LA AMENAZA AL DERECHO AL VOTO
La Comisión Presidencial de Asesoramiento en la Integridad Electoral desapareció ante la avalancha de demandas judiciales. Un final digno a un fraude. Es una victoria en favor del derecho al voto en una batalla que continúa.
La creación del panel tenía dos motivos: confirmar el relato del presidente Trump de que su derrota en el voto popular se debió a un gigantesco fraude electoral con indocumentados y restringir la participación en las urnas del votante más afín a los Demócratas.
A la Comisión se le dio una imagen seria con la designación del vicepresidente Mike Pence y con la participación de miembros demócratas. La hilacha fue la designación como segundo al Secretario de estado de Kansas, Kris Kobach.
Kobach fue la persona ideal para el fin malicioso de la Comisión.
Primero, un durísimo en inmigración que redactó la ley SB1070 de Arizona, declarada inconstitucional por la Corte Suprema de Justicia.
Problema
Segundo, en Kansas promovió una ley electoral estricta, parcialmente rechazada por los tribunales. Kobach es considerado un charlatán a la hora de dar sus argumentos sobre fraude electoral. Ya hizo el ridículo una y otra vez con sus afirmaciones de la magnitud del voto ilegal sin haberlo demostrado nunca. Su credibilidad es cero.
Tiene sentido que la única persona que cree en la fantasía del gigantesco fraude electoral que le robó a Trump el voto electoral esté a cargo de la Comisión.
La Comisión pidió a los estados listas con información de votantes para cotejarlas con el banco de datos del Departamento de Seguridad Interna (DHS). En cambio, el personal del panel pasó el tiempo respondiendo a las demandas en su contra, incluso la de un integrante demócrata que protestó que no se compartía información con ellos.
Trump dijo que la falta de respuesta y las demandas justifican el fin de la Comisión. Kobach celebra que ahora ya no hay que compartir nada con los demócratas y que el tema pase a DHS.
No hay listas para comparar. Pero no se puede subestimar el empecinamiento de Trump, el celo de Kobach ni los recursos de DHS como para descartar toda acción.
Kobach implementó con anterioridad un sistema parecido de comparación entre los estados con resultados erróneos que condujo a su rechazo. No está claro lo que pasará, aunque se puede anticipar alguna conclusión por más desprestigiada que esta llegue a ser.
Lo cierto es que Kobach quiere la gobernación de Kansas, Trump una justificación por el resultados de la elección y las legislaturas republicanas otro motivo para pasar leyes electorales restrictivas como lo están haciendo ahora. A aceptar una licencia de cacería como documento electoral y rechazar una credencial estudiantil como en Texas.•