Madre verá a su hijo migrante... ¡en el penal de Almoloya!
Unos 2,000 centroamericanos han sido detenidos en México en circusntancias poco claras
B@GardeniaMendoza La salvadoreña María Inés García no lo duda ni un segundo. Se levanta de la mesa y camina de frente. Toma la palabra y espeta frente a 46 compañeras de viaje desde Centroamérica en la Caravana de Madres Centroamericanas, frente a representantes de algunas organizaciones civiles y frente al magistrado Juan José Olvera titular de la Unidad para la Consolidación del Nuevo Sistema de Justicia Penal.
“Mi hijo es inocente. Su delito es ser joven y ser perseguido por las maras y, sin embargo, lleva cuatro años y seis meses preso, el tiempo en que no lo he visto, el tiempo desde que lo llevé a la terminal de autobuses par despedirlo a las 7:30 de la mañana y ahora está en, en…’’
Toma un segundo, busca recordar el nombre, mira abajo, sus tenis Rebook color gris, toca su larga trensa que cuelga hasta la media espalda y duda…
“¡En mismo penal en donde estuvo El Chapo!”. concluye.
Hace una mueca de disgusto y prosigue: a su hijo, René Alonso Bolaños, lo encarcelaron cuando tenía 20. Los policías se metieron al albergue para migrantes donde se encontraba con dos amigos y se lo llevaron a prisión acusado de delincuencia organizada, privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro y tráfico de indocumentados por lo que enfrenta un proceso penal.
María Inés Garcia durante un encuentro con el magistrado Juan José Olvera.María Inés Garcia durante un encuentro con el magistrado Juan José Olvera.
María Inés García lee las cartas que entregará a su hijo cuando se encuentre con él en Almoloya. Según un documento que se encuentra en un fólder de acordeón dentro de su bolsa de tela, donde guarda también un vaso plástico , cartas de la familia, fotos y una bandera de El Salvador, René se encuentra, efectivamente, en el Centro Penal de Readaptación Social Número 1 de Almoloya, donde estuvo el famoso líder del cartel de Sinaloa.
Muchos presos
Pero en este momento, frente a todos, ella sólo tiene la certeza de que su hijo no ha recibido sentencia porque los testigos e implicados de los hechos no se han presentado a declarar ante el juez, de que hay más de 2,000 centroamericanos presos en México en circunstancias poco claras (según un informe del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro ) y de que se encuentra frente a un hombre importante y amable que puede ayudar.
Supo de este aliado minutos antes, sentada en la mesa durante un desayuno en el hotel Imperial de la Ciudad de México, cuando el magistrado Olvera dijo entre lágrimas que había vivido, aunque sea por tres meses, la experiencia de no encontrar a su hermano que había intentado irse a vivir a Estados Unidos.
“Mi madre lloraba todas las noches aunque tenía otros ocho hijos’’, les contó.
María Inés lo había escuchado con atención limpiado sus propias lágrimas de las que se sobrepuso hasta que expuso su duda en público, ¿por qué mi hijo sigue en prisión y sin sentencia después de cuatro años?
El magistrado explicó que en el viejo sistema de justicia penal el juez las audiencias se pueden aplazar interminablemente porque no se presentan los testigos en persona y al mismo tiempo porque son policías que yase movieron a otras ciudades o cónsules que olvidan las citas o involucrados indocumentados que sabe Dios donde están.
El Nuevo sistema enmendó esos obstáculos y hoy por hoy si no se presentan los testigos la causa penal se desecha o se busca que testifiquen por medios electrónicos, sin embargo, el problema tanto para René, el hijo de María Inés, como para todos aquellos que empezaron a ser procesados por el viejo sistema, estos cambios no aplican.
“El otro camino es que renuncie al derecho de desahogo de pruebas y lo procesen, pero esto implicarían décadas de prisión dados los delitos por los que se le acusa’’.
Justicia oscura
En este momento salta Rubén Figueroa y Martha Sanchez, activista y fundadora del Movimiento Migrante Mesoamericano, la organización que anualmente trae a las madres centroamericanas con hijos extraviados en México y que han logrado el reencuentro de más de 270 familias.
“El problema es que les inventan pruebas los policías para congraciarse de que capturan a traficantes de indocumentados aunque la mayoría de los migrantes que acusan son inocentes“, advierte Figueroa. “Es muy complicado saber si fueron defendidos con el debido proceso“, agrega Sanchez. “Le vamos a buscar un abogado“.l