Eliminaría la deducción
su mismo partido y que, aún si es aprobado en la Cámara Baja, en el Senado le esperará una férrea oposición de los demócratas.
Debido a las reglas aprobadas la semana pasada dentro de una resolución presupuestaria, los republicanos solo necesitarán una mayoría simple de 51 votos en el Senado, que por ahora no los tienen.
Sin los constructores
La influyente Asociación Nacional de Constructores de Vivienda dijo retiró su apoyo de la medida por considerar que perjudicará al sector de vivienda, especialmente si los republicanos eliminan la deducción de los intereses hipotecarios en las declaraciones de impuestos, muy popular entre familias de clase media.
El Centro para el Progreso Estadounidense (CAP) advirtió de que el plan no varía mucho de las versiones anteriores, y beneficiará principalmente a los ricos y grandes corporaciones. Muchas interrogantes sobre el plan Los republicanos han excluido a los demócratas de las negociaciones a puerta cerrada pero, según detalles filtrados a la prensa, el plan casi duplicaría la deducción tributaria estándar que usa la mayoría de estadounidenses promedio, a $12,000 para individuos y $24,000 para familias.
El plan simplificaría los tramos fiscales -o límites establecidos para el pago de impuestos salariales- de siete a cuatro, y un rango del 12%, 25% y 35%, respectivamente, y un cuarto tramo aún por fijar. También aumentaría el crédito tributario para familias con hijos menores, y eliminaría los impuestos a las herencias inmobiliarias, lo que beneficiaría a los multimillonarios.
Pero se desconoce si el plan republicano en realidad provocará un aumento de los impuestos para la clase media, y si se reestructurarán los planes de retiro “401k”, que para millones de estadounidenses son su único escudo contra la pobreza en la vejez.
¿Robo?
Los republicanos tampoco han explicado si, en aras de simplificar el código tributario, el plan eliminará o reducirá las deducciones de los impuestos locales y estatales, algo que preocupa en particular a los legisladores de estados como California, Nueva Jersey y Nueva York.
De hecho, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, envió una carta a Trump en la que advirtió que una reducción o eliminación total de esos impuestos será “un golpe mortal para las familias de clase media de Nueva York y la economía” estatal. Para Cuomo, el plan no es más que un intento por “robar” riqueza de Nueva York y California –dos estados que no votaron por Trump en 2016- y desviarlo a otros estados. El Congreso ya había intentando adoptar esa medida durante la presidencia de Ronald Reagan.l