Exmiembros de la campaña Trump se declaran no culpables de conspiración
B@mariauxpen Los principales responsables de la campaña presidencial de Donald Trump se declararon ayer no culpables de 12 cargos criminales, incluyendo lavado de dinero, como parte de la investigación del FBI sobre la presunta injerencia de Rusia en las elecciones de 2016, mientras la Casa Blanca se embarcó en una misión para controlar los daños.
Ante la pesadilla política que se cierne sobre su Administración, el presidente Donald Trump predeciblemente salió al contraataque en Twitter, como parte de una amplia operación para controlar los daños a la imagen de “incorruptible” que cultivó durante la contienda electoral.
El exjefe de la campaña electoral de Trump, Paul Manafort, y un socio de éste, Rick Gates, se declararon no culpables de los cargos en un tribunal federal en Washington, D.C.
Los doce cargos, contenidos en 31 páginas, incluyen “conspiración contra EEUU”, conspiración para el lavado de dinero, no declarar cuentas bancarias en el exterior, y hacer declaraciones falsas a las autoridades federales.
Un tercer exasesor de la campaña en asuntos exteriores, George Papadopoulos, se declaró culpable de mentir a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) sobre sus esfuerzos por conectar a la campaña de Trump con funcionarios del gobierno de Moscú.
Según el documento judicial, Manafort y Gates recibieron millonarias sumas por su labor a favor de un partido en Ucrania en la última década. Para ocultar su procedencia, “lavaron” el dinero a través de empresas “fantasmas” estadounidenses y en el exterior para beneficio personal, incluyendo pago de hipotecas, matrículas privadas para sus hijos, y remodelación de vivienda.
Manafort “lavó” más de $18 millones para la compra de coches de lujo, inmuebles, antigüedades, ropa de alta costura y remodelación de su casa en los Hamptons, mientras que Gates desvió más de $3 millones de cuentas en el exterior como prima para la compra de una casa en Brooklyn.
El gobierno solicitó una fianza de $10 millones para Manafort y otra de $5 millones para Gates y ambos quedaron bajo arresto domiciliario por ser considerados de alto riesgo de fuga. La próxima cita judicial para ambos será el próximo 2 de noviembre.
De ser declarados culpables, Manafort podría recibir entre 12 y poco más de 15 años de prisión, mientras que Gates recibiría entre 10 y cerca de 13 años tras las rejas.
El “factor Papadopoulos”
Papadopoulos ha estado cooperando con el FBI desde que fue arrestado en julio pasado, y su caso podría enlodar a la Administración, porque éste admitió que se reunió con un profesor en Londres en marzo de 2016, quien le aseguró que funcionarios del gobierno ruso tenían datos comprometedores y “miles de correos electrónicos” de la rival presidencial demócrata, Hillary Clinton.
El objetivo de ese encuentro era tratar de gestionar un viaje de Trump a Rusia y hasta una posible reunión con el presidente ruso, Vladimir Putin, pero éste jamás se concretó.
En enero pasado, Papadopoulos mintió cuando dijo que se reunió con el profesor antes de sumarse a la campaña de Trump, y ahora las autoridades quieren saber por qué mintió si no tenía nada que ocultar.
Aunque el documento en sí no hace mención de Trump ni de la presunta injerencia electoral de Rusia, éste fue difundido como parte de la extensa investigación que realiza desde mayo pasado el fiscal especial, Robert Mueller, sobre lo que ocurrió durante la contienda, para determinar si hubo o no una “conexión rusa”.
Es que, aparte de las que realiza el Congreso, la del FBI tiene múltiples tentáculos, porque Mueller también investiga los encuentros del hijo mayor de Trump, Donald Trump Jr, con rusos vinculados al gobierno de Moscú; los negocios del yerno del mandatario, Jared Kushner, y el despido del anterior director del FBI, James Comey.
Los principales líderes demócratas de ambas cámaras del Congreso urgieron no permitir interferencias de la Administración en la investigación del FBI.
Contraataque de Trump y la Casa Blanca
Trump reiteró en Twitter su conocida postura de que “no hay colusión” con Rusia, y que el FBI debería investigar en vez a “la corrupta de Clinton y los demócratas”.
Mientras, la Casa Blanca también trató de minimizar la imputación de cargos y girar la atención hacia la reforma tributaria que promueve la Administración.
Durante su acostumbrada rueda de prensa, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, insistió en que los cargos “no tienen nada que ver” con la campaña de Trump y que, en todo caso, Papadopoulos tuvo un papel menor en la misma.
Papadopoulos era “sólo un voluntario” en un concejo de asesores que “apenas sostuvo una reunión” a lo largo de 2016, y su papel en la campaña fue mínimo y sin trascendencia, según la portavoz.
Sin embargo, el año pasado, Trump tuiteó una foto en la que se ve a Papadopoulos en una reunión sobre seguridad nacional, y los documentos judiciales sugieren que la campaña sabía de sus contactos con los rusos y actuó siempre con su venia.
“El anuncio no tiene nada que ver con el presidente, nada que ver con la campaña del presidente o la actividad de la campaña. Hemos dicho desde el primer día que no hay pruebas de una colusión Trump-Rusia, y el anuncio no cambia eso en absoluto”, enfatizó.
Trump ha intentado desacreditar la labor de Mueller, llamándola una “cacería de brujas” y “noticia falsa”, pero Huckabee Sanders aseguró que “no hay intención o plan para hacer cambios respecto al fiscal especial”.
La mayoría de expertos legales replica que los cargos contra Manaforte y Papadoupulos son solo el comienzo y que no se puede descartar una “colusión” con Rusia.