La resolución
El Senado prevé votar una medida presupuestaria que impondrá fuertes recortes a programas sociales y despejará el camino hacia una eventual reforma tributaria que, según advirtieron ayer expertos y activistas, perjudicará a latinos de bajos recursos y a la clase media.
La resolución presupuestaria es una lista de deseos y prioridades de los republicanos que anoche se ganó el respaldo de conservadores clave como los senadores John McCain, de Arizona, y Thad Cochran, de Mississippi, cuya ausencia por enfermedad ponía en peligro la supervivencia del plan.
Siguiendo las reglas parlamentarias, el debate de la resolución presupuestaria para el año fiscal 2018 comenzó ayer tras una estrecha votación de 50-47, y varios senadores han presentado numerosas enmiendas al texto.
En declaraciones a este diario, el senador demócrata por Nueva Jersey, Bob Menéndez, dijo hoy que la resolución, tal como está escrita, “representa los valores que debemos tener como país”.
“Ya sea su falta de enfoque en inversiones para la educación, para el cuidado de salud, o comunidades marginadas, es evidente que este presupuesto es un vehículo de los republicanos para dar enormes recortes de impuestos al 1% de los más ricos del país, mientras ignoran las urgentes necesidades de familias trabajadoras y de clase media en toda la nación”, advirtió Menéndez, quien piensa votar en contra.
Si todo sale como lo tienen previsto los republicanos, podría ser sometida a un voto definitivo hoy o mañana.
Para ser adoptada, la medida que salga del Senado tendrá que ser armonizada y votada en un solo texto con la versión que apruebe la Cámara de Representantes.
A diferencia de la versión del Senado, la de la Cámara Baja incluye $72,500 millones más para el Pentágono y $5,000 millones menos para gastos sociales, además de que pide a los comités relevantes que realicen recortes obligatorios al gasto fiscal por $203,000 millones en la próxima década.l La resolución establece los parámetros para los gastos del gobierno en dos partes: un límite de $549,000 millones para gastos de defensa y otros $516,000 millones para gastos discrecionales no vinculados con defensa. Un análisis divulgado ayer por el Centro para Prioridades Presupuestarias y Políticas (CBPP, en inglés), advirtió de que el plan en ciernes abre una “´vía rápida” hacia la eventual aprobación de recortes de impuestos por $1.5 billones en una década, que beneficiarán principalmente a los ricos y las grandes corporaciones.