‘Coco’: un poema visual sobre el amor a México
Gael García Bernal nos habla sobre lo orgulloso que se siente al ser parte de esta película
Una carta de amor a México, una regresión visual a nuestras raíces, una colorida oda a todo lo humano: que ama, que recuerda, que necesita que un ser querido, de vez en cuando, le diga que está orgulloso de quien es, de lo que hace y, sobre todo, de donde viene.
Todo eso es Coco, último largomentraje animado de Pixar Disney, el cual se estrenó ayer en todo el país, luego de un muy exitoso estreno en México.
“Todos al verla proyectamos nuestra experiencia de vida”, reconoce el actor mexicano Gael García Bernal, quien encarna, con una voz que mezcla indistintamente el inglés y el español, a Héctor; personaje encargado de guiar al pequeño Miguel de doce años —interpretado por Anthony Gonzalez— a través del complicado y apasionante mundo de los muertos. Allí donde las clases sociales y desigualdades de nuestro mundo perduran; pero también la bondad y el compañerismo.
“Espero que esta película les de a los chicos con ascendencia latinoamericana que crecen aquí en los Estados Unidos la oportunidad de sentirse mucho más fuertes para poder contrarrestar una mentira”, anhela Bernal en referencia a la persistencia del presidente Donald Trump de calificar indiscriminadamente a todo un colectivo —el inmigrante indocumentado, el mexicano trabajador— de nido de ‘criminales y de violadores’, entre otros calificativos despectivos.
“Una mentira es una narrativa que mucha gente se la cree y lo único que podemos hacer es darle la vuelta desde la vía cultural con una narrativa distinta, ambiciosa; mucho más benevolente, inclusiva y sofisticada que cualquier mentira”, sentencia, quien a través de su carismático personaje nos presenta un México de tradiciones ancestrales, donde reinan la música; el olor a tamales caseros; la flor de cempasúchil y el respeto por quienes ya emprendieron su viaje hacia el más allá.
Bernal, quién ya se puso en la piel del mismísimo Che Guevara (Diarios de una motocicleta, 2004), del subversivo chileno René en un largometraje ambientado durante la dictadura de Pinochet (No, 2012) o de Moises, inmigrante mexicano deportado de los EEUU (Desierto, 2015), entre otros; en Coco da vida, una vez más, a un personaje castigado, luchador y alejado de los clásicos patrones sociales.
“Hay mucho de suerte y mucho de destino. [Yo creo que] si te llaman para hacer ciertos personajes es por algo”, medita el actor tapatío, “quizá exista una línea que uno sigue inconscientemente aunque, la verdad, yo no lo pienso mucho, prefiero dejar que mi trabajo hable por sí solo”, concluye Bernal: la voz y el corazón de Héctor; un esqueleto del mundo de los muertos que, paradójicamente, nos tra smite toneladas de
humanidad.