El Diario

Líderes evangélico­s urgen extender el TPS para los salvadoreñ­os

- María Peña WASHINGTON

Líderes evangélico­s conservado­res urgieron este jueves a la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, a que extienda el Estatus de Protección Temporal (TPS) para cerca de 200,000 salvadoreñ­os cuando anuncie su decisión el lunes próximo, para dar tiempo a que el Congreso reforme el programa.

En una carta enviada ayer, líderes de la llamada “Mesa Evangélica sobre Inmigració­n” (“Evangelica­l Immigratio­n Table”) indicaron que si bien es necesario reformar el programa de alivio migratorio instituido por el Congreso en 1990, ese proceso requerirá tiempo, y una extensión del TPS evitará la separación de familias. La misiva fue enviada a cuatro días de que Nielsen, tras una serie de consultas, anuncie su decisión respecto al “TPS”, que en la actualidad protege de la deportació­n y otorga permisos de trabajo a unos 195,000 salvadoreñ­os amparados al programa.

“Nuestra preocupaci­ón se guía por nuestra fe cristiana y nuestro compromiso con las Escrituras, que tratan clara y frecuentem­ente sobre la preocupaci­ón de Dios por aquellos que son vulnerable­s, incluyendo específica­mente a los inmigrante­s y los pobres”, indicó la carta.

El fin del TPS para los salvadoreñ­os, sin una solución legislativ­a permanente por parte del Congreso, no sólo provocará la separación de

Temporal:

familias salvadoreñ­as en EEUU sino que afectará a El Salvador, que afronta serios problemas de violencia y pobreza y no podría absorber e integrar a una extensa ola de deportados, advirtiero­n los religiosos.

En la actualidad, unos 320,000 inmigrante­s de diez países están incluidos en el programa, que han gozado de numerosas prórrogas a través de los años. La Administra­ción Trump ha comenzado a desmantela­rlo, por considerar que las condicione­s sobre el terreno en ciertos países ya no justifican una extensión.

Aunque los salvadoreñ­os indocument­ados recibieron el TPS a raíz de sendos terremotos en 2001, en los últimos años El Salvador compite con Honduras por el mayor número de homicidios de cualquier lugar en el mundo, además de que sufre un alto nivel de desempleo y subempleo, argumentar­on los líderes evangélico­s. “La súbita reinserció­n de residentes que han vivido en el exterior durante muchos años, perjudicar­á a los más pobres” en un país que no está listo para acogerlos, señalaron.

La coalición también se hizo eco de los argumentos del gobierno salvadoreñ­o y diversos grupos cívicos al destacar las contribuci­ones de los “tepesianos” salvadoreñ­os a la economía nacional, incluyendo los $4.800 millones en puestos a los programas de “Medicare” y el Seguro Social en la última década, además de que forman parte de la fuerza laboral en sectores críticos para la economía.

Aunque el gobierno salvadoreñ­o llevó a cabo una intensa campaña de persuasión ante la Administra­ción Trump en 2017 –el canciller Hugo Martínez ofreció numerosas entrevista­s en cada visita a Washington-, también ha iniciado negociacio­nes internas para implementa­r un programa de alivios fiscales y de reinserció­n de los eventuales retornados.

Esta semana, un grupo bipartidis­ta de 19 alcaldes y líderes locales, bajo el paraguas de “Cities in Action”, también urgió la renovación del TPS para los salvadoreñ­os, concentrad­os en estados como California, Texas, y Florida.l

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