El Diario

Promisoria figura del ring que se acerca al campeonato

- Ricardo López Juárez

Es primo del ‘Golden Boy’, pero no se fija en nombres, sino en trabajo para triunfar

Su apellido es sinónimo de boxeo, sus habilidade­s como peleador son innegables y su sueño es darle a la fronteriza Mexicali su primer campeón del mundo desde Jorge “Maromero” Páez hace más de 25 años.

Diego de la Hoya está cerca de cristaliza­r ese objetivo. El pasado 16 de septiembre fue él quien terminó siendo el gran ganador de la función encabezada por “Canelo” Álvarez y Gennady Golovkin, quienes empataron.

De la Hoya, antes, superó con autoridad al california­no Randy Caballero en un pleito de invictos en peso supergallo ante una audiencia mundial, para llevarse la decisión unánime, llevarse la corona de monarca de Norteaméri­ca y levantar la mano para buscar el campeonato mundial.

“No desesperar­me, porque eso buscaba él”, dijo De la Hoya sobre lo que le gustó de su actuación. “Fue una pelea brusca, desde el pesaje [Caballero] me quiso provocar. No caímos en el juego”.

Con récord profesiona­l de 20-0 (9 KOs), De la Hoya esperará a que los manejadore­s hagan lo suyo y tal vez pelear por la gloria de un título en 2018.

“Ser campeón del mundo, como todo mexicano y como mexicalens­e”, dice sobre su meta, pero a sus 23 años cumplidos en agosto, sabe que tiene margen para seguir mejorando y cotizándos­e en el deporte.

“Siento que me falta trabajar más en la fuerza, la rapidez ya la tenemos, es en base a entrenamie­nto”, explica el púgil, quien admira el estilo para boxear que tenía su legendario primo Óscar (sus padres son hermanos), quien inmortaliz­ó su imagen con una bandera de Estados Unidos en una mano y una de México en la otra.

Diego, quien ha hecho 19 de sus 20 peleas profesiona­les en Estados Unidos (la otra fue en Argentina), pelea por México, país al que representó como amateur y cuya bandera lleva consigo para celebrar las victorias como la de la otra noche en Las Vegas.

El “Golden Boy” ha ayudado, como promotor, a impulsar la carrera de Diego, quien a su vez es manejado por Joel de la Hoya, hermano de la leyenda. Pero Diego ha sido muy claro desde el principio que a él no le han regalado nada por un apellido.

“Desde los 6 años tengo boxeando, esa pregunta siempre me la han dicho, y no, nunca me han regalado nada, estuve representa­ndo a México en varios torneos amateurs, me he ganado todo esto a base de mi sacrificio”, asegura el diestro.

Ese apellido, por otra parte, significa la responsabi­lidad de trabajar fuerte y responder; no arrastrarl­o. Ese factor puede llegar a convertirs­e en un peso adicional.

“Yo quiero que hablen de mí por lo que yo hice, no por lo que hizo Óscar”, asevera Diego. “Yo sé que por mi apellido todo mundo me quiere ganar, es algo que tengo que trabajar duro para que no pase”.

Padre de un bebé del mismo nombre nacido hace seis

meses, Diego de la Hoya es un joven disciplina­do, con excelentes perspectiv­as y que sabe lo que quiere. Para ponerlo en contexto de boxeo, dice que le gustaría seguir los pasos de uno de los grandes campeones de la historia.

“Juan Manuel Márquez está limpio fuera del ring, nunca se supo nada (negativo de él), siempre fue un boxeador fantástico, un buen ser humano. Es lo principal, ser humilde, aunque tengas mucho dinero, ser humilde con la gente”, dice De la Hoya.

bien..

Si ése es el ejemplo que quiere seguir, entonces Diego va

“Yo quiero que hablen de mí por lo que yo hice... Yo sé que por mi apellido todo mundo me quiere ganar, es algo en lo que tengo que trabajar duro para que no pase”.

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septiembre.
/IMAGO7 Diego de la Hoya (c) fue el gran vencedor de la velada del 16 de septiembre.

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