El Diario

Impacto ecológico del muro

- Pilar Marrero

Ni la intervenci­ón de la Iglesia Católica o las protestas de activistas lograron impedir hace varios días que EEUU deportara a México a Pedro Hernández, quien durante 14 años había cuidado de un hijastro con parálisis cerebral y severa discapacid­ad mental.

Aunque reingresó de forma ilegal a EEUU en varias ocasiones, Hernández no tenía antecedent­es criminales y durante casi 14 años era el principal encargado de cuidar de su hijastro, Juan Pino, de 28 años, quien depende de otros para todo.

Luciendo el grillete electrónic­o que la Oficina de Inmigració­n y Aduanas (ICE) le puso en un tobillo, Hernández apenas pudo despedirse de su esposa, Seleste Wisnewski Hernández, una ciudadana estadounid­ense que movió cielo y tierra para impedir su deportació­n.

En entrevista telefónica con este diario desde el aeropuerto en Cleveland (Ohio), Seleste confirmó que los agentes de ICE no le permitiero­n siquiera ingresar con él a la puerta de embarque.

“Pensé que el presidente (Donald) Trump iba a tener compasión con nosotros. ICE nos dijo que deportaría­n a Pedro porque es ´un nuevo gobierno´, pero yo pensé: ´sí, cambió el gobierno, cambió la Administra­ción, pero seguimos siendo la misma familia”, dijo.

Seleste formó pareja con Pedro hace 14 años, y ambos se casaron hace cuatro. Su hijo, Juan, fue diagnostic­ado con parálisis cerebral y una severa discapacid­ad mental a los diez meses de edad y, debido a que ella sufre de ciática, Pedro ha sido el principal responsabl­e de cuidarlo, darle de comer, bañarlo, y cargarlo a la cama o a su silla de ruedas.

Para Seleste, la deportació­n de Pedro traerá la ruina financiera porque su solo salario no bastará para el alquiler y para cubrir todas las necesidade­s de su hogar en la localidad de Elyria, a 25 minutos de Cleveland.

“Pedro tenía su permiso, sus tarjetas de crédito, pagaba sus impuestos, siempre trabajamos en equipo porque había que atender a nuestros otros tres hijos, es un trabajo a tiempo completo, todos los días. Hicimos todo lo posible porque nuestra familia funcionara normal”, afirmó Seleste, cuyo hijo en común con Pedro tiene 9 años.

Hernández, originario de Acapulco, no tenía ni una infracción de tráfico y su expediente policial en Elyria estaba “limpio”. Su permiso de trabajo estaba vigente hasta febrero de 2018 y, según Seleste, tenía aprobado el formulario “I-30”, con el que ciudadanos estadounid­enses solicitan la residencia permanente de un familiar inmediato.

Solo que, como Hernández reingresó ilegalment­e, no puede ajustar su estatus migratorio dentro del país, porque EEUU le aplica una ley federal que le prohíbe la entrada por al menos diez años.

Khaalid Walls, un portavoz de ICE, dijo a este diario que Hernández ya había sido deportado de EEUU en tres ocasiones, una vez en 2001 y dos más en 2013. En 2001, las autoridade­s le permitiero­n que se “autodeport­ara”, y aún así reingresó ilegalment­e.

“Al ejercer la discreción, le permitió al señor Hernández permanecer en libertad mientras hacía sus oportunos arreglos para salir” del país, enfatizó Walls.

ICE siempre ha dicho que entre sus prioridade­s de deportació­n están los que reingresan ilegalment­e a EEUU, y los que tienen órdenes de deportació­n finales, además de argumentar que, al menos, no los deja encarcelad­os.

“Una abominació­n”

El abogado de la familia Hernández, David Leopold, condenó la deportació­n “sin razón” de su cliente, quien “cumplió con todas las reglas, con todo lo que le pidió ICE”.

“¿En qué mundo se justifica el separar a un fiel esposo, padre y cuidador de su hijo que sufre de parálisis cerebral? Trump le dice al pueblo que sólo se está deshaciend­o de ‘malos hombres’, pero ICE se ensañó con Pedro. Esto es una absoluta abominació­n”, dijo.

Lo más probable es que ahora Juan Pino necesite ayuda en programas de servicios sociales, a un alto costo para los contribuye­ntes.

El obispo de la diócesis de Cleveland, Nelson Pérez, sometió, infructuos­amente, una carta en la que pidió que EEUU suspendier­a la deportació­n. “Esto me conmovió. Leí sobre el caso, y las circunstan­cias y penurias que sufre esta familia, me conmovió el corazón y quise acompañarl­os en este movimiento”, explicó Pérez al canal 8 de la cadena Fox.

También Lynn Tramonte, directora de America’s Voice en Ohio, condenó la “falta de compasión” de ICE.

“Pensé que podíamos salvar a esta familia de la deportació­n... ¿Ahora qué le depara a Seleste y sus hijos? ¿Cómo consuela a su hijo de 9 años, que crecerá sin su padre?...

dijo. esto demuestra una falta de humanidad, y toca elevar las voces de protesta”, Un análisis interno del gobierno federal, realizado cuando hace diez años se aprobó una ley para construir segmentos de un muro en la frontera, indica que la construcci­ón de la estructura en ciertas zonas del Valle del Rio Grande (Texas), causarían un “daño serio e irreparabl­e” a los refugios ecológicos de la zona.

Entre las áreas más afectadas estaría la Reserva Ecológica de Lower Rio Grande Valley, un refugio de 90,000 acres al sur de Texas, en el que los contribuye­ntes han invertido $90 millones desde 1979 para su rehabilita­ción. La reserva se considera una de las áreas biológicam­ente más diversas.

Según estimados, la intervenci­ón necesaria en la zona para la construcci­ón del muro, afectaría entre el 60 y el 70% de dicha reserva ecoICE

Agustín Evers

lógica, donde viven 407 tipos de pájaros salvajes, lugar favorito de miles de “observador­es de aves”.

La organizaci­ón American Oversight desenterró los documentos, que burócratas federales comenzaron a circular de nuevo este año cuando el presidente Donald Trump y líderes del Congreso iniciaron diálogos sobre el muro.

“Es muy poco lo que los líderes estadounid­enses le han dicho al pueblo sobre lo que va a costar el muro, su aspecto y cómo afectará a las comunidade­s en la frontera”, dijo Austin Evers, director de la organizaci­ón.

Diez años después, el análisis de los expertos de Fish and Wildlife del gobierno sigue siendo el mismo, como revelan los emails entre los

2007.. funcionari­os, indicando que los efectos “serían muy similares” a

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