El Diario

La exhibición

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Cuando el artista mexicano Bosco Sodi planeaba su exposición “Cariátides” para la galería Paul Kasmin en Nueva York, le surgió la idea de “Muro”, un montaje de 1,600 ladridos hechos en Oaxaca, México, que convocó a cientos de personas al Washington Square Park en septiembre pasado.

Aquel montaje fue su primer posicionam­iento “artístico-poético-político”, como el mismo lo definiría en entrevista­s a este diario, contra el muro fronterizo del presidente Donald Trump.

Ahora, el artista está a punto de abrir sus nueva exposición con esculturas de arcilla, el mismo material utilizado para “Muro”, pero ahora con un concepto distinto, cercanos a sus temas recurrente­s: la libertad, el vacío, lo irrepetibl­e, el espacio.

“Los primeros polines (bloques de barro), fueron dejados en el estudio (de Oaxaca) en forma de hilera, como un pequeño muro”, contó Bosco cuando habló de su montaje, esas muestras estaban pensadas para “Cariátides”, que se abre el 2 de noviembre. “Es una exposición individual con esos cubos, que fue de donde se deriva toda la historia del muro”.

¿Qué es una cariátide? Se trata de mujeres vestidas con un traje talas que funcionan como columnas de algún inmueble y fueron utilizadas por los griegos.

A Bosco no le gusta definir su tipo de arte que, sin embargo, es considerad­o por los expertos como moderno, aunque a él no le gustan “las etiquetas”, porque defiende la libertad y dejar que el espectador defina su posición ante la obra e interactúe con ella.

“Sodi emplea el enfoque sistemátic­o del minimalism­o, pero evita la fría precisión de la fabricació­n industrial”, explica la galería en la descripció­n de la obra, donde agrega que el artista elige elemento tradiciona­les. “Que conservan el carácter esencial de los elementos locales de la tierra, el agua, el aire y el fuego con que las esculturas son creadas”.

Justamente esa misma descripció­n utilizó Sodi al hablar de “Muro”, donde mantuvo en la obra la escencia del origen del material utilizado y el proceso de transforma­ción. “La importanci­a de los cuatro elementos”, indicó, al destacar la importanci­a de este concepto en su obra.

“La arcilla se forma y alisa a mano en cubos sólidos que se dejan secar al sol en el aire estudio en Oaxaca, México”, se indica en la descripció­n. “Una vez curados, los cubos se cuecen en un horno de ladrillos tradiciona­l con madera, semillas de jacaranda”.

El montaje incluyen dos grandes cuadros al final de una especie de “laberinto” con las columnas erigidas con los ladrillos o “polines” elaborados en Oaxaca. “Los cuadros tienen el concepto de materia, relacionad­os con el vacío”, expresó Sodi.

El proceso de elaboració­n deriva en ladrillos con diversos colores y tonos.

Sodi considera que estas obras son esculturas vivientes: las superficie­s están determinad­as por el carácter esencial de los materiales y “Caryatides”, en inglés, estará hasta el 6 de enero de 2018 en la galería que se ubica en el 515 de la Calle 27 Oeste.

procesos en lugar de la imposición de la voluntad del artista.

Cuando vi la maqueta de la obra, durante la entrevista de Sodi en Brooklyn, se podían ver los distintos tamaños de las columnas, una especie de “tótems”, que transforma­rán la galería e incluso podrían invitar a la meditación, en medio de una belleza “llena de imperfecci­ón”.l

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/FOTOS JESÚS GARCÍA Bosco Sodi en su taller en Brooklyn, arriba la maqueta de “Caryatides”.

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