Mindhunter: lo mejor y lo peor de la serie policíaca
Ubicada en 1979, la historia de Mindhunter presenta a dos agentes del FBI, Holden (Jonathan Groff) y a Bill (Holt McCallany), que entrevistan a distintos asesinos seriales para analizar como funciona la mente de un homicida, qué lo motiva y de qué manera se podrían detectar a tiempo posibles comportamientos similares. La ficción producida por David Fincher y Charlize Theron y coordinada por el inglés Joe Penhall, se revela como una de las grandes sorpresas de 2017, y con la primera temporada disponible en Netflix repasamos lo mejor.
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La ficción de Penhall transcurre a finales de los setentas, unos diez años después del asesinato de Meredith Hunter, en el recital que los Rolling Stones brindaron Altamont (el punto concreto en el que Los ángeles del infierno marcaron a navajazos el final de ese período). La acción aquí se focaliza en un momento coyuntural en el estudio de las mentes criminales y cómo los agentes debieron luchar contra una institución desinteresada en entender qué lleva a un asesino a ser, justamente, un asesino. En una escena, Holden da una charla sobre Charles Manson a un grupo de policías. Manson fue uno de los delincuentes más brutales del siglo XX y un hijo no deseado del llamado verano del amor, pero desde la óptica del protagonista, el homicida condensó las frustraciones de una infancia violenta en una serie de terribles delitos. En su exposición, pareciera humanizarlo e incluso plantea si su retorcida psique no es producto del mismo sistema carcelario (un debate que aún persiste en la sociedad).
La primera temporada está disponible en Netflix
Mindhunter recoge las experiencias del agente John Douglas, un pionero en el estudio de los perfiles criminales. En la serie, Jonathan Groff interpreta una versión relativamente libre de Douglas, con el que mantiene como rasgo esencial su obsesión por profundizar su estudio en la psicología de los asesinos seriales. Groff es un actor con el que muchos estaban familiarizados por su trabajo en Glee, mientras que un puñado de televidentes lo seguía con atención desde su protagónico en Looking .
Luego de mostrar un gran desempeño en géneros tan distintos, Groff alcanza con esta ficción su marca más alta. De rostro aniñado, el actor logra un contraste fabuloso para un personaje que se sumerge en una tarea que por momentos lo desborda; y consigue una interpretación perfecta.
Uno de los grandes aciertos de Mindhunter es su identidad, su forma de entender el
Contar una historia centrada en brutales homicidios pone al realizador ante la disyuntiva de elegir hasta qué punto es prudente exhibir el lado más salvaje de esos crímenes. Y Mindhunter muestra a lo largo de sus diez episodios un comportamiento algo errático con respecto a la descripción de las muertes. A diferencia de The Night Of, que hacía de la escena del crimen un personaje al que los espectadores debían enfrentarse cara a cara, aquí por momentos la representación gráfica es muy alta, y por otros momentos casi no existe.