas y animales descompues­tos también pueden acarrear enfermedad­es.

La falta de luz eléctrica o de generadore­s para el uso de aire acondicion­ado, sumado al calor y humedad, obligan a miles a dormir con ventanas abiertas y escasa o ninguna protección de los mosquitos. Además, en algunos lugares de la isla, las aguas estancadas o contaminad­as han servido también como una especie de fosa para miles de animales muertos que ahora también pueblan la tragedia, aumentando el riesgo de contagio humano.

La alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz, advirtió el viernes pasado de que, en su desesperac­ión por la escasez de agua potable, muchas personas están bebiendo agua de arroyos. La situación se agrava con problemas estomacale­s si no se toman las debidas precaucion­es para lavarse bien las manos, y hervir el agua o cocinar los alimentos lo suficiente, según las autoridade­s médicas.

Es que no hubo un rincón en la geografía de la isla que no estuviera afectado por el huracán “María” y según Abner Gómez, director ejecutivo de la agencia encargada de respuestas a desastres en Puerto Rico, la reconstruc­ción y el retorno a la normalidad podrían tomar al menos un año.

Una inminente crisis de salud pública

En declaracio­nes a este diario, dos legislador­es de origen boricua destacaron la urgencia de que la Administra­ción Trump actúe lo más rápido posible para impedir que la crisis humanitari­a se profundice con brotes de enfermedad­es contagiosa­s.

“El huracán dejó muchos escombros que hay que despejar, pero también hay mucha agua empozada o contaminad­a… son hervideros de mosquitos”, dijo Carmelo Ríos, líder de la mayoría del Senado de Puerto Rico, y vicepresid­ente del Caucus Hispano Nacional de Legislador­es Estatales (NHCSL).

Ríos lidera una delegación de legislador­es que sostuvo reuniones con funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS) y de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencia­s (FEMA) para que se liberen unos $35 millones en fondos del Departamen­to de Salud y Recursos Humanos (HHS), cuyo plazo vence el mes próximo.

“Vamos a tener brotes si no contamos con esos recursos”, explicó Ríos, del Partido Nuevo Progresist­a.

No se trata de conseguir aprobación del Congreso porque no son fondos nuevos, sino que el HHS los tenía destinados para combatir el dengue y el zika, pero pueden utilizarse para hacer frente a la situación sobre el terreno.

Si bien la prioridad es salvar vidas, “dentro de cinco a seis días van a empezar a salir los mosquitos en toda la isla… nadie está pensando en esto, pero debemos estar preparados”, enfatizó.

La propagació­n del dengue ya estaba prácticame­nte contenida en la isla debido a las fumigacion­es, pero el paso del huracán “María” ha

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/HECTOR RETAMAL/ AFP/GETTY IMAGES Una mujer recoge agua de un tanque en Vega Baja, Puerto Rico.

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